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Para mantenerse durante casi una década en la élite del ciclismo mundial se necesita mucho más que talento. Un deportista de alto rendimiento debe tener también disciplina, constancia y una tremenda personalidad. Y todo eso le ha sobrado a Nairo Quintana, quien superó con creces las expectativas que tenían quienes lo llevaron a Europa por primera vez, en 2009.
Un año después, de la mano de Luis Fernando Saldarriaga en el equipo Colombia es Pasión, comenzó a familiarizarse con los podios y las premiaciones en el Viejo Continente. En el Tour de L’Avenir, la carrera más importante del mundo para pedalistas sub 23, el boyacense ganó dos etapas y se quedó con el título, el primero de los 18 que ya ha conseguido en clasificaciones generales.
Pero fue apenas en 2012 que Nairo realmente se hizo sentir. Con los triunfos en la Vuelta a Murcia, la Ruta del Sur y el Giro de Emilia, además de una victoria de etapa en el Critérium del Dauphiné, se ganó el respeto de sus compañeros en el Movistar Team, así como la confianza de Eusebio Unzué, el entrenador.
Pero una cosa era demostrarles sus condiciones y otra muy diferente lograr que trabajaran para él. Los únicos colombianos que hasta entonces verdaderamente habían liderado escuadras europeas eran Fabio Parra, en el Kelme español, y Santiago Botero, también en este y después en el Telekom alemán y el Phonak suizo. Otros, como Oliverio Rincón, Mauricio Soler y Rigoberto Urán por ahí habían sido líderes en algunas carreras, pero no cartas fuertes para los grandes objetivos de la temporada.
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Apareció entonces la astucia e inteligencia de Nairo, para no agachar la cabeza y hacer sentir su voz de mando. Exigió respaldo y dio resultados. En ocho temporadas con la escuadra de Unzué, celebró 12 títulos y 21 triunfos de etapa, eso sin contar las veces que ganó otras clasificaciones, como la montaña o las de mejor joven.
Sus registros más impresionantes, sin embargo, los tiene en las grandes vueltas. participó en 14 (Dos Giros de Italia, seis Vueltas a Francia y seis Tours de Francia). Ganó dos, se subió al podio seis veces, fue top 5 en ocho oportunidades y top 10 en 11 ocasiones. Mejor dicho, solamente tres veces no quedó entre los 10 mejores de esas carreras de tres semanas.
Pero soñar con ganar el Tour y no lograrlo le salió caro. Dos subtítulos, un tercer lugar, un octavo, un décimo y un duodécimo, además de gran protagonismo siempre, fueron un botín precario para muchos, no para quien lo consiguió con esfuerzo y sufrimiento.
Entonces sus jefes le buscaron reemplazo y contrataron a Mikel Landa, cuya gran carta de presentación era ser promesa del ciclismo español. Y al sentirse relegado, Nairo Quintana también bajó su rendimiento y entró en un bache producto de la falta de motivación.
A comienzos de 2019 su partida era inminente, pero las grandes ofertas de temporadas anteriores ya no llegaron. Los equipos top no creían que el colombiano pudiera volver a brillar. Y con ese panorama apareció el Arkéa Samsic como una buena alternativa.
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El mánager general, Emmanuel Hubert, se la jugó por Nairo. Y en apenas tres meses el boyacense le ha demostrado que no se equivocó. Su llegada, de hecho, ya puso los focos de los medios en la modesta escuadra francesa, a la que ya le dio los títulos del Tour de la Provence y el Tour de los Alpes Marítimos, así como tres espectaculares victorias de etapas, la más reciente el sábado, en el final de la París-Niza, en la que también brilló Sergio Higuita, tercero en la general y campeón de los jóvenes.
Ante la emergencia de salud por el coronavirus, el futuro cercano es incierto. Muchas competencias se cancelaron y otras están en veremos, incluso el Tour, que es una vez más el gran objetivo de Quintana, quien este domingo aterrizó en Colombia y estará un par de semanas en cuarentena, pero entrenando.
Nairo lidera el gran arranque de los escarabajos en la temporada 2020. Con sus cinco celebraciones escolta a Jonathan Restrepo, quien ha logrado seis triunfos. Tras ellos están Sergio Higuita, Fernando Gaviria y Juan Sebastián Molano, con tres festejos cada uno. Nuestros pedalistas han conseguido 24 victorias en tres meses, más que las de cualquier país del mundo. U gran motivo para celebrar.