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“Mejor malo conocido que nuevo por conocer”, la frase que, de alguna manera, se adapta a la decisión de Miguel Ángel López, quien fue confirmado como nuevo corredor del Astana, escuadra en la que compitió por cinco años hasta que dio el salto al Movistar Team este año. Y aunque no es “malo”, sí es un paso atrás en su carrera tras su retiro inédito de la pasada Vuelta a España por desencuentros con su equipo.
Tenía dos opciones en la mesa: regresar a su antiguo equipo o irse al Bora, equipo que se desprendió del lujoso salario de Peter Sagan y se ha reforzado con un buen grupo de ciclistas talentosos, uno de ellos el colombiano Sergio Higuita. Pero la brecha cultural primó en su decisión. Tendría que concentrarse en Alemania, un país en el que el idioma, el frío y las costumbres son diferentes a las de España, donde correría si regresaba al Astana.
El equipo kazajo, que no pasa por un buen momento a nivel administrativo y organizacional, con varios ajustes y algunos escándalos y problemas de patrocinios, en el ámbito deportivo está en un proceso de reestructuración tras la partida de sus cuatro ciclistas bandera: Jakob Fuglsang, los hermanos Izagirre y Luis León Sánchez. Pero también han llegado gallos pesados como Vincenzo Nibali, Gianni Moscon, David de la Cruz, Joe Dombrowski, Leonardo Basso y el colombiano Sebastián Henao. Miguel Ángel López será el jefe de filas exclusivo para las grandes vueltas en una escuadra en la que se subió al podio dos veces en 2018, cuando fue tercero en el Giro de Italia y la Vuelta a España.
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Todos ellos se unirán a Harold Tejada, uno de los ciclistas colombianos jóvenes más completos y prometedores del World Tour. Tras una primera temporada imperial para él, su segunda arroja muchas preguntas. Corrió muy pocas carreras, no le dieron tantas oportunidades de expresarse y tuvo que trabajar por completo para sus compañeros. Una situación que le dejó un sinsabor, aun cuando Tejada es un ciclista comprometido y profesional. A pesar de eso, aunque se hablaba de que iba a dejar el Astana, el huilense finalmente renovó su contrato.
En el Movistar Team la polémica, tras la salida de López, sigue en la agenda del día. Ahora se confirmó que José Luis Arrieta, uno de sus directores más representativos, no seguirá para 2022. Tras algunos malestares, emprenderá acciones legales en contra del equipo. La llegada de Patxi Vila, responsable de rendimiento, le restó autoridad en las decisiones de la escuadra, pues ambos tienen maneras opuestas de correr el ciclismo. Y ha aterrizado otro colombiano a llenar el vacío que dejó Supermán López: Iván Ramiro Sosa, quien llegó proveniente del Ineos. El vacío comercial en la región, porque ambos son ciclistas con perfiles diferentes.
Sosa es un escalador puro, con problemas en las pruebas contra el reloj. Y un corredor de carreras de una semana, en las que no haya pruebas al cronómetro. Él será la nueva cuota colombiana en el equipo junto a Einer Rubio a la espera del futuro de Juan Diego Alba, que no ha renovado su contrato.
Cuando Miguel Ángel López dejó el Astana fue para dar un paso adelante en su carrera, entrenar con mejores materiales y aspirar a ganar una gran vuelta. La relación, algo natural cuando uno lleva cinco años en el mismo lugar, ya estaba desgastada. Y López corrió el Giro de 2020 contra su voluntad con la obligación de ir de gregario, unos días después del Tour, teniendo la posibilidad de ir a la Vuelta. El Movistar, a pesar de los sentimientos encontrados que genere en el país, era una buena opción.
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La convivencia, sobre todo después de la Vuelta a España, tras un gran comienzo con sus nuevos compañeros, no fue la mejor. No hubo química. Ese es el panorama con el que regresará el ganador de la etapa reina de la pasada Vuelta a España y del Tour 2020, tal vez el mejor escalador del mundo cuando se sube a más de 2.000 metros. El tiempo determinará si fue o no una buena decisión. ¿Habrá vida lejos del Movistar?