“No tiene presentación lo que le pidió el Movistar a Miguel Ángel López”
Rafa Acevedo, suegro y entrenador de Miguel Ángel, reconocido exciclista de los años 80, aclaró con este diario cómo fue el altercado que hubo con el Movistar para que el colombiano se quedara sin el podio de la Vuelta a España 2021.
Thomas Blanco
Unas imágenes que no se habían visto en décadas. Miguel Ángel López, que iba tercero en la general de la Vuelta a España, se retiró en el transcurso de la etapa 20 por estar en desacuerdo con las decisiones que le impartieron desde su equipo, el Movistar Team: le pidieron que dejara de perseguir para no perjudicar a su compañero Enric Mas.
López se descolgó del grupo de favoritos a 57 kilómetros de la meta. Había seguido la rueda de Egan Bernal y un contraataque de Adam Yates, pero no pudo con el ritmo venenoso del Bahrain. Minutos después, el equipo español le pidió que dejara de perseguir. ¿La razón? Una teoría era la amenaza que suponía Bernal para el segundo puesto de Mas, aunque el español partió con 2:13 minutos de ventaja sobre el zipaquireño y tenía prácticamente escriturado su lugar en el segundo puesto de la carrera, al igual que López en el tercero, pues tras su triunfo en la etapa reina, el jueves, le sacó una diferencia de 1:43 al australiano Jack Haig.
Frente al revuelo mundial que ha generado esta situación, rara vez vista en el ciclismo contemporáneo, Rafael Acevedo, suegro y entrenador de Miguel Ángel, habló con El Espectador. Pidió comprensión para entender los porqués de la reacción del corredor del Movistar.
¿Por qué le pide el Movistar que deje de perseguir: era Bernal una amenaza a más de dos minutos de distancia para sacrificar un lugar en el podio?
Yo pienso que Egan a ese tiempo ya no era peligro para nadie, pero era más peligroso que Miguel Ángel andara más en la crono y le quitara el segundo puesto a Mas, pero bueno, creo que estoy especulando. Miguel llamó a mi hija llorando, no me parece justo. Esto no le quita su etapa reina, yo pienso que hay que reflexionar. A ver qué viene en el futuro.
¿A quién llamó Miguel Ángel cuando se estaba subiendo en el carro del Movistar?
Mi hija lo llamó al celular del preparador físico que va en el carro con el técnico... ella contó que estaba llorando con la desolación, el desespero y el saber que luego de tres semanas no había cumplido su objetivo de estar en el podio por una orden de esas. No tiene presentación lo del equipo.
¿En qué momento le pide el Movistar que deje de perseguir?
Lo que me dice mi hija: arranca Yates, Miguel va por él, arranca Egan, va por él. Y ahí llega el contragolpe de Yates. Miguel iba a rueda de Egan, que obvio se frena, pierde impulso y cuando empieza a perseguir le dicen que no persiga. El propio Eusebio Unzué (gerente general del Movistar) pasó en el carro y con la puerta empezó a gritarle... eso le rebosó la copa.
¿Si Miguel Ángel tenía piernas para regresar por qué no lo hizo, no era eso mejor que retirarse?
Yo creo que sí tenía piernas para llegar y obviamente tenía como poder ir ahí, pero desafortunadamente Miguel no iba en la rueda indicada. Si el patrón le dice que no lo haga, el chico reaccionó y después del altercado con Unzué se salió. El dijo que si no lo querían en el podio, no lo querían en la carrera.
Miguel Ángel renovó por dos años hace unos días con el equipo, ¿qué cree que pueda pasar?
Faltando diez días para el Tour le renovaron por dos años, son cosas de acaloramiento, ojalá terminen en buen término. Ambas partes tienen una gran cuota de responsabilidad en lo que sucedió. No sé qué va a suceder, no soy la persona más indicada para decirlo. Sé lo que hablé con mi hija, se viene un comunicado pronto del equipo y de Miguel.
¿Qué decirle al país en esta situación en la que se está juzgando a la persona, teniendo en cuenta que el año pasado también se le escapó el podio del Tour el último día, pero esta vez no por sus propias piernas sino tal vez por la determinación táctica de su equipo?
Las redes no nos preocupan, hay periodistas amarillistas que nunca se han subido a una bicicleta, critican sin saber el contexto de las cosas. A los técnicos de fútbol les hacen las formaciones. Cuando uno no conoce, no encuentra las razones. Hay que ponerse en los zapatos de él, iba a 180 pulsaciones, se le rebosó la copa. No hablemos mal sin saber.
