La hazaña de Martín Ramírez en la Dauphiné Liberé hace 40 años
“El arte de ganar un Dauphiné” (Caballito de Acero) es una de las novedades de la Feria del Libro, que termina este jueves. El libro cuenta la manera en que el ciclista bogotano ganó esa carrera en 1984.
Andrés Osorio Guillott
“Nosotros vivimos la fiebre del ciclismo. Los niños escuchaban las carreras en el colegio. Mi papá era muy aficionado a los deportes y siempre sintonizábamos emisoras deportivas. Estábamos pendientes de Pacho Rodríguez, que era el líder, y en una de las últimas etapas tuvo que retirarse. Hubo una decepción porque no íbamos a ganar y Colombia estaba haciendo una gran participación. Pero de la nada escuchamos que Martín Ramírez era el líder porque le ganó a Bernard Hinault la contrarreloj. En ese momento no dimensionábamos quién era Hinault. Ahorita los que estamos más allá de los 40 años nos damos cuenta de que muchos no conocían bien la historia y eso me llamó a reflexionar y a querer contar esta historia que sí, se ha contado en medios, pero es una hazaña que merecía un libro.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
“Nosotros vivimos la fiebre del ciclismo. Los niños escuchaban las carreras en el colegio. Mi papá era muy aficionado a los deportes y siempre sintonizábamos emisoras deportivas. Estábamos pendientes de Pacho Rodríguez, que era el líder, y en una de las últimas etapas tuvo que retirarse. Hubo una decepción porque no íbamos a ganar y Colombia estaba haciendo una gran participación. Pero de la nada escuchamos que Martín Ramírez era el líder porque le ganó a Bernard Hinault la contrarreloj. En ese momento no dimensionábamos quién era Hinault. Ahorita los que estamos más allá de los 40 años nos damos cuenta de que muchos no conocían bien la historia y eso me llamó a reflexionar y a querer contar esta historia que sí, se ha contado en medios, pero es una hazaña que merecía un libro.
Víctor Hugo Peña dijo una vez que hace falta más literatura del deporte para conocer este tipo de relatos y, después de la victoria de Daniel Felipe Martínez en el Critérium del Dauphiné, me puse a investigar la historia de esta carrera y a contar cómo fue que Ramírez la ganó en 1984, en una época de ciclistas aficionados contra profesionales”, recordó el periodista Arcadio Guzmán
Eran otros tiempos. Por supuesto, no era una época con la tecnología de hoy, con la osadía de los corredores que hoy por hoy destrozan un pelotón y una carrera en un abrir y cerrar de ojos. En ese sentido, eran otros tiempos. Pero hay uno en el que no, y es el que nos recuerda que los ciclistas colombianos que han hecho historia en la élite de este deporte muchas veces surgieron del campo, de los oficios más humildes y de orígenes en los que era impensado derrotar al destino y a las fuerzas de un sistema para llegar a las cimas de Europa.
“Parece que fue ayer cuando a mis escasos 16 años trabajaba como mensajero en una cadena de droguerías en Bogotá (...) Recuerdo que alguien me comentó que iba a correr una Vuelta a Colombia para poder comprarse un taxi. Eso me hizo pensar en lo que yo quería para mi futuro”, dice Martín Ramírez en el prólogo del libro El arte de ganar un Dauphiné, de la editorial Caballito de Acero y escrito por el periodista Arcadio Guzmán, quien, a modo de diccionario, cuenta por medio de personajes y anécdotas la importancia y la dimensión del triunfo de Ramírez en el Dauphiné Liberé, el 4 de junio de 1984.
Quienes conocen a fondo el ciclismo colombiano aseguran que la radio fue importante para la creación de una identidad alrededor de este deporte, y eso lo reafirma Ramírez, quien cuenta que su gusto e historia en el ciclismo se debió a su mamá, pues fue por ella que empezó a escuchar en la radio las transmisiones de la Vuelta a Colombia y a imaginarse todo lo que narraban.
Guzmán recuerda que “el ciclismo colombiano era el boom de la época. Esa generación conquistó a Europa. José Patrocinio Jiménez fue campeón en los años 70, a él le tocó lo último, pero fue uno de los primeros en destacarse. Ese boom empezó con la victoria de Alfonso Flórez en el Tour de L’Avenir en el 80. La diferencia era que muchos eran ciclistas aficionados, aunque fueran de la Unión Soviética y de Alemania, eso igual marcaba una brecha, eran unos duros. Y ya investigando sobre Martín Ramírez, eso nos lleva a la Vuelta de la Juventud de 1980, que le ganó por cuatro o seis segundos a Samuel Cabrera. Encontrarse con nombres como estos, como Israel Pinocho Corredor, Édgar Condorito Corredor, Pacho Rodríguez, los hermanos Toloza y Oliverio el Jumbo Cárdenas nos recuerdan una época de grandes deportistas.
“El Dauphiné siempre ha sido importante porque es la antesala del Tour de Francia. Ahí siempre se han destacado los escaladores”, afirma Guzmán. Cuatro títulos ostenta Colombia en esta competencia, el primero de ellos fue el de Martín Ramírez. Luego, ganó Lucho Herrera (en 1988 y 1991). Y en 2020 se consagró Daniel Felipe Martínez. Álvaro Mejía fue tercero en 1990, Oliverio Rincón fue segundo en 1993 y Santiago Botero fue también subcampeón en 2005.
Arcadio Guzmán en el libro destaca la importancia de la empresa privada en el patrocinio del ciclismo, lo hace hablando del Clásico RCN, que trajo a grandes ciclistas en esa época, pero también de la apuesta de Leche La Gran Vía, empresa de Zipaquirá que era manejada en los años 80 por Luis Enrique Pinzón, gran aficionado al deporte de las bielas.
Lucho Herrera corrió en ese equipo antes de pasar al Varta, que también sería clave para el impulso del ciclismo colombiano. Pero volvamos a Ramírez, porque la victoria de 1984 no fue menor. En esa edición número 36 del Dauphiné, el bogotano derrotó a nada más y nada menos que corredores como Greg LeMond, Bernard Hinault y Stephen Roche. No solo fueron los rivales, que en todo deporte enaltecen los triunfos por la manera en que obligan a muchos a elevar su rendimiento y llevar al límite su condición física, también lo fueron las circunstancias del momento, pues muchos no olvidan la sexta etapa de la carrera. La lluvia y el ritmo de Hinault parecían destruir las ilusiones de la delegación colombiana. Pacho Rodríguez perdió el liderato y Patrocinio Jiménez abandonó la carrera. Se escapaba la general, también los premios de montaña y la clasificación por equipos. Solo dos corredores de Leche La Gran Vía siguieron en competencia. Una victoria era poco probable, pero esas son las épicas que nos regala el ciclismo.
Una contrarreloj individual de 32 kilómetros entre Privas y Vals-les-Bains se tenía que correr ese 4 de junio. Martín Ramírez hizo la suya, creyó en él y supo desde el principio que se sentiría como pez en el agua en esa última etapa. Tenía que vencer a Hinault —uno de sus ídolos—, y así como lo había hecho en la montaña lo hizo también en la crono, pues con un tiempo de 47 minutos y 16 segundos —cinco más que el francés— se quedó con el primer título para Colombia en esta competencia.
Antes de este episodio histórico, Ramírez ganó la Vuelta de la Juventud en 1980, en 1982 ganó una etapa de la Vuelta a Colombia, en 1983 una del Clásico RCN, así como también una en esta misma competencia en 1984. En 1985 se quedó con el Tour de L’Avenir. En 1987 fue clave para el título de Herrera en la Vuelta a España.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador