“Los colombianos nacimos para el ciclismo": Manuel Puerto
El primer campeón de la Vuelta de la Juventud compitió más de diez años al lado de los mejores pedalistas nacionales. Reconoce al valor de esta competencia, la carrera más importante en la categoría sub-23, que hoy celebra 50 ediciones forjando los futuros escarabajos nacionales. Su historia.
Juan Camilo Romero Gómez / Twitter: @juankromerog
El Club Deportivo Ciclo Ases ha sido uno de los forjadores de la historia del ciclismo colombiano. Constituida como la escuadra más antigua del país, por sus filas han pedaleado corredores de la talla de Lucho Herrera, Álvaro Pachón, Gustavo Rincón y Rafael Antonio Niño, entre otros.
Fundado oficialmente el 24 de febrero de 1957, Ciclo Ases tuvo en Leonidas Herrera la pieza fundamental para ser un referente en el ciclismo colombiano, especialmente en la categoría juvenil. “Don Leo”, como era conocido, pues falleció en 2015, hizo las veces de presidente, director, entrenador, masajista, mecánico, conductor y juez. Bajo su mando pasó la ilusión de miles de jóvenes que soñaron ser como Cochise, Patrocinio Jiménez, Oliverio Rincón o Fabio Parra.
La gran piedra que puso Leonidas Herrera con su equipo, en el ciclismo juvenil, fue hace 49 años, con el primer campeón de la Vuelta de la Juventud. El país se paralizaba para presenciar el evento. Nadie tenía en la mira a Manuel Puerto, un bogotano, de contextura delgada apodado Calambres por el comentarista Carlos Arturo Rueda y quien se iba a quedar en la historia del deporte de las bielas.
El Espectador habló con Manuel Puerto. El exciclista reflexiona, apela a la memoria y sin tapujos afirma que su mayor logro fue haber sido el campeón de la primera Vuelta de la Juventud, cuya edición número 50 comienza este domingo en Medellín y culminará el próximo domingo en Tunja, con más de 754 kilómetros divididos en siete etapas.
Puerto, condecorado por la Federación de Ciclismo en la previa de la competición, es consciente de que en la actualidad este deporte vive el mejor momento de su historia. “Para llegar a donde se está hoy, cada uno de los pedalistas colombianos ha puesto su grano de arena. A nosotros nos tocaba competir en carreteras destapadas y en condiciones que ya no se ven. La berraquera que nosotros le poníamos se fue cosechando y cada vez es mayor”, afirma el exciclista, quien se enorgullece de lo que forjó y de lo que es testigo hoy en día.
Pero Calambres no se queda ahí. Con mucha seguridad señala que “los colombianos nacimos para este deporte. Y la mayoría nace para ser el número uno”.
Con un acento cachaco bien marcado, Puerto repasa sus pedalazos. Oriundo del barrio Ricaurte, en la capital colombiana, Manuel pasaba su infancia jugando fútbol. Celebró el tetracampeonato de los 60 conseguido por Millonarios. Cada vez que podía, asistía a El Campín a deleitarse con el equipo del médico Gabriel Ochoa Uribe. Pero su vida cambiaría a los 17 años cuando, gracias a una rifa, se ganó una bicicleta.
“Me la pasaba en una bicicletería en la 30 con sexta y allí llegaban algunos de los mejores ciclistas de la época. Yo los observaba y cuando se iban, salía detrás de ellos a acompañarlos a entrenar”. Su primera competencia fue el Clásico Nacional de Turismeros. Precisamente una de las carreras más importantes de Cundinamarca, organizada por Leonidas Herrera. Quedó octavo y en el club Ciclo Ases ya lo iban perfilando como uno de sus mejores prospectos.
Primera Vuelta de la Juventud
Cochise era el mejor ciclista de Colombia. Dominó por completo la Vuelta a Colombia en 1963, 1964, 1966 y 1967. El deporte estaba en auge y los ciclistas estaban urgidos de competiciones. Por eso, la Federación se propuso crear una carrera dedicada a los jóvenes con el fin de forjar a los futuros pedalistas nacionales. Así nació la Vuelta de la Juventud en 1968. El evento fue organizado por El Espectador y contó con el apoyo de Bavaria y Productos Ramo.
“Era impresionante, todo el país respiraba ciclismo”, recuerda Puerto, quien cuando se enteró que iba a participar en la primera edición de la Vuelta de la Juventud, comenzó a buscar patrocinio. De hecho, el exciclista reconoce que afortunadamente a lo largo de su carrera, la cual comprende más de diez vueltas a Colombia, preselecciones a las Vueltas a México y Guatemala, y varias vueltas al Táchira, nunca le faltó apoyo.
La semilla del ciclismo colombiano
“Manuel Puerto, el campeón ‘a go-gó’ de la Vuelta de la Juventud”, fue el titular de El Espectador aquel 30 de enero de 1968, después de que Calambres llegara victorioso al estadio El Campín, tras ocho desgastantes etapas. El bogotano no se bajó del primer lugar nunca. Ni los pinchazos que sufrió en las dos últimas jornadas, ni los constantes ataques de los pedalistas de Antioquia y Valle, pudieron arrebatarle el mayor logro de su carrera. Es más, tuvieron que pasar 48 años para que igualaran su hazaña. Diego Fernando Cano, ganador en 2016, se convirtió en el segundo competidor en quedar campeón siendo líder de principio a fin.
