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“Mijo, el pasado ya se esfumó. El futuro no lo sabemos. Lo único que tenemos es el hoy”, dice Rigoberto Urán, quien el primero de enero espichó el contador de su carrera. Pasó a ceros. Atrás quedó el subcampeonato del Tour de Francia 2017, que ha sido uno de los momentos más felices de su vida.
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¿Que si era uno de los favoritos en la presente ronda gala? No lo sabía, el futuro es una incógnita. Solo tiene una certeza en su vida: el presente. Y a pesar de retirarse este jueves del Tour, competencia que llevaba preparando un año, debido a los dolores que lo aquejaban por la caída del pasado domingo en la etapa del pavé, sabe que la vida sigue.
Y, precisamente, hace un año ya lo daban por acabado. Le dijeron que sus años dorados eran cosa del pasado. Su trabajo en silencio rindió frutos y logró el subcampeonato en la competencia de ciclismo más importante del mundo. Rigo se ganó al país a punta de su alegría.
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Para los deportistas es un monólogo, un lugar común. La respuesta más prostituida: “Vamos, día a día”. Pero Rigoberto Urán de verdad siente cada palabra.
“El subcampeonato del Tour fue el año pasado. Yo no corro con mis títulos, eso no quiere decir que los olvide. A mí me preguntaban: ‘¿va a ganar el Tour de Francia?’ Y yo les decía: ‘No tengo idea. Estoy entrenado para eso. Voy a llegar con ilusión, pero no puedo asegurarlo’. Es mejor vivir día a día, pues teniendo un ahorrito por ahí. No es que me lo esté gastando todo pues (risas).
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El oriundo de Urrao, de 31 años, llegó al Tour de Francia con 5.865 kilómetros repartidos en 37 días de competencias oficiales. Sobresale su podio en la carrera Colombia Oro y Paz y su segundo puesto en el Tour de Eslovenia.
“Cuando uno está en el podio es bonito. A nosotros nos pagan por los resultados, pero acá lo verdaderamente importante es disfrutar”, apunta el jefe de filas del Education First Cannondale.
¿Entonces, qué es la felicidad para él antioqueño? “Eso no puede depender de los resultados. Eso no es lo que a uno lo hace feliz. Hay cosas más importantes: la salud, la familia. A uno le pagan por ganar, pero cuando vamos con ese compromiso no disfrutamos lo bonito que es el presente. Porque nos la pasamos pensando en el futuro”.
Esta es la decimoquinta participación de Rigoberto Urán en alguna de las tres grandes del ciclismo. Ha sido tres veces podio, pues ocupó el segundo lugar en los Giro de Italia 2013 y 2014 y en el Tour 2017.
Vivió un ambiente familiar en su equipo, el Education First- Drapac Cannondale. Una escuadra conformada exclusivamente para apoyar al colombiano. El gesto que tuvo su compatriota Daniel Felipe Martínez, en la quinta etapa, tras una caída masiva, habla de la unión del grupo. El bogotano no dudó para cederle su bicicleta a Rigo y hasta él mismo fue quien lo empujó para darle impulso.
“Los ciclistas somos como la bolsa: subimos y bajamos de precio. Dependemos de los resultados. Sin embargo, somos personas que no podemos tener solo años buenos. Tuve tiempos apretados sin ningún podio. Y eso no significa que uno está acabado, porque uno siempre sigue entrenando”, señaló hace unos meses.
“Yo entiendo a la gente en Colombia. Nos hacen mucha fuerza. Se les agradece y, a veces, lo que quiere es que estemos adelante. Pero nosotros somos seres humanos: nos levantamos cansados, indispuestos, nos enfermamos y no siempre se puede ganar. Yo lo que les pido es que no juzguen cuando no se dan los resultados. Si seguimos montando es porque lo hacemos con pasión. Y después llegarán los triunfos. Pero también entiendo: los colombianos quieren es que uno esté adelante. El consejo que les doy es que todo en la vida requiere sacrificio, pero lo más importante es disfrutarlo. Es no hacer una cosa porque está de moda o porque lo hace todo el mundo”.
Con los buenos resultados del ciclismo colombiano durante los últimos cinco años, hace un llamado para que los escarabajos sigan creciendo. “Es una lástima que el país no tenga un equipo ProTour, porque talento es lo que hay. Siempre somos protagonistas en el Giro, el Tour, la Vuelta y las clásicas”.
No se le dieron las cosas. Y aunque el ciclismo es su vida, no se trasnocha con las derrotas. Para el solo había una cosa importante: disfrutar. Mucho que aprenderle.