Remco Evenepoel: un superhumano hasta en la tragedia
El líder de la manada de lobos del Deceuninck tuvo el primer día malo de su carrera. Un infierno que sorteó como el gran campeón que es. Una exhibición de los malos días.
Thomas Blanco- @thomblalin
Paradojas... En el día más humano de su carrera demostró ser un superhumano. En Montalcino, desde el segundo de los cuatro sectores de ‘sterrato’ y sus caminos destapados, Remco Evenepoel empezó a sufrir. Faltaban 50 kilómetros eternos para la meta. Y más adelante, bien despierto, el Ineos ‘Gannadiers’ metió el turbo. Y él, una y otra vez, arqueando el cuerpo de un lado al otro, viéndolo todo negro, todo blanco, logró conectar con el grupo... pero presagiando el inefable infierno que se le venía.
En el tercer sector quedó desnudo, expuesto a cola de pelotón. Egan Bernal, perro rabioso, jefe de la carrera, no tuvo piedad: junto a su compañero Gianni Moscon apretaron el ritmo en un repecho y el belga quedó descolgado del pelotón. Remco, pedaleando de la forma menos ortodoxa que se la visto, vaciado, fundido, sin gas, con el mismo semblante de Simon Yates en aquella etapa 19 con la que se le escapó su Giro de Italia de 2018 tras perder 39 minutos, trató de hacer control del daños. Y tuvo ademanes de mandarlo todo por la borda.
Así desesperado, con ganas de bajarse de la bicicleta, caliente, se quitó el pinganillo de la oreja, no quería escuchar a nadie. Adelante, Joao Almeida, su escudero, mareado por su participación en el Giro de Italia del año pasado en el que finalizó cuarto siendo líder por dos semanas, también por la llegada del legendario empresario de fútbol Jorge Mendes a su carrera, por su inminente salida de la manada de lobos el próximo año, ni peleó la general ni le colaboró a Remco. Lo abandonó, luego regresó, luego lo volvió a abandonar. Y así. Pasa hasta en las mejores familias.
A diez kilómetros de la llegada la cámara lo capturó, una imagen en la que se vio que Remco, congelado, no tenía más fuerzas para pedalear. El belga, en el día en el que más ha sufrido en la bicicleta, en el que pensó en bajarse, solo perdió dos minutos y ocho segundos frente a Egan Bernal. Una exhibición de los malos días.
Lea también: La primera línea de Egan Bernal en el Giro 2021
Sigue en la carrera por el título. “Sentí las piernas vacías”, dijo Evenepoel después de la etapa. “Así es como reacciona mi cuerpo tras 11 días corriendo y tanto tiempo sin competir antes del Giro de Italia”, agregó tras una jornada en la que no fue el temerario de los descensos sino el temeroso de ellos.
Cada curva le rememora aquella fatídica caída en el Giro de Lombardia por tratar de de seguirle la estela a Nibali, el tiburón de las bajadas. “El momento más difícil fue la primera vez que intentaron ponerme de pie. Había perdido tres litros de sangre. Te aseguro que eso es mucha sangre. Al levantarme pude sentir muchísimo dolor y que toda la sangre que tenía en el cuerpo me bajó a los pies. Me puse blanco y tuve suerte de que había dos o tres médicos a mi alrededor porque de lo contrario hubiese caído”, reconoció en el día de descanso sobre el milagro de seguir corriendo.
Tras una primera semana con una participación inédita, desafiando la lógica, luego de nueve meses sin competir, de rehabilitaciones, de no sentir el estrés de carrera, los movimientos del pelotón, todo eso, Evenepoel se presentó entero. “Ayer mismo recibí un mensaje que me hizo pensar. Me preguntaban si realmente soy consciente de que hace sólo tres meses no estaba montando en bicicleta. Que entonces sólo estaba yendo al gimnasio con el objetivo de recuperar masa muscular. Sí, cuando me paro a pensar en ello, aunque lo quiero olvidar, me doy cuenta de que todo esto es una locura. Lo que estoy haciendo es impresionante. Eso es algo que sé”.
En 2020 despejó la gran duda por la que su futuro se ponía en entredicho: la de ganar en la alta montaña ante los mejores. Llegó la Vuelta a Burgos, la primera carrera después del gobierno de la pandemia, y Remco salió campeón. ¿Sus rivales? Mikel Landa, Esteban Chaves, George Bennett, Richard Carapaz, Simon Yates, Fabio Aru, en fin. Su elocuente celebración tras ganar la tercera etapa, sobándose el hombro, canchereando, cayó muy bien en unos y muy mal en otros que finalmente entendieron que esa era la muestra de un fresco recambio generacional de unos jóvenes que ya conciben el ciclismo de otra manera.
Y luego fue al Tour de Polonia, atacó a 50 kilómetros de meta, se los fumó a todos y ganó la cuarta etapa y salió campeón. Esa fue la manera en la que el belga respondió a todos los interrogantes que le hicieron y a todas las exageradas comparaciones con Eddy Merckx, quien fue crudo en una entrevista sobre él, a vísperas de la que iba a ser su primera gran vuelta en el Giro de Italia 2020. “Calmémonos un poco con Remco. Aún no ha mostrado nada, habla mucho. Veremos el resto”.
