Los rivales de Egan Bernal en el Giro de Italia
El frío primaveral y su columna vertebral son la gran amenaza.
Rafael Mendoza
Casi en forma unánime los especialistas europeos y los comentaristas de nuestro país señalan como súper favorito del Giro de Italia, que se iniciará en Turín el próximo sábado, al colombiano Egan Bernal. El líder del Ineos parece sobrado de lote en una prueba que tiene una buena dosis de montaña.
Sin desconocer a rivales como Simón Yates, Joao Almeyda, Mikel Landa, Dan Martin, Marc Soler y el mismo Vincenzo Níbali, hay que decir que Bernal deberá enfrentar a dos enemigos mucho más temibles: el frío paralizador de esta época de primavera y su propio cuerpo, que al parecer no está totalmente restablecido del complicado problema de su columna vertebral.
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Desde que los colombianos llegaron al ciclismo profesional, en 1.983, se dieron cuenta de que, aunque eran casi imbatibles en América, tenían numerosas falencias para enfrentar a los profesionales como los recorridos interminables, su falta de agilidad para descender, los abanicos que se armaban cada vez que se presentaban los vientos cruzados y en especial el clima glacial en la primavera y en el otoño.
Superar los excesivos kilometrajes de las etapas no fue difícil, bastó entrenar a paso más lento en recorridos que superaban los 250 kilómetros. Así mismo arriesgando y practicando con agilidad comenzaron a aparecer en cabeza de los lotes desde la época de Libardo Niño. Medírsele a los ventarrones que barrían las carreteras fue más difícil pero, guapeando, tanto Fabio Parra como Luis Herrera lograron mantenerse en el grupito de cabeza y hubo que esperar a Egan Bernal para ver a un colombiano no solamente marchando cómodamente en los abanicos sino hasta propiciándolos con mucha entereza.
El enemigo más duro
Pero el enemigo al que no se le ha encontrado una contra es el frío. Basta recordar que Superman López, hace apenas una semana, se mantuvo entre los diez primeros en el Tour de Romandía hasta que dos jornadas de lluvia y de hielo lo volvieron flecos y lo mandaron a posiciones secundarias. Habrá que esperar que el tiempo sea propicio en las semanas que vienen para que los nuestros no sean abatidos por este enemigo invencible hasta este momento, en forma especial en los primeros días de competencia ya que la carrera irá por el norte de Italia, justamente la región más gélida...
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Quienes viven en las sabanas de la cordillera oriental pueden pensar que el frío que sienten con frecuencia es tolerable y que por ello por lo menos los que se mantienen sobre los 2.600 metros no tienen por qué inquietarse. Pero no hay que engañarse. Lo que se siente allá, en carreteras bordeadas por enormes bloques de hielo, hasta en jornadas con el cielo intensamente azul, es de otra dimensión y quizás la única manera de poder superarlo es esperar que el planeta dé una voltereta y que Colombia quede en una zona con estaciones que nos permitan nacer, crecer y vivir con esos fríos intensos que aguantan casi la mitad del año. Aún recuerdo que en la Vuelta a España que ganó Lucho me gané un regaño de Patrocinio Jiménez porque comenté que el clima había sido benévolo: “usted puede decir eso porque no va en una bicicleta... Mire” y extendió las manos intentando cerrar los dedos sin poder hacerlo.
Por otra parte el extraordinario ciclista de Zipaquirá al parecer no se ha recuperado totalmente del gravísimo problema que ha enfrentado en los últimos meses ya que algunas de sus vértebras le pellizcan nervios que le causan dolores muy agudos de espalda. Tras un comienzo esperanzador en las pruebas europeas debió regresar al país para intensificar el tratamiento para superar su dolencia. Hay que hacer fuerza para que las 21 rudas etapas de la prueba no le pasen factura.
El Giro tiene 8 premios de montaña de cuarta categoría, 12 de tercera, 9 de segunda, 12 de primera y uno de clase especial. Habrá que enfrentar cumbres en Los Apeninos, en las Dolomitas y en los Alpes. Todo parece a favor de Egan, pero habrá que esperar que tenga salud y arrestos para que pueda superar a esos rivales que tiene fuera del pelotón.
