Los 30 años del Orgullo Paisa y las historias pendientes del ciclismo colombiano
En el aniversario de su nacimiento, el libro “Vida sobre ruedas” —que se lanza esta semana— narra las tres décadas de una de las escuadras con más tradición del pelotón nacional.
Era 1993 y el ciclismo colombiano sufría una dura crisis. Eran tiempos de “vacas flacas” porque las grandes empresas habían abandonado al pelotón nacional. Postobón, Pony Malta y Avianca habían cortado su patrocinio a los ciclistas y el apoyo a los deportistas se hallaba en un limbo. Fue por esos días cuando Raúl Mesa tocó la puerta de la Gobernación de Antioquia, en ese entonces al mando de Juan Pablo Gómez Martínez, para proponerle que financiara un equipo de ciclismo que compitiera a escala nacional. Más allá de apelar a la creciente angustia que generó la repentina falta de recursos, Mesa vendió el proyecto como una oportunidad de revivir las viejas rivalidades regionales que le dieron vida al ciclismo colombiano en sus días más precoces, por allá entre los años 40 y 50.
Así nació, hace 30 años, el Club Escuela de Ciclismo Orgullo Paisa, una de las escuadras más representativas del ciclismo nacional en las últimas décadas. Desde aquellos días de principios de la década de los 90, por el equipo pasaron importantes corredores como Óscar de Jesús Vargas, Carlos Mario Jaramillo, Héctor Iván Palacios, Héctor Manuel Castaño, Juan Pablo Suárez, Mauricio Ardila y Álex Cano. Y también varios ciclistas que primero pasaron por el equipo en sus etapas juveniles y, más tarde, se consolidaron en el World Tour. Pedalistas como: Rigoberto Urán, Julián Arredondo, Janier Acevedo, Carlos Betancur y Sergio Luis Henao.
En honor al equipo, como conmemoración de su aniversario número 30, esta semana se lanzará el libro Vida sobre ruedas, un recorrido historiográfico, estadístico y literario que repasa la vida de la escuadra antioqueña Orgullo Paisa.
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“El equipo surgió como una necesidad, en 1993, de darles a los ciclistas antioqueños una oportunidad de llevar las banderas de su departamento. El ciclismo colombiano ya sonaba en el mundo, pero Antioquia no había sido protagonista de esos triunfos que llegaron desde la década del 80. Con el nacimiento del Orgullo, los antioqueños volvieron a ser importantes en el pelotón nacional y el equipo empezó a proyectar talentos. Esa es su principal importancia. Muchos dirán que son 30 años y apenas se han ganado dos Vueltas a Colombia, pero al repasar los nombres y la influencia del equipo en muchos de los ciclistas que triunfaron en la última década, la importancia del proyecto es palpable”, dice el periodista Diego Sandoval, uno de los directores editoriales del libro del Orgullo Paisa.
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Para Jhon Jaime Osorio, el otro periodista que coordinó este esfuerzo editorial, la importancia del libro está en una narración pendiente que tiene el ciclismo colombiano: la historia de sus equipos. “De nuestro ciclismo se han escrito historias de los ciclistas, historias de los eventos, pero no hay historias de los clubes, que son la base de la estructura del deporte”, explicó.
En ese sentido, el libro del Orgullo Paisa es una idea inédita en el ciclismo nacional. Una labor también engorrosa, reconoce Osorio, pues englobar 30 años en un texto puede parecer una tarea casi imposible. “Decidimos contar la historia del equipo desde su origen hasta nuestros días. Eso no es tan fácil, porque son muchos hechos y muchos protagonistas. La decisión entonces fue que fuera un texto a muchas manos y reunimos a más de 30 plumas nacionales e internacionales para narrar 30 historias, una por cada año que reflejara el momento del equipo en distintas épocas. Desde la creación del equipo en el 93, que la escribió Fernando Calle, hasta el surgimiento de la escuadra femenina el año pasado”.
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Además de lo inédito, la relevancia del libro para el ciclismo colombiano radica en dos factores. El primero, la narración de las historias de los ciclistas, entrenadores, dirigentes, utileros y equipo humano que han participado en la historia del equipo. “Este es un proyecto que depende de la voluntad política y, sin importar los colores ni los partidos, se ha logrado mantener en pie durante tres décadas. Eso es muy importante porque uno ve los frutos, luego de repasar la historia, y este equipo ha apostado por el ciclismo como herramienta de transformación social. La historia de la mayoría de ciclistas que pasaron por esta escuadra es de niños campesinos a los que, montando cicla, les cambió la vida”, resalta Diego Sandoval.
Pero, además, dice J. J. Osorio, el trabajo estadístico que adelantó John Fredy Valencia, estudiando año a año las plantillas de todos los equipos del Orgullo Paisa, es un trabajo invaluable, así como el archivo fotográfico que se consiguió para ilustrar el proyecto. Como si fuera poco, en el libro hay crónicas de escritores y periodistas de relevancia internacional, como el español Carlos Arribas, el argentino Mario Sábato y la mexicana Georgina Goga Ruiz, además de colombianos con mucha trayectoria en el medio como Carlos Julio Guzmán, Héctor Palau, Héctor Urrego, Anselmo Chemo Quiroz y Jairo Chávez, entre muchos otros. Por el lado de El Espectador, Fernando Camilo Garzón escribe una de las historias.