Lea: “Gaviria es el mejor del mundo, pero debe trabajar como el mejor del mundo”
Antes de su caída en Lombardia, Remco Evenpoel había corrido cuatro carreras en 2020 (San Juan, Algarve, Vuelta a Burgos y Tour de Polonia). Las ganó todas y era el ciclista con más victorias (9) del World Tour.
Las dos preguntas restantes por resolver, a las que ni él mismo conoce la respuesta, se seguirán despejando en este Giro de Italia: el cómo le responderá su cuerpo en una carrera de tres semanas y en una etapa a más de dos mil metros de altura.
Evenepoel, que rompe todos los moldes y está en el ciclismo desde hace nada más cuatro años, se retiró del fútbol a los 17. Un mediocampista defensivo que pasó por las selecciones menores de Bélgica, que si bien no era el más técnico de todos, a punta de entrega y amor propio se convirtió en el principal referente del equipo sub 16 del Anderlech, uno de los cuadros más prestigiosos de su país. Era el capitán.
“Por lo general, la cinta de capitán en las categorías la lleva el futbolista más talentoso de todos, pero Remco siempre fue el capitán por su liderazgo. Él motivaba a sus compañeros, era la mano derecha del entrenador y hasta peleaba con el árbitro cuando se equivocaba”, recuerda Stephane Stassin, DT del Anderlech.
Y reaparece una anécdota que resume a Remco Evenepoel. Stassin, luego de un partido un sábado, le ordenó a todos sus jugadores a descansar el domingo. Ese día, el DT fue a ayudar a personas en silla de ruedas en la media maratón de Bruselas. Hasta que sintió una palmada en su hombro: “Hola entrenador”. Stassin se volteó y vio a Remco trotando detrás de tres kenianos y dos etíopes para llegar en la posición 13 de la carrera. No le importa nada.
A los 17 se cansó del fútbol, a los 18 incursionó en el ciclismo coronándose campeón mundial de ruta y de contrarreloj juvenil. Arrasó con todos en su categoría. Y a los 21, no a los 20 como tenía presupuestado, está peleando por el podio en su primera gran vuelta del ciclismo.
Un todoterreno dotado para las pruebas contra el reloj y que en unos meses irá por la medalla olímpica en esta modalidad, pero primero buscará quedarse con la crono del último día del Giro en Milán, un día en el que él tiene una ventaja competitiva gigante con respecto a los demás favoritos.
-Si no creyera en mi mismo no estaría en la salida- le contestó a un periodista al comienzo del Giro de Italia.
-¿Eso significa que se ve ganador?
-Eso no es ni que sí ni que no.
Todo puede pasar con Remco Evenepoel. Al igual que Bernal y Pogacar, un ciclista más nacido que hecho en los tiempos de los vatios de Chris Froome.
Por: Thomas Blanco- @thomblalin
Paradojas... En el día más humano de su carrera demostró ser un superhumano. En Montalcino, desde el segundo de los cuatro sectores de ‘sterrato’ y sus caminos destapados, Remco Evenepoel empezó a sufrir. Faltaban 50 kilómetros eternos para la meta. Y más adelante, bien despierto, el Ineos ‘Gannadiers’ metió el turbo. Y él, una y otra vez, arqueando el cuerpo de un lado al otro, viéndolo todo negro, todo blanco, logró conectar con el grupo... pero presagiando el inefable infierno que se le venía.
En el tercer sector quedó desnudo, expuesto a cola de pelotón. Egan Bernal, perro rabioso, jefe de la carrera, no tuvo piedad: junto a su compañero Gianni Moscon apretaron el ritmo en un repecho y el belga quedó descolgado del pelotón. Remco, pedaleando de la forma menos ortodoxa que se la visto, vaciado, fundido, sin gas, con el mismo semblante de Simon Yates en aquella etapa 19 con la que se le escapó su Giro de Italia de 2018 tras perder 39 minutos, trató de hacer control del daños. Y tuvo ademanes de mandarlo todo por la borda.
Así desesperado, con ganas de bajarse de la bicicleta, caliente, se quitó el pinganillo de la oreja, no quería escuchar a nadie. Adelante, Joao Almeida, su escudero, mareado por su participación en el Giro de Italia del año pasado en el que finalizó cuarto siendo líder por dos semanas, también por la llegada del legendario empresario de fútbol Jorge Mendes a su carrera, por su inminente salida de la manada de lobos el próximo año, ni peleó la general ni le colaboró a Remco. Lo abandonó, luego regresó, luego lo volvió a abandonar. Y así. Pasa hasta en las mejores familias.
A diez kilómetros de la llegada la cámara lo capturó, una imagen en la que se vio que Remco, congelado, no tenía más fuerzas para pedalear. El belga, en el día en el que más ha sufrido en la bicicleta, en el que pensó en bajarse, solo perdió dos minutos y ocho segundos frente a Egan Bernal. Una exhibición de los malos días.