Casi en forma unánime los especialistas europeos y los comentaristas de nuestro país señalan como súper favorito del Giro de Italia, que se iniciará en Turín el próximo sábado, al colombiano Egan Bernal. El líder del Ineos parece sobrado de lote en una prueba que tiene una buena dosis de montaña.
Sin desconocer a rivales como Simón Yates, Joao Almeyda, Mikel Landa, Dan Martin, Marc Soler y el mismo Vincenzo Níbali, hay que decir que Bernal deberá enfrentar a dos enemigos mucho más temibles: el frío paralizador de esta época de primavera y su propio cuerpo, que al parecer no está totalmente restablecido del complicado problema de su columna vertebral.
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Desde que los colombianos llegaron al ciclismo profesional, en 1.983, se dieron cuenta de que, aunque eran casi imbatibles en América, tenían numerosas falencias para enfrentar a los profesionales como los recorridos interminables, su falta de agilidad para descender, los abanicos que se armaban cada vez que se presentaban los vientos cruzados y en especial el clima glacial en la primavera y en el otoño.
Superar los excesivos kilometrajes de las etapas no fue difícil, bastó entrenar a paso más lento en recorridos que superaban los 250 kilómetros. Así mismo arriesgando y practicando con agilidad comenzaron a aparecer en cabeza de los lotes desde la época de Libardo Niño. Medírsele a los ventarrones que barrían las carreteras fue más difícil pero, guapeando, tanto Fabio Parra como Luis Herrera lograron mantenerse en el grupito de cabeza y hubo que esperar a Egan Bernal para ver a un colombiano no solamente marchando cómodamente en los abanicos sino hasta propiciándolos con mucha entereza.
El enemigo más duro
Pero el enemigo al que no se le ha encontrado una contra es el frío. Basta recordar que Superman López, hace apenas una semana, se mantuvo entre los diez primeros en el Tour de Romandía hasta que dos jornadas de lluvia y de hielo lo volvieron flecos y lo mandaron a posiciones secundarias. Habrá que esperar que el tiempo sea propicio en las semanas que vienen para que los nuestros no sean abatidos por este enemigo invencible hasta este momento, en forma especial en los primeros días de competencia ya que la carrera irá por el norte de Italia, justamente la región más gélida...
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Quienes viven en las sabanas de la cordillera oriental pueden pensar que el frío que sienten con frecuencia es tolerable y que por ello por lo menos los que se mantienen sobre los 2.600 metros no tienen por qué inquietarse. Pero no hay que engañarse. Lo que se siente allá, en carreteras bordeadas por enormes bloques de hielo, hasta en jornadas con el cielo intensamente azul, es de otra dimensión y quizás la única manera de poder superarlo es esperar que el planeta dé una voltereta y que Colombia quede en una zona con estaciones que nos permitan nacer, crecer y vivir con esos fríos intensos que aguantan casi la mitad del año. Aún recuerdo que en la Vuelta a España que ganó Lucho me gané un regaño de Patrocinio Jiménez porque comenté que el clima había sido benévolo: “usted puede decir eso porque no va en una bicicleta... Mire” y extendió las manos intentando cerrar los dedos sin poder hacerlo.
Por otra parte el extraordinario ciclista de Zipaquirá al parecer no se ha recuperado totalmente del gravísimo problema que ha enfrentado en los últimos meses ya que algunas de sus vértebras le pellizcan nervios que le causan dolores muy agudos de espalda. Tras un comienzo esperanzador en las pruebas europeas debió regresar al país para intensificar el tratamiento para superar su dolencia. Hay que hacer fuerza para que las 21 rudas etapas de la prueba no le pasen factura.
El Giro tiene 8 premios de montaña de cuarta categoría, 12 de tercera, 9 de segunda, 12 de primera y uno de clase especial. Habrá que enfrentar cumbres en Los Apeninos, en las Dolomitas y en los Alpes. Todo parece a favor de Egan, pero habrá que esperar que tenga salud y arrestos para que pueda superar a esos rivales que tiene fuera del pelotón.