Mikel Zabala: “Hay que tener cuidado con el ciclismo virtual”
El preparador físico del equipo Movistar, habló de las ventajas de los simuladores, pero también de lo perjudiciales que pueden ser si no se usan adecuadamente. Además, se refirió a la realización de competencias por computador.
Camilo Amaya
El domingo pasado Greg Van Avermaet, el vigente campeón olímpico de la ruta, ganó el Tour de Flandes. Y no lo hizo en la región flamenca de Bélgica, tampoco pasando por la colina de Koppenberg o el muro de Grammont. Lo hizo desde su casa, a través de la plataforma Bkool, tras un recorrido de 30,1 kilómetros que terminó en Oudenaarde, 235,9 km menos que lo que estaba pactado antes de que apareciera el COVID-19. El belga superó a Oliver Naesen y a Nicolas Roche en un triunfo curioso y peculiar que tuvo 600.000 espectadores, cifra nada despreciable cuando se piensa en publicidad.
Por eso, y viendo el éxito de uno de los cinco monumentos, el Tour de Suiza se prepara para llevar a cabo su versión digital, The Digital Swiss 5, prueba que irá del 22 al 26 de abril y contará con la participación de 15 equipos World Tour, entre ellos el Ineos del colombiano Egan Bernal, campeón defensor. Pero, ¿qué tan productivas pueden ser este tipo de competencias o un entrenamiento virtual para un ciclista élite? El Espectador habló con Mikel Zabala, preparador físico del Movistar y quien hace unos años trabajó en el desarrollo del software de Bkool, para despejar algunas dudas no solo de estas carreras, sino de los simuladores, que se ha convertido en la herramienta de la mayoría para seguir activos.
Fisiológicamente, ¿qué tan efectivo es el entrenamiento en este tipo de rodillo y con esas aplicaciones?
Es algo para tener cuidado. En nuestro caso, no recomendamos hacer sesiones de más de dos horas, porque 60 minutos en rodillo pueden equivaler a 120 en carretera. Es una carga concentrada y si se te va la mano te quemas. Puedes sostener entre 200 y 300 vatios fácilmente y el cuerpo se funde. Por ejemplo, hace unos días expulsaron a Thomas de Gendt de una competencia virtual por pedalear arriba de los 550 vatios. Quiero verlo cuando volvamos a la carretera.
Entonces, ¿qué es lo aconsejable?
Combinar con ejercicios calisténicos, abdominales, flexiones de pecho, todo lo que ayude a mantener la postura. También hacer una hora de rodillo en ayunas y quizá doble sesión en las tardes, en intervalos cortos.
Usted está en contacto con todos los ciclistas del Movistar, ¿qué le dicen de estos programas virtuales?
Hay unos que ya están cansados y aburridos con el rodillo, pues no es lo mismo. Pero no queda otra opción, por ahora.
Algunos equipos ruedan virtualmente juntos. ¿Ustedes hacen lo mismo?
Bueno, no es muy habitual, por los horarios diferentes de donde está cada uno. Además porque hay ciclistas que sí están saliendo, pues en sus países lo pueden hacer. Es el caso del alemán Juri Hollman y el estadounidense Matteo Jorgenson. Sin embargo, tratamos de no imponer eso, la idea es que cada quien entrene con el grupo con el que lo hace habitualmente. No es momento de imposiciones, sino de buscar alternativas para que este tiempo se pase lo mejor posible. Y si cada quien tiene su grupeta, y comparte, se ríe y se desestresa con ellos, ahí está la mejor terapia.
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Ya pasó el Tour de Flandes virtual y más adelante vendrá el Tour de Suiza. ¿Qué opina de estas competencias?
Es una forma de salirle al paso a lo comercial y ya. No se puede tomar en serio. Sí, te diviertes, interactúas con los aficionados, llegas a otras audiencias, pero por más que digan que es una prueba competitiva carece de veracidad. Lo único que puedo decir es que el Tour de Suiza será imprevisible.
¿Por qué?