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“Este libro es un primer paso para que entendamos que la historia del ciclismo va más allá de los de los ciclistas, que son obviamente los grandes protagonistas. Sin embargo, hay otros actores que merecen ser destacados. Ellos también merecen que se les recupere su historia, como se hizo en este caso con el Orgullo Paisa. Seguramente, los otros clubes de Colombia también tienen historias pendientes por contar y este es seguramente el inicio en la reconstrucción de esa memoria”, finalizó Jhon Jaime Osorio.
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Era 1993 y el ciclismo colombiano sufría una dura crisis. Eran tiempos de “vacas flacas” porque las grandes empresas habían abandonado al pelotón nacional. Postobón, Pony Malta y Avianca habían cortado su patrocinio a los ciclistas y el apoyo a los deportistas se hallaba en un limbo. Fue por esos días cuando Raúl Mesa tocó la puerta de la Gobernación de Antioquia, en ese entonces al mando de Juan Pablo Gómez Martínez, para proponerle que financiara un equipo de ciclismo que compitiera a escala nacional. Más allá de apelar a la creciente angustia que generó la repentina falta de recursos, Mesa vendió el proyecto como una oportunidad de revivir las viejas rivalidades regionales que le dieron vida al ciclismo colombiano en sus días más precoces, por allá entre los años 40 y 50.
Así nació, hace 30 años, el Club Escuela de Ciclismo Orgullo Paisa, una de las escuadras más representativas del ciclismo nacional en las últimas décadas. Desde aquellos días de principios de la década de los 90, por el equipo pasaron importantes corredores como Óscar de Jesús Vargas, Carlos Mario Jaramillo, Héctor Iván Palacios, Héctor Manuel Castaño, Juan Pablo Suárez, Mauricio Ardila y Álex Cano. Y también varios ciclistas que primero pasaron por el equipo en sus etapas juveniles y, más tarde, se consolidaron en el World Tour. Pedalistas como: Rigoberto Urán, Julián Arredondo, Janier Acevedo, Carlos Betancur y Sergio Luis Henao.
En honor al equipo, como conmemoración de su aniversario número 30, esta semana se lanzará el libro Vida sobre ruedas, un recorrido historiográfico, estadístico y literario que repasa la vida de la escuadra antioqueña Orgullo Paisa.
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“El equipo surgió como una necesidad, en 1993, de darles a los ciclistas antioqueños una oportunidad de llevar las banderas de su departamento. El ciclismo colombiano ya sonaba en el mundo, pero Antioquia no había sido protagonista de esos triunfos que llegaron desde la década del 80. Con el nacimiento del Orgullo, los antioqueños volvieron a ser importantes en el pelotón nacional y el equipo empezó a proyectar talentos. Esa es su principal importancia. Muchos dirán que son 30 años y apenas se han ganado dos Vueltas a Colombia, pero al repasar los nombres y la influencia del equipo en muchos de los ciclistas que triunfaron en la última década, la importancia del proyecto es palpable”, dice el periodista Diego Sandoval, uno de los directores editoriales del libro del Orgullo Paisa.
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Para Jhon Jaime Osorio, el otro periodista que coordinó este esfuerzo editorial, la importancia del libro está en una narración pendiente que tiene el ciclismo colombiano: la historia de sus equipos. “De nuestro ciclismo se han escrito historias de los ciclistas, historias de los eventos, pero no hay historias de los clubes, que son la base de la estructura del deporte”, explicó.
En ese sentido, el libro del Orgullo Paisa es una idea inédita en el ciclismo nacional. Una labor también engorrosa, reconoce Osorio, pues englobar 30 años en un texto puede parecer una tarea casi imposible. “Decidimos contar la historia del equipo desde su origen hasta nuestros días. Eso no es tan fácil, porque son muchos hechos y muchos protagonistas. La decisión entonces fue que fuera un texto a muchas manos y reunimos a más de 30 plumas nacionales e internacionales para narrar 30 historias, una por cada año que reflejara el momento del equipo en distintas épocas. Desde la creación del equipo en el 93, que la escribió Fernando Calle, hasta el surgimiento de la escuadra femenina el año pasado”.
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Además de lo inédito, la relevancia del libro para el ciclismo colombiano radica en dos factores. El primero, la narración de las historias de los ciclistas, entrenadores, dirigentes, utileros y equipo humano que han participado en la historia del equipo. “Este es un proyecto que depende de la voluntad política y, sin importar los colores ni los partidos, se ha logrado mantener en pie durante tres décadas. Eso es muy importante porque uno ve los frutos, luego de repasar la historia, y este equipo ha apostado por el ciclismo como herramienta de transformación social. La historia de la mayoría de ciclistas que pasaron por esta escuadra es de niños campesinos a los que, montando cicla, les cambió la vida”, resalta Diego Sandoval.
Pero, además, dice J. J. Osorio, el trabajo estadístico que adelantó John Fredy Valencia, estudiando año a año las plantillas de todos los equipos del Orgullo Paisa, es un trabajo invaluable, así como el archivo fotográfico que se consiguió para ilustrar el proyecto. Como si fuera poco, en el libro hay crónicas de escritores y periodistas de relevancia internacional, como el español Carlos Arribas, el argentino Mario Sábato y la mexicana Georgina Goga Ruiz, además de colombianos con mucha trayectoria en el medio como Carlos Julio Guzmán, Héctor Palau, Héctor Urrego, Anselmo Chemo Quiroz y Jairo Chávez, entre muchos otros. Por el lado de El Espectador, Fernando Camilo Garzón escribe una de las historias.
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