Hoy en día, Cano prueba suerte en Europa y se perfila desde ya como una de las próximas figuras del ciclismo colombiano. Esa es la importancia de la Vuelta de la Juventud, en la que corredores como Fabio Parra, Martín Ramírez, Sergio Luis Henao, Fabio Duarte, Mauricio Ardila, Carlos Betancur, Mauricio Soler y Miguel Ángel López han forjado sus primeros pedalazos.
“El título de la Vuelta de la Juventud me ha dado mucha vida. Es un aliciente que me alimenta todos los días. El que se destaque en esta competición tiene un futuro asegurado”, señala Puerto, quien mantiene intactos cada uno de los recuerdos de hace 49 años. Como el ramo de flores con el que fue recibido en El Campín. Se lo entregó una prima aquel día, el único familiar que se hizo presente en ese momento.
– ¡¿No fue nadie más a recibirlo ese día?!
–No, sólo fue mi prima. Pero me dijo que todos estaban esperándome en la casa.
Después del retiro
Contrario a los recuerdos claros que tiene sobre sus primeros pasos en el ciclismo, a Puerto le cuesta saber con exactitud a qué edad se retiró de manera profesional, pues de la bicicleta jamás se ha bajado. Eso lo pueden constatar los 50 kilómetros diarios que realiza. “Me retiré cuando ya me sentía viejo. Cuando me di cuenta de que no podía ir en el lote de arriba, ya cuando se va haciendo más dura la competencia y cuando te van pasando los demás”, asegura.
Manuel Puerto hoy, a sus 69 años, vive para ser abuelo. Formó una familia y se mantiene entre Bogotá y Medellín. “Tuve varios trabajos personales, me estabilicé. No me falta nada. Vivo solamente para montar en bicicleta”, son las palabras del exciclista, que entre sus anécdotas se encuentra haber competido al lado de Rafael Antonio Niño, Álvaro Pachón y Pablo Hernández.
Pero el ciclismo también le dejó un hermano de vida: Álvaro Pachón. El ganador de una Vuelta a Colombia, un Clásico RCN, dos vueltas a México y tres vueltas al Táchira. También nació en el barrio Ricaurte y se forjó pedalazo tras pedalazo al lado del primer campeón de la Vuelta de la Juventud. La misma que espera llegar a 50 ediciones más, cosechando el futuro del deporte que más éxitos le ha entregado al país.
El Club Deportivo Ciclo Ases ha sido uno de los forjadores de la historia del ciclismo colombiano. Constituida como la escuadra más antigua del país, por sus filas han pedaleado corredores de la talla de Lucho Herrera, Álvaro Pachón, Gustavo Rincón y Rafael Antonio Niño, entre otros.
Fundado oficialmente el 24 de febrero de 1957, Ciclo Ases tuvo en Leonidas Herrera la pieza fundamental para ser un referente en el ciclismo colombiano, especialmente en la categoría juvenil. “Don Leo”, como era conocido, pues falleció en 2015, hizo las veces de presidente, director, entrenador, masajista, mecánico, conductor y juez. Bajo su mando pasó la ilusión de miles de jóvenes que soñaron ser como Cochise, Patrocinio Jiménez, Oliverio Rincón o Fabio Parra.
La gran piedra que puso Leonidas Herrera con su equipo, en el ciclismo juvenil, fue hace 49 años, con el primer campeón de la Vuelta de la Juventud. El país se paralizaba para presenciar el evento. Nadie tenía en la mira a Manuel Puerto, un bogotano, de contextura delgada apodado Calambres por el comentarista Carlos Arturo Rueda y quien se iba a quedar en la historia del deporte de las bielas.
El Espectador habló con Manuel Puerto. El exciclista reflexiona, apela a la memoria y sin tapujos afirma que su mayor logro fue haber sido el campeón de la primera Vuelta de la Juventud, cuya edición número 50 comienza este domingo en Medellín y culminará el próximo domingo en Tunja, con más de 754 kilómetros divididos en siete etapas.
Puerto, condecorado por la Federación de Ciclismo en la previa de la competición, es consciente de que en la actualidad este deporte vive el mejor momento de su historia. “Para llegar a donde se está hoy, cada uno de los pedalistas colombianos ha puesto su grano de arena. A nosotros nos tocaba competir en carreteras destapadas y en condiciones que ya no se ven. La berraquera que nosotros le poníamos se fue cosechando y cada vez es mayor”, afirma el exciclista, quien se enorgullece de lo que forjó y de lo que es testigo hoy en día.
Pero Calambres no se queda ahí. Con mucha seguridad señala que “los colombianos nacimos para este deporte. Y la mayoría nace para ser el número uno”.