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Unas imágenes que no se habían visto en décadas. Miguel Ángel López, que iba tercero en la general de la Vuelta a España, se retiró en el transcurso de la etapa 20 por estar en desacuerdo con las decisiones que le impartieron desde su equipo, el Movistar Team: le pidieron que dejara de perseguir para no perjudicar a su compañero Enric Mas.
López se descolgó del grupo de favoritos a 57 kilómetros de la meta. Había seguido la rueda de Egan Bernal y un contraataque de Adam Yates, pero no pudo con el ritmo venenoso del Bahrain. Minutos después, el equipo español le pidió que dejara de perseguir. ¿La razón? Una teoría era la amenaza que suponía Bernal para el segundo puesto de Mas, aunque el español partió con 2:13 minutos de ventaja sobre el zipaquireño y tenía prácticamente escriturado su lugar en el segundo puesto de la carrera, al igual que López en el tercero, pues tras su triunfo en la etapa reina, el jueves, le sacó una diferencia de 1:43 al australiano Jack Haig.
Frente al revuelo mundial que ha generado esta situación, rara vez vista en el ciclismo contemporáneo, Rafael Acevedo, suegro y entrenador de Miguel Ángel, habló con El Espectador. Pidió comprensión para entender los porqués de la reacción del corredor del Movistar.
¿Por qué le pide el Movistar que deje de perseguir: era Bernal una amenaza a más de dos minutos de distancia para sacrificar un lugar en el podio?
Yo pienso que Egan a ese tiempo ya no era peligro para nadie, pero era más peligroso que Miguel Ángel andara más en la crono y le quitara el segundo puesto a Mas, pero bueno, creo que estoy especulando. Miguel llamó a mi hija llorando, no me parece justo. Esto no le quita su etapa reina, yo pienso que hay que reflexionar. A ver qué viene en el futuro.
¿A quién llamó Miguel Ángel cuando se estaba subiendo en el carro del Movistar?
Mi hija lo llamó al celular del preparador físico que va en el carro con el técnico... ella contó que estaba llorando con la desolación, el desespero y el saber que luego de tres semanas no había cumplido su objetivo de estar en el podio por una orden de esas. No tiene presentación lo del equipo.
¿En qué momento le pide el Movistar que deje de perseguir?
Lo que me dice mi hija: arranca Yates, Miguel va por él, arranca Egan, va por él. Y ahí llega el contragolpe de Yates. Miguel iba a rueda de Egan, que obvio se frena, pierde impulso y cuando empieza a perseguir le dicen que no persiga. El propio Eusebio Unzué (gerente general del Movistar) pasó en el carro y con la puerta empezó a gritarle... eso le rebosó la copa.
¿Si Miguel Ángel tenía piernas para regresar por qué no lo hizo, no era eso mejor que retirarse?
Yo creo que sí tenía piernas para llegar y obviamente tenía como poder ir ahí, pero desafortunadamente Miguel no iba en la rueda indicada. Si el patrón le dice que no lo haga, el chico reaccionó y después del altercado con Unzué se salió. El dijo que si no lo querían en el podio, no lo querían en la carrera.
Miguel Ángel renovó por dos años hace unos días con el equipo, ¿qué cree que pueda pasar?
Faltando diez días para el Tour le renovaron por dos años, son cosas de acaloramiento, ojalá terminen en buen término. Ambas partes tienen una gran cuota de responsabilidad en lo que sucedió. No sé qué va a suceder, no soy la persona más indicada para decirlo. Sé lo que hablé con mi hija, se viene un comunicado pronto del equipo y de Miguel.
¿Qué decirle al país en esta situación en la que se está juzgando a la persona, teniendo en cuenta que el año pasado también se le escapó el podio del Tour el último día, pero esta vez no por sus propias piernas sino tal vez por la determinación táctica de su equipo?
Las redes no nos preocupan, hay periodistas amarillistas que nunca se han subido a una bicicleta, critican sin saber el contexto de las cosas. A los técnicos de fútbol les hacen las formaciones. Cuando uno no conoce, no encuentra las razones. Hay que ponerse en los zapatos de él, iba a 180 pulsaciones, se le rebosó la copa. No hablemos mal sin saber.
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