La incertidumbre tras el “‘boom’ de las bicicletas”
Después de un crecimiento exponencial en los últimos dos años, la industria de la cicla pasó de la sobredemanda y la escasez del producto a la sobreproducción. ¿Cuál es el desafío de este mercado de cara al futuro?
Fernando Camilo Garzón
Antes de que se decretara la cuarentena generalizada en todo el mundo, por la pandemia del covid-19, los números de la industria de la bicicleta estaban estancados. Había crecimiento, pero era mínimo. Sin embargo, a diferencia de lo que pasó con la mayoría de las industrias deportivas, una vez empezó el confinamiento, las ciclas subieron su comercialización en el mundo en un 80 % durante los dos últimos años, según los datos proporcionados por algunas de las marcas líderes de este mercado, como Specialized, Trek, BMC, Scott, entre otras. Un fenómeno global que los expertos de esta industria llamaron el “boom de la bicicleta”.
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Antes de que se decretara la cuarentena generalizada en todo el mundo, por la pandemia del covid-19, los números de la industria de la bicicleta estaban estancados. Había crecimiento, pero era mínimo. Sin embargo, a diferencia de lo que pasó con la mayoría de las industrias deportivas, una vez empezó el confinamiento, las ciclas subieron su comercialización en el mundo en un 80 % durante los dos últimos años, según los datos proporcionados por algunas de las marcas líderes de este mercado, como Specialized, Trek, BMC, Scott, entre otras. Un fenómeno global que los expertos de esta industria llamaron el “boom de la bicicleta”.
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En Colombia este panorama no fue diferente. En el primer año de la pandemia, las importaciones tuvieron un crecimiento del 22 % y se pasó de traer 405.875 unidades a 493.539. Para 2021, la cifra se incrementó en un 40 %.
El auge desenfrenado aumentó el costo, pues la sobredemanda hizo imposible que los productores respondieran a la necesidad global de los compradores de bicicletas. No obstante, pasado el boom, el panorama ya parece otro y la sobreproducción de ciclas parece ser el factor dominante en todos los mercados.
Crecimiento desenfrenado
La llegada de la pandemia impulsó a la bici a escala mundial como uno de los pocos medios de transporte seguros en medio de un contexto de contagio.
PeopleForBikes, organización estadounidense de ciclistas, con presencia en varios países del mundo, estimó, a través de una encuesta realizada a 1.000 adultos, que el 9 % de los estadounidenses que llegaron a la bicicleta en 2021 lo hicieron por el contexto del coronavirus. Datos similares a los encontrados por la empresa de ingeniería canadiense Eco-Counter, que midió un incremento del 21 % en el número de ciclistas de zonas urbanas de Estados Unidos entre 2019 y 2022. Tendencia que se replica en Reino Unido, Francia y Alemania, los tres países en los que la industria de las bicicletas mueve más dinero.
En Bogotá, por ejemplo, según un informe del Observatorio de Desarrollo Económico (ODEB), “en los años noventa solo el 0,1 % de las personas se movilizaban en bicicleta, pero al finalizar 2019 la cifra subió al 11 %. En abril de 2020 se registraron 360.000 viajes diarios en bici y a diciembre del mismo año ya la cifra estaba en 650.000, lo que significó un incremento del 80 %, según datos de la Secretaría Distrital de Movilidad de 2020”.
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Con segmentos de mercado fuertes como el transporte, el comercio, el turismo o la mensajería urbana, entre otros, nuestro país también es parte del fenómeno del crecimiento desenfrenado de esta industria.
Juan Sebastián Ocampo, gerente general de Specialized en Colombia, en conversación con El Espectador, explicó que acá se juntaron varios factores que dieron pie al aumento del mercado. Además de las circunstancias de la pandemia, Ocampo explicó que la conciencia medioambiental y la explosión de la generación dorada de ciclistas de los últimos años hicieron que el crecimiento de la industria fuera exponencial. “En Colombia se dio la tormenta perfecta para que el ciclismo explotara. Tenemos una cultura de ciclismo de mucho tiempo atrás y el éxito de nuestros ciclistas a escala mundial ha hecho que todos nos interesemos por este deporte. Para ningún país del mundo la bicicleta es tan importante como lo es para nosotros. Es una cultura que trasciende al ciclista y llega a casi todas las familias”.
Sin embargo, con el entusiasmo que se tradujo en el aumento de la comercialización vino detrás un fenómeno de sobredemanda. El crecimiento inusitado tomó desprevenidos a los productores y el proceso de venta en el mundo se ralentizó.
“Con el boom tocamos un techo que generó una gran base de nuevos ciclistas. Por ejemplo, en Colombia podríamos decir que hoy hay tres veces más que los que había hace dos años. Pero si uno mira los números, que en esta industria no se miden por ventas, sino por importaciones, vemos que tenemos una fotografía de negocio un poco limitada por la disponibilidad de inventario. El auge de la bicicleta generó problemas de logística que limitaron la probabilidad de crecer aún más”, aseguró Ocampo.
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Una crisis en el suministro del producto que, además, encareció el precio de producción y fabricación de las ciclas. El problema no se ha solucionado, aunque en algunas partes del mundo ya se habla de sobreproducción.
El futuro de la industria
La innovación marca el rumbo en el mundo. La mayor tendencia está en la bicicleta eléctrica, aunque en países como Colombia siguen primando las ciclas de ruta y de ciclomontañismo.
Según Ocampo, “la bicicleta eléctrica no es el futuro, ya es el momento. Creo que Colombia todavía está entendiendo lo que significa este tipo de cicla, porque es un cambio grande. Tanto que hoy no podemos entender la bicicleta eléctrica como un modelo más. Es una nueva experiencia, un nuevo deporte y una nueva solución de movilidad. Ahí hay potencial más allá de lo que es el ciclismo, que tiene que involucrar la forma en la que pensamos la estructura de nuestras ciudades”.
Más allá de que el futuro de la industria de la bicicleta es alentador, los números en Europa muestran que el crecimiento de las ventas y las importaciones han empezado a estancarse tras el desmonte de las medidas sanitarias a lo largo del mundo. La sobredemanda, en países como España, generó sobreproducción de bicicletas y, mientras el fuego del boom lentamente se apaga, la incertidumbre sobre la posibilidad de que este mercado haya alcanzado su techo empieza a ser tema de debate.
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Sin duda, el auge de la bici tendrá que estar acompañado de los nuevos tiempos y, como aseguró Ocampo, de ciudades, en el caso de Colombia, que vean la bicicleta como una nueva estrategia de movilidad a la que pueda adaptarse la estructura urbana, en vez del ciclista a la ciudad. Hacía allá avanza el mundo, y de eso dependerá que el mercado de la bicicleta no vuelva a estancarse a como estaba antes de la pandemia.