Nelson Soto, la revelación de la Vuelta a Colombia
El barranquillero celebró en tres oportunidades en la ronda nacional. Logró victoria en Barrancabermeja, Yumbo y Dos Quebradas. Su objetivo: correr las grandes en Europa.
Jesús Miguel de La Hoz - Enviado especial
En el terreno llano, el Coldeportes Claro es el amo y señor en Colombia. Es un equipo que ha trabajado algunos de los mejores velocistas del país: Fernando Gaviria, Álvaro Hodeg y ahora Nelson Soto. Es un toro cuando pedalea. Son pocos los que han podido seguirle el paso. Ni los codazos ni los manillares lo detienen. Cuando está enfocado en un objetivo, no existe obstáculo alguno que lo distraiga. La potencia que imprime en cada pedalazo es notable en comparación a su biotipo como ciclista, debido a que mide 1,78 centímetros y es delgado como un escalador.
Su sueño se inició en el velódromo de Barranquilla en 2009 cuando tenía 16 años. Allí sentado junto a Luis Soto, su papá, se visualizó compitiendo. Las imágenes del joven recorrían toda la pista. En su mente los giros se daban con mayor rapidez, sacándole ventaja a sus competidores y finalizando en la primera posición en una carrera creada en su cabeza. En esa época era extrovertido y cansón. A su papá le costaba hacerlo quedar quieto. Era una tarea casi imposible. Por eso mientras en su imaginación se veía compitiendo, él bajaba y subía los escalones del centro deportivo.
Don Luis en ese momento entendió que una bicicleta era precisa para que su hijo se enfocara en otras cosas y dejara de lado la tristeza que lo invadía (perdió a su mamá a temprana edad) y aplacarlo. Que no fuera más ese joven extrovertido que ponía patas arriba su casa en el barrio Las Moras en Soledad, Atlántico. Así que le armó su primera cicla de carreras. Era azul, estaba un poco gastada, pero funcionaba a la perfección. Nelson Soto no hacía recorrido de largo kilometraje sino que se enfocó en entrenarse en el velódromo de la ciudad.
Allí lo vio José Pepe Caballero, entrenador de pista en el Atlántico. Él se encargó de mejorar la posición sobre la bicicleta de Soto y potenciar las cualidades que ya mostraba con 16 años. De a poco, un joven alto y delgado se estaba convirtiendo en velocista sin igual. El trabajo que realizó fue notable. Abrió los ojos casi de inmediato. Pero no duró mucho en la pista. Fueron tres años, pero su sueño era la ruta. En 2015 estuvo en el equipo Tenis Star de México. “Fue una buena experiencia, me fui de aventurero y me sirvió ese conocimiento para no quejarme por cosas mínimas. Cuando me llamaron, no lo pensé dos veces”.
Fue en 2016 cuando el Coldeportes Claro le dio la oportunidad, compitió en la Vuelta de la Juventud, ganó etapa y empezó a demostrar todo el talento que tiene guardado. “Lo que más me ha sorprendido de Soto es la fortaleza, la fuerza de voluntad y la entrega. La voluntad de superación de este joven es increíble”, destaca Jorge Arbeláez, entrenador del equipo de Coldeportes Claro. “La parte fisiológica es excepcional en este joven cuando se trata del embalaje, además se defiende muy bien en la montaña, debido a que tiene biotipo de escalador. No obstante, destaca por sus fibras musculares, eso hace que brille en el sprint”.
Una de las claves para que el equipo Coldeportes Claro maneje bien a sus velocistas es que Jorge Arveláez es un hombre muy dedicado a lo que hace. Se dedica a potenciar a los ciclistas, dependiendo de las fortalezas que tengan y en especial con los sprinters, “trabajamos con fundamentos de pista. En la transmoto en la carretera se hacen trabajos específicos de resistencia y velocidad máxima. Nos consideramos especialistas en transmoto. En colombia son pocos los entrenadores que hacen transmoto junto a sus ciclistas. Por mi parte, a todos les he hecho el trabajo. He vivido junto a ellos lo que sienten”, señala el entrenador, quien se encargó de fortalecer a Soto para que se convirtiera en el embalador que hoy por hoy domina la Vuelta a Colombia.