Porque se puede engañar al software poniendo un peso menor, por lo que los vatios-kilos en un ascenso cambian y se puede ir más rápido. Lo sé porque yo ayudé a diseñar uno de los programas más famosos del momento. El rodillo también influye, la marca, el tiro, todo. Entonces no hay igualdad de condiciones. Otra cosa es que se unifiquen las herramientas y ahí sí podríamos estar hablando de una carrera real.
Una competencia que no tiene nada de real…
Claro. La bicicleta no es solo pedalear. Este deporte tiene un componente de simbiosis con la naturaleza, de sentir la lluvia, el viento en la cara, la temperatura, de divertirse en la carretera. Además, no hay zonas de pedaleo cero, tampoco mejoras la técnica en la bajada, la inclinación, el salir arrancando en una curva, los vaivenes. Pedalear es solo un elemento de tantos que tiene el ciclismo.
¿Qué tan dura ha sido esta situación para los corredores en una época en la que la gran mayoría alcanza el punto de rendimiento deseado en lo más fuerte de la temporada?
Es como si fuera el comienzo de todo. En nuestro caso había una heterogeneidad en el punto de forma. Ahora hay que individualizar todo. El que traía ritmo debe mantenerse sin caer en los excesos, los que tenían alguna molestia pues tienen tiempo de recuperarse y así con cada uno. De todas formas, lo importante acá es mantener al corredor motivado, con ansias de que todo termine y se regrese a la normalidad, la normalidad deportiva claro está. Porque si no tienes ánimos puedes terminar no solo aborreciendo el rodillo sino el ciclismo mismo.
Por último, usted es el que maneja personalmente las rutinas de Alejandro Valverde, quien dentro de poco cumplirá 40 años. ¿Cómo lo nota en estos tiempos de cuarentena?
Su vida bascula en torno a la bicicleta. Es un tío tan disciplinado que a veces asombra. De hecho, me atrevo a decir que si el Tour de Francia iniciara al día siguiente de que termine el confinamiento, Alejandro sería el principal favorito, lejos. Y eso que todos han estado bajo las mismas circunstancias. Ya te imaginarás cómo se entrena.
icamaya@elespectador.com
El domingo pasado Greg Van Avermaet, el vigente campeón olímpico de la ruta, ganó el Tour de Flandes. Y no lo hizo en la región flamenca de Bélgica, tampoco pasando por la colina de Koppenberg o el muro de Grammont. Lo hizo desde su casa, a través de la plataforma Bkool, tras un recorrido de 30,1 kilómetros que terminó en Oudenaarde, 235,9 km menos que lo que estaba pactado antes de que apareciera el COVID-19. El belga superó a Oliver Naesen y a Nicolas Roche en un triunfo curioso y peculiar que tuvo 600.000 espectadores, cifra nada despreciable cuando se piensa en publicidad.
Por eso, y viendo el éxito de uno de los cinco monumentos, el Tour de Suiza se prepara para llevar a cabo su versión digital, The Digital Swiss 5, prueba que irá del 22 al 26 de abril y contará con la participación de 15 equipos World Tour, entre ellos el Ineos del colombiano Egan Bernal, campeón defensor. Pero, ¿qué tan productivas pueden ser este tipo de competencias o un entrenamiento virtual para un ciclista élite? El Espectador habló con Mikel Zabala, preparador físico del Movistar y quien hace unos años trabajó en el desarrollo del software de Bkool, para despejar algunas dudas no solo de estas carreras, sino de los simuladores, que se ha convertido en la herramienta de la mayoría para seguir activos.
Fisiológicamente, ¿qué tan efectivo es el entrenamiento en este tipo de rodillo y con esas aplicaciones?
Es algo para tener cuidado. En nuestro caso, no recomendamos hacer sesiones de más de dos horas, porque 60 minutos en rodillo pueden equivaler a 120 en carretera. Es una carga concentrada y si se te va la mano te quemas. Puedes sostener entre 200 y 300 vatios fácilmente y el cuerpo se funde. Por ejemplo, hace unos días expulsaron a Thomas de Gendt de una competencia virtual por pedalear arriba de los 550 vatios. Quiero verlo cuando volvamos a la carretera.
