"No corro por dinero sino por pasión": Óscar Sevilla

Óscar Sevilla participará desde el martes en su novena Vuelta a Colombia, competencia que ha ganado en tres ocasiones.

Jesús Miguel De La Hoz
30 de julio de 2017 - 02:11 p. m.
Óscar Sevilla, campeón de la Vuelta a Colombia en 2013, 2014 y 2015. / Cristian Garavito
Óscar Sevilla, campeón de la Vuelta a Colombia en 2013, 2014 y 2015. / Cristian Garavito
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En la cara se le asoman las primeras arrugas. Los 40 años no vienen solos, pero aun así Óscar Sevilla sigue corriendo con la misma ilusión con la que comenzó en el ciclismo. “El viejito del pelotón colombiano”, se apoda entre risas. Sin embargo, cuando habla de este deporte los ojos se le iluminan, se le dibuja una sonrisa casi imposible de borrar. Parece un novato a punto de debutar. Las ganas y la pasión que le despiertan las bielas y los pedales aún hacen arder un fuego intenso dentro de él, por eso no ha tomado la decisión de bajarse de la bicicleta. Pero conoce bien sus límites. Por esta razón dice que en esta nueva edición de la Vuelta a Colombia no va por su cuarto título, sino que buscará ayudar a un compañero suyo del equipo Medellín Inder a quedarse con la corona.

Con esas palabras se baja de la lista de candidatos. En el horizonte ve desvanecer las esperanzas de una nueva corona, a pesar de que cumple con un año mágico en el que ganó la Vuelta a Madrid y terminó en el podio en otras tres carreras Pro Tour. Una rodilla lo tiene con esa incógnita. En las últimas dos semanas se viene recuperando de una inflamación. Entrenó mañana y tarde para estar bien físicamente.

“En el centro de acondicionamiento físico Wake Up he trabajado en las últimas semanas en la recuperación. Voy combinando entrenamiento con terapias”, dice el ciclista, con las dudas que generan este tipo de lesiones. “Estos dolores a veces calan en la parte psicológica, porque uno piensa que la molestia nunca se va a ir o que con el esfuerzo de la carrera aparezca una similar. Son muchas las incógnitas”.

Pero Sevilla a lo largo de su carrera se ha caracterizado por su fortaleza mental. Se ha distinguido por ganar competencias sin ser el más fuerte sino por tener una capacidad de sufrimiento más alta que los demás. No se da por vencido con facilidad. Sabe manejar los nervios y el estrés. Salir adelante a pesar de las adversidades se ha convertido en una de sus principales virtudes. Uno de los ejemplos más claros fue el que vivió en 2006 cuando se vio involucrado en la famosa Operación Puerto, esa redada contra el dopaje en el deporte de élite realizada en España, que permitió desarticular una red liderada por el doctor Eufemiano Fuentes, que lo desvió de la primera línea del ciclismo mundial. “Sentí que se me vino el mundo encima. Nunca me probaron nada, todo se quedó en acusaciones. Fue duro, porque no tuvimos la oportunidad de defendernos”, explica.

Fue a la Federación Española de Ciclismo en busca de ayuda y siempre le respondieron que no existía ningún proceso en su contra. Le llegaron cartas de jueces, de la Federación y de la Unión Ciclística Internacional (UCI) que dicen que el nombre de Óscar Sevilla está libre de todo mal. “Aun así nos hicieron la vida imposible. Pero lo que me dio más tristeza fue el comportamiento de mucha gente que creía que era amiga y me dio la espalda”. Pero, como dice el dicho: No hay mal que por bien no venga. El español supo levantarse de los escombros y rehízo su carrera. Compitió con el Relax-Gam en Europa y después viajó a Estados Unidos, donde vistió los colores del Rock Racing. Y de allí, paradójicamente, se orientó hacia un lugar que él llama “felicidad”.