Con un acento cachaco bien marcado, Puerto repasa sus pedalazos. Oriundo del barrio Ricaurte, en la capital colombiana, Manuel pasaba su infancia jugando fútbol. Celebró el tetracampeonato de los 60 conseguido por Millonarios. Cada vez que podía, asistía a El Campín a deleitarse con el equipo del médico Gabriel Ochoa Uribe. Pero su vida cambiaría a los 17 años cuando, gracias a una rifa, se ganó una bicicleta.
“Me la pasaba en una bicicletería en la 30 con sexta y allí llegaban algunos de los mejores ciclistas de la época. Yo los observaba y cuando se iban, salía detrás de ellos a acompañarlos a entrenar”. Su primera competencia fue el Clásico Nacional de Turismeros. Precisamente una de las carreras más importantes de Cundinamarca, organizada por Leonidas Herrera. Quedó octavo y en el club Ciclo Ases ya lo iban perfilando como uno de sus mejores prospectos.
Primera Vuelta de la Juventud
Cochise era el mejor ciclista de Colombia. Dominó por completo la Vuelta a Colombia en 1963, 1964, 1966 y 1967. El deporte estaba en auge y los ciclistas estaban urgidos de competiciones. Por eso, la Federación se propuso crear una carrera dedicada a los jóvenes con el fin de forjar a los futuros pedalistas nacionales. Así nació la Vuelta de la Juventud en 1968. El evento fue organizado por El Espectador y contó con el apoyo de Bavaria y Productos Ramo.
“Era impresionante, todo el país respiraba ciclismo”, recuerda Puerto, quien cuando se enteró que iba a participar en la primera edición de la Vuelta de la Juventud, comenzó a buscar patrocinio. De hecho, el exciclista reconoce que afortunadamente a lo largo de su carrera, la cual comprende más de diez vueltas a Colombia, preselecciones a las Vueltas a México y Guatemala, y varias vueltas al Táchira, nunca le faltó apoyo.
La semilla del ciclismo colombiano
“Manuel Puerto, el campeón ‘a go-gó’ de la Vuelta de la Juventud”, fue el titular de El Espectador aquel 30 de enero de 1968, después de que Calambres llegara victorioso al estadio El Campín, tras ocho desgastantes etapas. El bogotano no se bajó del primer lugar nunca. Ni los pinchazos que sufrió en las dos últimas jornadas, ni los constantes ataques de los pedalistas de Antioquia y Valle, pudieron arrebatarle el mayor logro de su carrera. Es más, tuvieron que pasar 48 años para que igualaran su hazaña. Diego Fernando Cano, ganador en 2016, se convirtió en el segundo competidor en quedar campeón siendo líder de principio a fin.
Hoy en día, Cano prueba suerte en Europa y se perfila desde ya como una de las próximas figuras del ciclismo colombiano. Esa es la importancia de la Vuelta de la Juventud, en la que corredores como Fabio Parra, Martín Ramírez, Sergio Luis Henao, Fabio Duarte, Mauricio Ardila, Carlos Betancur, Mauricio Soler y Miguel Ángel López han forjado sus primeros pedalazos.
“El título de la Vuelta de la Juventud me ha dado mucha vida. Es un aliciente que me alimenta todos los días. El que se destaque en esta competición tiene un futuro asegurado”, señala Puerto, quien mantiene intactos cada uno de los recuerdos de hace 49 años. Como el ramo de flores con el que fue recibido en El Campín. Se lo entregó una prima aquel día, el único familiar que se hizo presente en ese momento.
– ¡¿No fue nadie más a recibirlo ese día?!
–No, sólo fue mi prima. Pero me dijo que todos estaban esperándome en la casa.
Después del retiro
Contrario a los recuerdos claros que tiene sobre sus primeros pasos en el ciclismo, a Puerto le cuesta saber con exactitud a qué edad se retiró de manera profesional, pues de la bicicleta jamás se ha bajado. Eso lo pueden constatar los 50 kilómetros diarios que realiza. “Me retiré cuando ya me sentía viejo. Cuando me di cuenta de que no podía ir en el lote de arriba, ya cuando se va haciendo más dura la competencia y cuando te van pasando los demás”, asegura.
Manuel Puerto hoy, a sus 69 años, vive para ser abuelo. Formó una familia y se mantiene entre Bogotá y Medellín. “Tuve varios trabajos personales, me estabilicé. No me falta nada. Vivo solamente para montar en bicicleta”, son las palabras del exciclista, que entre sus anécdotas se encuentra haber competido al lado de Rafael Antonio Niño, Álvaro Pachón y Pablo Hernández.
Pero el ciclismo también le dejó un hermano de vida: Álvaro Pachón. El ganador de una Vuelta a Colombia, un Clásico RCN, dos vueltas a México y tres vueltas al Táchira. También nació en el barrio Ricaurte y se forjó pedalazo tras pedalazo al lado del primer campeón de la Vuelta de la Juventud. La misma que espera llegar a 50 ediciones más, cosechando el futuro del deporte que más éxitos le ha entregado al país.