No se compara con nadie. Simplemente destaca que está trabajando duro para lograr el sueño de su vida: correr las grandes vueltas del ciclismo mundial. “No sé si llegaré a ser como Fernando Gaviria, quien es un corredor ya consagrado, pero eso sí trabajaré para llegar a donde él está”, dice el joven con humildad, quien de seguir así logrará rápidamente cumplir el sueño de estar en un equipo importante en Europa y debutar en una de las tres carreras más importantes que tiene el ciclismo internacional: Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España.
jdelahoz@elespectador.com
En el terreno llano, el Coldeportes Claro es el amo y señor en Colombia. Es un equipo que ha trabajado algunos de los mejores velocistas del país: Fernando Gaviria, Álvaro Hodeg y ahora Nelson Soto. Es un toro cuando pedalea. Son pocos los que han podido seguirle el paso. Ni los codazos ni los manillares lo detienen. Cuando está enfocado en un objetivo, no existe obstáculo alguno que lo distraiga. La potencia que imprime en cada pedalazo es notable en comparación a su biotipo como ciclista, debido a que mide 1,78 centímetros y es delgado como un escalador.
Su sueño se inició en el velódromo de Barranquilla en 2009 cuando tenía 16 años. Allí sentado junto a Luis Soto, su papá, se visualizó compitiendo. Las imágenes del joven recorrían toda la pista. En su mente los giros se daban con mayor rapidez, sacándole ventaja a sus competidores y finalizando en la primera posición en una carrera creada en su cabeza. En esa época era extrovertido y cansón. A su papá le costaba hacerlo quedar quieto. Era una tarea casi imposible. Por eso mientras en su imaginación se veía compitiendo, él bajaba y subía los escalones del centro deportivo.
Don Luis en ese momento entendió que una bicicleta era precisa para que su hijo se enfocara en otras cosas y dejara de lado la tristeza que lo invadía (perdió a su mamá a temprana edad) y aplacarlo. Que no fuera más ese joven extrovertido que ponía patas arriba su casa en el barrio Las Moras en Soledad, Atlántico. Así que le armó su primera cicla de carreras. Era azul, estaba un poco gastada, pero funcionaba a la perfección. Nelson Soto no hacía recorrido de largo kilometraje sino que se enfocó en entrenarse en el velódromo de la ciudad.
Allí lo vio José Pepe Caballero, entrenador de pista en el Atlántico. Él se encargó de mejorar la posición sobre la bicicleta de Soto y potenciar las cualidades que ya mostraba con 16 años. De a poco, un joven alto y delgado se estaba convirtiendo en velocista sin igual. El trabajo que realizó fue notable. Abrió los ojos casi de inmediato. Pero no duró mucho en la pista. Fueron tres años, pero su sueño era la ruta. En 2015 estuvo en el equipo Tenis Star de México. “Fue una buena experiencia, me fui de aventurero y me sirvió ese conocimiento para no quejarme por cosas mínimas. Cuando me llamaron, no lo pensé dos veces”.
Fue en 2016 cuando el Coldeportes Claro le dio la oportunidad, compitió en la Vuelta de la Juventud, ganó etapa y empezó a demostrar todo el talento que tiene guardado. “Lo que más me ha sorprendido de Soto es la fortaleza, la fuerza de voluntad y la entrega. La voluntad de superación de este joven es increíble”, destaca Jorge Arbeláez, entrenador del equipo de Coldeportes Claro. “La parte fisiológica es excepcional en este joven cuando se trata del embalaje, además se defiende muy bien en la montaña, debido a que tiene biotipo de escalador. No obstante, destaca por sus fibras musculares, eso hace que brille en el sprint”.
Una de las claves para que el equipo Coldeportes Claro maneje bien a sus velocistas es que Jorge Arveláez es un hombre muy dedicado a lo que hace. Se dedica a potenciar a los ciclistas, dependiendo de las fortalezas que tengan y en especial con los sprinters, “trabajamos con fundamentos de pista. En la transmoto en la carretera se hacen trabajos específicos de resistencia y velocidad máxima. Nos consideramos especialistas en transmoto. En colombia son pocos los entrenadores que hacen transmoto junto a sus ciclistas. Por mi parte, a todos les he hecho el trabajo. He vivido junto a ellos lo que sienten”, señala el entrenador, quien se encargó de fortalecer a Soto para que se convirtiera en el embalador que hoy por hoy domina la Vuelta a Colombia.
No se compara con nadie. Simplemente destaca que está trabajando duro para lograr el sueño de su vida: correr las grandes vueltas del ciclismo mundial. “No sé si llegaré a ser como Fernando Gaviria, quien es un corredor ya consagrado, pero eso sí trabajaré para llegar a donde él está”, dice el joven con humildad, quien de seguir así logrará rápidamente cumplir el sueño de estar en un equipo importante en Europa y debutar en una de las tres carreras más importantes que tiene el ciclismo internacional: Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España.
jdelahoz@elespectador.com