Colombia lo enamoró. Fue un amor a primera vista. Quedó flechado gracias al ambiente, la alegría y la calidez de la gente y el puntillazo final lo dio Yvón Agudelo, una modelo antioqueña (hoy con 35 años) con la que terminó casándose y conformando una familia. Todo esto se unió y terminó envolviéndolo. Encontró una felicidad que jamás había vivido, el sentido de la vida. “Aquí he coincidido con personas maravillosas tanto en lo deportivo como en lo profesional, que me transmiten buena energía, buena vibra, me hacen sentir ameno y feliz. Todo es positivo. Y eso es Colombia”, precisa. “Mi madre siempre me dijo: “se nota tu cambio”. Antes ganaba 15 veces más de lo que gano ahora, vivía en una casa inmensa, tenía dinero, pero no era feliz. No era amargado, pero no conocía esta felicidad que siento ahora. Mi familia es parte fundamental, mi mujer me aporta mucho en el cambio de mentalidad. Antes estaba cerrado a muchas cosas, era más negativo, ella me ha hecho ver la vida de otra manera. Vivo feliz, tengo una vida hermosa”.

En Colombia encontró la fuente de la juventud. Ganó en todo lo que compitió y ha dominado a placer las competencias ciclísticas en el país. En esta temporada venía destacándose también a nivel internacional, pero en los últimos dos meses ha tenido que afrontar altibajos emocionales, debido a la muerte de su mamá, Ascensión Rivera. “Fue un momento duro, porque ella estaba bien, no estaba enferma. Tenía 76 años, pero siempre llevó una buena vida. Lamentablemente sufrió una tendinitis, fue al hospital a tratarse y allá se infectó con un virus que deterioró su salud y en cuatro días se nos fue”, señala.

Sevilla se encontraba entrenándose en Medellín cuando su mamá falleció. A las 3:00 a.m. del 21 de junio se levantó con un mal presentimiento y cuando miró el celular, su temor se había convertido en realidad. Tenía dos llamadas perdidas de su hermano, Andrés. Cuando se comunicó con él, se enteró de la noticia. Fue un momento difícil. En medio de la tristeza buscó tiquetes y solo encontró uno para ese día, con tres escalas: México, Estados Unidos y Francia. “Fue un viaje de más o menos 34 horas. Después de llegar a Madrid, tuve que viajar a mi casa –en Ossa de Montiel–, que es un trayecto de tres horas en carro. Fue un momento difícil, pero tenía que superarlo, a uno le dura el duelo lo que uno quiera. Siento que en estos momentos hay que buscar la parte alegre, recuerdo los momentos buenos que viví con ella. Lo que disfrutó, lo que quería que hiciéramos e hicimos. Son cosas que pasan en la vida. La extraño, pero sé que me cuida desde el cielo”.

“Estoy a favor de los controles antidopaje”

Sevilla ha sido señalado por algunos seguidores del ciclismo colombiano como un pedalista que usa sustancias prohibidas. Es un rumor que va de boca en boca, pero que aún no se ha confirmado. “Mucha gente dice que me dopo, pero lo que no saben es que paso 45 controles al año”, dice el español. “El martes me hicieron uno sorpresa. Tengo pasaporte biológico desde 2008. He visto que hay corredores que no pasan ninguno, no siempre hay que centrarse en los que ganamos. Creo que hay que vigilar todas las categorías. A pesar de lo que mucha gente piense, estoy a favor de los controles y creo que debería haber más organización. La trampa existe y hay que detectarla”.

A lo largo de este año se han puesto en duda los exámenes antidopaje que realiza la Federación. Sin embargo, Sevilla defiende lo que se ha venido haciendo, sobre todo en carreras importantes dentro del calendario nacional como la Vuelta a Colombia, en la que le ha tocado pasar por lo menos 15 controles en 13 días, según explica. “La carrera está vigilada y el líder pasa valoración todos los días. Creo que lo que falta es que haya más antes de la competencia, que sean más periódicos. Que haya más planificación, porque casi siempre somos los mismos seis o siete a los que nos hacen pruebas sorpresa”.

Esto es algo que no lo desvela. Para él, lo único que importa es seguir disfrutando de este deporte lo más que pueda. Aún no define el día de su retiro. Va paso a paso. “Cuando ya sienta pereza de salir a entrenar o de cuidarme, hasta ahí llegaré”, dice el español, que además resalta que nunca dejará de montar bicicleta. Fue lo que siempre quiso hacer. La pasión que lo movió desde que empezó a seguir a Pedro Perico Delgado en carreras como el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta a España. Por eso no planifica el día de su despedida, porque quiere hacerlo seguro, sin arrepentimientos. “Por ahora nos toca disfrutar. Estoy en una época en la que vivo el ciclismo, es lo que quiero. En estos momentos no corro por dinero, sino por pasión”.

@J_Delahoz

Correo: jdelahoz@elespectador.com

Por Jesús Miguel De La Hoz

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