La medalla olímpica de Cochise que por envidia no fue
Martin Emilio Rodríguez era el principal candidato a ganar la primera medalla olímpica del país en Múnich 1972, pero un colombiano se encargó para que no lo dejaran competir. Él se encargó de hallar el éxito por otros lados. Hoy celebra sus 79 años.
Thomas Blanco
A las Olimpiadas de Múnich 1972, Martín Emilio Cochise Rodríguez llegaba como máximo candidato para ganar una medalla de oro en pista. Campeón mundial de los 4.000 metros en Varese (Italia) y dueño del récord de la hora en pista, en la Ciudad de México, sus credenciales. Y fue ahí, en esa prueba en suelo azteca, en la que un compatriota le jugó una mala pasada. Pero como dicen por ahí: los problemas vienen en empaque de regalo.
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A las Olimpiadas de Múnich 1972, Martín Emilio Cochise Rodríguez llegaba como máximo candidato para ganar una medalla de oro en pista. Campeón mundial de los 4.000 metros en Varese (Italia) y dueño del récord de la hora en pista, en la Ciudad de México, sus credenciales. Y fue ahí, en esa prueba en suelo azteca, en la que un compatriota le jugó una mala pasada. Pero como dicen por ahí: los problemas vienen en empaque de regalo.
Benotto, eso decía la camiseta que lucía Cochise en el entrenamiento, haciendo alusión a la casa italiana fabricante de bicicletas. Una fotografía que mandó le bastó a un anónimo barranquillero llamado Édgar Senior para sacar al deportista del momento en Colombia de las Olimpiadas, que por esos tiempos estaban reservadas para atletas “aficionados”, que no tenían ningún tipo de patrocinio. Con comillas, porque la regla no se cumplía en el sentido estricto de la palabra. Y así, el Comité Olímpico Internacional excluyó al antioqueño de las justas. El país tuvo que esperar 28 años más para festejar su primera medalla de oro, que llegó por cuenta de la pesista María Isabel Urrutia, en Sídney 2000.
“En Colombia se muere más la gente de envidia que de cáncer”, sentenció el pedalista. Y esa se convirtió desde entonces en una de las frases que más se escuchan a diario en el país. Firma Cochise, inspira Senior.
Y así, a regañadientes, Rodríguez se hizo profesional a los 31 años como gregario de la escuadra italiana Bianchi-Campagnolo, comandada por uno de los mejores pedalistas del momento: Felice Gimondi. “Me hicieron profesional a la fuerza. Era muy difícil que me aceptaran en Europa tan veterano, pero la carta de presentación que tenía era muy buena. Le tenía que hacer el trabajo sucio a Gimondi, a Marino Basso y a un belga. El trabajo mío era muy berraco”, recuerda.
Y un año después del intenso papeleo de Édgar Senior, el paisa debutó en el Giro de Italia. El 4 de junio de 1973 se adjudicó la decimoquinta etapa de la Corsa Rosa, el primer triunfo para Colombia en una de las tres grandes carreras por etapas (Giro, Tour de Francia y Vuelta a España). Lo hizo en el trazado de 150 kilómetros entre Florencia y Fortei de Marmi.
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“Luego de esos meses difíciles, empezaron a decir en Europa que un tipo llamado Cochise había ganado. El ciclismo colombiano se metió en el radar en esa provincia famosa por el mármol. Y como yo le estaba laburando a Gimondi y Basso, el entrenador me preguntó cómo me sentía. ‘Bien, pero ¿qué carajos hago? ¿Los espero, los empujo?’, le decía. Hasta que me dijeron que siguiera y le gané la etapa por tres segundos a Basso, compañero mío. Fue un orgullo muy grande para mí”, rememora.
Un orgullo que no pudiera haber sido si no fuera por aquel altercado que lo hizo profesionalizarse en sus años más maduros de su carrera, un poco más tarde. No fue la medalla olímpica, pero sí el primer triunfo de Colombia en las grandes vueltas del ciclismo.