Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“La única manera para que pierda es que se caiga, porque él gana siempre”, le dijo hace cinco años la madre de Brandon Vega a Daniel Domínguez, un estudiante de periodismo en la Universidad de La Sabana. Lo entrevistó para un trabajo y el talento desbordante de aquel niño de trece años lo sumergió por completo en el mundo del ciclismo bogotano. “Brandon, ¿y si hacemos un equipo nosotros qué?”.
Esas fueron las palabras que dieron a luz a Ciclismo Capital, el primer equipo de Brandon, con el que llegó a la Vuelta al Futuro de 2018, la carrera prejuvenil más importante de nuestro país, en la que mostró la principal bondad que lleva en la sangre: la gallardía, no entregarse nunca. Nunca.
En esa Vuelta al Futuro Brandon terminó quinto en la clasificación general, con una actuación sorprendente detrás que no quedó consignada en los informes, pero sí en la memoria colectiva de todos. En la tercera etapa se pinchó seis veces, se le dañó la bicicleta y se cayó tres veces. Una debacle que él compuso regresando al grupo de favoritos. “Esa vuelta me recuerda muchas cosas. Ese día me pasó de todo. Y yo les dije a los demás: ‘Mañana esa etapa es mía’. Salí con rabia y la gané. Ese es mi carácter combativo y guerrero. Y aquí estamos”, recuerda Brandon, quien, tras su primer año como sub-23, será confirmado como nuevo corredor del equipo italiano Androni Giocattoli, escuadra con la que ya firmó por dos temporadas.
Su amor a la bicicleta se lo debe a Mario Vega, su tío, quien no pudo ser ciclista por falta de apoyo y se dedica a fabricar compresores y tanques. “Comencé a los doce años en el barrio La Victoria, de la localidad de San Cristóbal, en Bogotá. Fue una infancia difícil (su papá se alejó cuando él tenía dos años) y a mis trece me inscribí a un club. Todo esto se lo debo a mi tío, el que me lo dio todo. Sin él no sé dónde estaría”, reconoce Brandon.
(Lea también: Walter Vargas: “Yo llegué a la contrarreloj por casualidad”)
Su romance con la bicicleta empezó cuando él tenía dos años y se quedó hipnotizado viendo las bicicletas de ciclocrós de sus primas, las hijas de Mario. “Yo veía cómo Brandon las miraba y un día decidí llevármelo a entrenar conmigo. Y la sorpresa que me metió: nos fuimos por los lados de Juan Rey, al suroriente de la ciudad, a un puerto de segunda categoría y como si nada me dejó. ¡Se me fue! [risas]. Ahí vi el talento que tiene, tenía que apoyarlo. Es muy aguerrido, hasta que no cruza la línea no se entrega”.
Tras su imperial incursión en la Vuelta al Futuro de 2018 llegó a la Vuelta al Porvenir a ganarla, la carrera juvenil bandera del país. Su principal rival era Germán Gómez, campeón nacional de crono, quien venía de representar a la selección en el Mundial de Ciclismo y hoy es su compañero en el Colombia Tierra de Atletas. Sabía que para ganarle tenía que superarlo en la contrarreloj. Y lo logró por unas milésimas, pero días después, tras una caída masiva, su sueño se desmoronó. Todo se pospuso para el año siguiente.
En esa Vuelta al Porvenir de 2020, ya con los colores del equipo Strongman, ganó dos etapas y fue una de las llaves para que su compañero Johan Ramírez ganara el título de la carrera. “Después de esa competencia me contactó el mánager Giuseppe Acquadro (uno de los más poderosos del mundo) y ya para la Vuelta a la Juventud de 2021 sabía que me iba para el Androni”.
En la Vuelta a Colombia para menores de 23 años, en abril pasado, en su primer año como sub-23, fue la gran revelación de la carrera: fue tercero en la crono, segundo en la penúltima etapa y ganador de la última, estas dos definidas al embalaje. Porque una de sus principales virtudes es su potencia para rematar.
Y también sus bondades en las pruebas contra el reloj. Es uno de los ciclistas más completos del pelotón colombiano. “En las llegadas masivas soy muy rápido. Yo creo que para las grandes vueltas va a ser un poco difícil porque sí, soy muy bueno subiendo, pero para la media montaña. Igual todo es posible... para las carreras de una semana y las clásicas me iría muy bien”, admite Brandon, quien roza los 1,80 metros de estatura y perdió algunos kilogramos esta temporada para ganar poder en la montaña. “Brandon es un corredor tipo olímpico que hace mucho no tiene Colombia. Brandon será ese hombre que nos dará la posibilidad de ser campeones mundiales y de ganar etapas de media montaña en Europa”, las palabras de Luis Alfonso Cely, su director en el Colombia Tierras de Atletas GW Shimano.
(Lea también: Ser velocista en Colombia: ¿una mala idea?)
En el Clásico RCN, Brandon está disputando su primera gran carrera élite del ciclismo colombiano. Los últimos tres años ha sido protagonista en todas las categorías que ha corrido.
La próxima temporada dará el salto al Androni Giocattoli, uno de los mejores trampolines para llegar al World Tour y la escala que hicieron Egan Bernal e Iván Sosa antes de llegar al Ineos, equipo que preguntó y sigue de cerca a Brandon. “Todo lo que quiera lo puede conseguir”, cierra su tío. Todo lo que quiera.
Por: Thomas Blanco- @thomblalin