La introspección de Daniel Felipe Martínez, el subcampeón del Giro de Italia
El de Soacha se convirtió en el sexto colombiano que se sube al podio en la gran vuelta italiana. Tras casi una década en Europa, consiguió el logro más importante de su carrera deportiva.
Fernando Camilo Garzón
Durante las últimas tres semanas, Daniel Felipe Martínez se olvidó del mundo. Lo confesó ayer, luego de bajar del podio en el Giro de Italia, el mejor resultado de su carrera deportiva. “Me aislé completamente de las redes sociales y del mundo exterior. Solo mantuve el contacto con mi familia, el resto del tiempo solo pensaba en la carrera. Quería concentrarme solo en hacer bien las cosas y recuperarme bien”, dijo después de completar la etapa 21 en Roma, donde Tadej Pogacar se coronó campeón y él quedó segundo.
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Durante las últimas tres semanas, Daniel Felipe Martínez se olvidó del mundo. Lo confesó ayer, luego de bajar del podio en el Giro de Italia, el mejor resultado de su carrera deportiva. “Me aislé completamente de las redes sociales y del mundo exterior. Solo mantuve el contacto con mi familia, el resto del tiempo solo pensaba en la carrera. Quería concentrarme solo en hacer bien las cosas y recuperarme bien”, dijo después de completar la etapa 21 en Roma, donde Tadej Pogacar se coronó campeón y él quedó segundo.
La clave de su histórico resultado, confesó Martínez, fue su ensimismamiento. La cámara de eco en la que se encerró para fortalecerse, dominar la ansiedad de la carrera, la presión de los resultados, el miedo de la ruta y, finalmente, medir la esperanza de la victoria. Cada día, después de las etapas, el colombiano del Bora llegaba al hotel a reflexionar. Intentaba leer un rato, antes de analizar la etapa del día siguiente. Con la cabeza fresca, pensaba en sus emociones, los sentimientos que podían llevarlo al podio. “De esa introspección, lo más importante era entender el proceso. Ver si estaba mejorando día a día y, al mismo tiempo, ver si eso me estaba afectando como persona”, dijo el soachuno antes de montarse en la bicicleta para ir a celebrar en Roma.
Lo que consiguió Martínez, siempre tan cauto, reflexivo y medido en sus declaraciones, puede considerarse, en contraste, una gesta histórica. En una época en la que Colombia se sentía lejos de los podios del ciclismo, el cundinamarqués volvió a poner al ciclismo nacional en el panorama, siendo el sexto colombiano que se sube al podio en el Giro de Italia tras Nairo Quintana, Egan Bernal, Rigoberto Urán, Esteban Chaves y Miguel Ángel Supermán López.
Colombia no estaba en un podio de una gran vuelta desde 2021, cuando Egan Bernal ganó el Giro de Italia. Y en ese triunfo, Daniel Martinez también fue protagonista, siendo el gregario de lujo del zipaquireño y que lo salvó en su momento de peor angustia en la montaña. Muchos recordaron la imagen del soachuno, con el puño cerrado alentando al pedalista de Ineos para mantener la maglia rosa. Tres años después, Colombia festejó al mismo ciclista en el que calificó como uno de los momentos “más felices” de su vida.
“Llevo bastantes años estudiando y trabajando en mí mismo. He tratado de entender para qué estamos acá. Y esa base es la que cambia la perspectiva de la vida, lo que marca la diferencia. Mi gran inspiración son mis hijos. Son las personas que me ponen más presión, a ellos es a los que quiero impresionar, darles el mejor ejemplo”, dijo Martínez al hablar de la introspección que lo llevó al inolvidable logro.
No es una sorpresa el resultado de Daniel Felipe Martínez, un corredor que llegó a Europa hace casi ocho años y fue campeón del Critérium du Dauphiné en 2020, de la Vuelta al País Vasco en 2022 y de la Vuelta al Algarve en 2023. En el Giro de Italia ya había sido quinto en 2021 y en el Tour de Francia ganó una etapa en 2020.
En entrevista con El Espectador, el exciclista Santiago Botero dijo que, antes de que comenzara la carrera, ya sabía que Martínez iba a tener un gran desempeño: “Lo vi juicioso, entrenando con una serie de trabajos muy intensos y bien hechos. El año pasado, por temas de salud, no pudo dar el mejor rendimiento. Esta vez, el cambio de equipo y su nueva mentalidad fueron una combinación perfecta para ganar confianza”.
Víctor Hugo Peña, otro ciclista hoy retirado, también le dijo a este diario que el resultado de Martínez no es sorpresa: “Este Giro es el resultado de una carrera disciplinada de un corredor talentoso. Es una enseñanza para todos. Los ciclistas no surgen y ganan de una. Él viene un proceso largo. No es casualidad: la vida y el ciclismo le debían un momento así”.
Daniel Felipe Martínez desarrolló una madurez que hoy lo llevó al podio de una gran vuelta. ¿A qué puede aspirar ahora? Por ahora no le preocupa, hay dudas sobre lo que le depara el futuro inmediato. “De momento, vamos a disfrutar lo que hicimos acá. En una semana, debemos mirar cómo nos organizamos. Al final, no sé bien si iremos al Tour o a la Vuelta. Hay que tener en cuenta que también los Olímpicos son una posibilidad, y el Mundial está interesante”.
El sueño olímpico le interesa; no lo descarta, más bien lo anhela. Lo confesó mientras se iba sonriente, a descansar, después de 21 días de guerra: “Ojalá se dé, quiero ir a París”.
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