Entonces, ¿qué es lo aconsejable?
Combinar con ejercicios calisténicos, abdominales, flexiones de pecho, todo lo que ayude a mantener la postura. También hacer una hora de rodillo en ayunas y quizá doble sesión en las tardes, en intervalos cortos.
Usted está en contacto con todos los ciclistas del Movistar, ¿qué le dicen de estos programas virtuales?
Hay unos que ya están cansados y aburridos con el rodillo, pues no es lo mismo. Pero no queda otra opción, por ahora.
Algunos equipos ruedan virtualmente juntos. ¿Ustedes hacen lo mismo?
Bueno, no es muy habitual, por los horarios diferentes de donde está cada uno. Además porque hay ciclistas que sí están saliendo, pues en sus países lo pueden hacer. Es el caso del alemán Juri Hollman y el estadounidense Matteo Jorgenson. Sin embargo, tratamos de no imponer eso, la idea es que cada quien entrene con el grupo con el que lo hace habitualmente. No es momento de imposiciones, sino de buscar alternativas para que este tiempo se pase lo mejor posible. Y si cada quien tiene su grupeta, y comparte, se ríe y se desestresa con ellos, ahí está la mejor terapia.
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Ya pasó el Tour de Flandes virtual y más adelante vendrá el Tour de Suiza. ¿Qué opina de estas competencias?
Es una forma de salirle al paso a lo comercial y ya. No se puede tomar en serio. Sí, te diviertes, interactúas con los aficionados, llegas a otras audiencias, pero por más que digan que es una prueba competitiva carece de veracidad. Lo único que puedo decir es que el Tour de Suiza será imprevisible.
¿Por qué?
Porque se puede engañar al software poniendo un peso menor, por lo que los vatios-kilos en un ascenso cambian y se puede ir más rápido. Lo sé porque yo ayudé a diseñar uno de los programas más famosos del momento. El rodillo también influye, la marca, el tiro, todo. Entonces no hay igualdad de condiciones. Otra cosa es que se unifiquen las herramientas y ahí sí podríamos estar hablando de una carrera real.
Una competencia que no tiene nada de real…
Claro. La bicicleta no es solo pedalear. Este deporte tiene un componente de simbiosis con la naturaleza, de sentir la lluvia, el viento en la cara, la temperatura, de divertirse en la carretera. Además, no hay zonas de pedaleo cero, tampoco mejoras la técnica en la bajada, la inclinación, el salir arrancando en una curva, los vaivenes. Pedalear es solo un elemento de tantos que tiene el ciclismo.
¿Qué tan dura ha sido esta situación para los corredores en una época en la que la gran mayoría alcanza el punto de rendimiento deseado en lo más fuerte de la temporada?
Es como si fuera el comienzo de todo. En nuestro caso había una heterogeneidad en el punto de forma. Ahora hay que individualizar todo. El que traía ritmo debe mantenerse sin caer en los excesos, los que tenían alguna molestia pues tienen tiempo de recuperarse y así con cada uno. De todas formas, lo importante acá es mantener al corredor motivado, con ansias de que todo termine y se regrese a la normalidad, la normalidad deportiva claro está. Porque si no tienes ánimos puedes terminar no solo aborreciendo el rodillo sino el ciclismo mismo.
Por último, usted es el que maneja personalmente las rutinas de Alejandro Valverde, quien dentro de poco cumplirá 40 años. ¿Cómo lo nota en estos tiempos de cuarentena?
Su vida bascula en torno a la bicicleta. Es un tío tan disciplinado que a veces asombra. De hecho, me atrevo a decir que si el Tour de Francia iniciara al día siguiente de que termine el confinamiento, Alejandro sería el principal favorito, lejos. Y eso que todos han estado bajo las mismas circunstancias. Ya te imaginarás cómo se entrena.
icamaya@elespectador.com