Lea también: La primera línea de Egan Bernal en el Giro 2021
Sigue en la carrera por el título. “Sentí las piernas vacías”, dijo Evenepoel después de la etapa. “Así es como reacciona mi cuerpo tras 11 días corriendo y tanto tiempo sin competir antes del Giro de Italia”, agregó tras una jornada en la que no fue el temerario de los descensos sino el temeroso de ellos.
Cada curva le rememora aquella fatídica caída en el Giro de Lombardia por tratar de de seguirle la estela a Nibali, el tiburón de las bajadas. “El momento más difícil fue la primera vez que intentaron ponerme de pie. Había perdido tres litros de sangre. Te aseguro que eso es mucha sangre. Al levantarme pude sentir muchísimo dolor y que toda la sangre que tenía en el cuerpo me bajó a los pies. Me puse blanco y tuve suerte de que había dos o tres médicos a mi alrededor porque de lo contrario hubiese caído”, reconoció en el día de descanso sobre el milagro de seguir corriendo.
Tras una primera semana con una participación inédita, desafiando la lógica, luego de nueve meses sin competir, de rehabilitaciones, de no sentir el estrés de carrera, los movimientos del pelotón, todo eso, Evenepoel se presentó entero. “Ayer mismo recibí un mensaje que me hizo pensar. Me preguntaban si realmente soy consciente de que hace sólo tres meses no estaba montando en bicicleta. Que entonces sólo estaba yendo al gimnasio con el objetivo de recuperar masa muscular. Sí, cuando me paro a pensar en ello, aunque lo quiero olvidar, me doy cuenta de que todo esto es una locura. Lo que estoy haciendo es impresionante. Eso es algo que sé”.
En 2020 despejó la gran duda por la que su futuro se ponía en entredicho: la de ganar en la alta montaña ante los mejores. Llegó la Vuelta a Burgos, la primera carrera después del gobierno de la pandemia, y Remco salió campeón. ¿Sus rivales? Mikel Landa, Esteban Chaves, George Bennett, Richard Carapaz, Simon Yates, Fabio Aru, en fin. Su elocuente celebración tras ganar la tercera etapa, sobándose el hombro, canchereando, cayó muy bien en unos y muy mal en otros que finalmente entendieron que esa era la muestra de un fresco recambio generacional de unos jóvenes que ya conciben el ciclismo de otra manera.
Y luego fue al Tour de Polonia, atacó a 50 kilómetros de meta, se los fumó a todos y ganó la cuarta etapa y salió campeón. Esa fue la manera en la que el belga respondió a todos los interrogantes que le hicieron y a todas las exageradas comparaciones con Eddy Merckx, quien fue crudo en una entrevista sobre él, a vísperas de la que iba a ser su primera gran vuelta en el Giro de Italia 2020. “Calmémonos un poco con Remco. Aún no ha mostrado nada, habla mucho. Veremos el resto”.
Lea: “Gaviria es el mejor del mundo, pero debe trabajar como el mejor del mundo”
Antes de su caída en Lombardia, Remco Evenpoel había corrido cuatro carreras en 2020 (San Juan, Algarve, Vuelta a Burgos y Tour de Polonia). Las ganó todas y era el ciclista con más victorias (9) del World Tour.
Las dos preguntas restantes por resolver, a las que ni él mismo conoce la respuesta, se seguirán despejando en este Giro de Italia: el cómo le responderá su cuerpo en una carrera de tres semanas y en una etapa a más de dos mil metros de altura.
Evenepoel, que rompe todos los moldes y está en el ciclismo desde hace nada más cuatro años, se retiró del fútbol a los 17. Un mediocampista defensivo que pasó por las selecciones menores de Bélgica, que si bien no era el más técnico de todos, a punta de entrega y amor propio se convirtió en el principal referente del equipo sub 16 del Anderlech, uno de los cuadros más prestigiosos de su país. Era el capitán.
“Por lo general, la cinta de capitán en las categorías la lleva el futbolista más talentoso de todos, pero Remco siempre fue el capitán por su liderazgo. Él motivaba a sus compañeros, era la mano derecha del entrenador y hasta peleaba con el árbitro cuando se equivocaba”, recuerda Stephane Stassin, DT del Anderlech.
Y reaparece una anécdota que resume a Remco Evenepoel. Stassin, luego de un partido un sábado, le ordenó a todos sus jugadores a descansar el domingo. Ese día, el DT fue a ayudar a personas en silla de ruedas en la media maratón de Bruselas. Hasta que sintió una palmada en su hombro: “Hola entrenador”. Stassin se volteó y vio a Remco trotando detrás de tres kenianos y dos etíopes para llegar en la posición 13 de la carrera. No le importa nada.
A los 17 se cansó del fútbol, a los 18 incursionó en el ciclismo coronándose campeón mundial de ruta y de contrarreloj juvenil. Arrasó con todos en su categoría. Y a los 21, no a los 20 como tenía presupuestado, está peleando por el podio en su primera gran vuelta del ciclismo.
Un todoterreno dotado para las pruebas contra el reloj y que en unos meses irá por la medalla olímpica en esta modalidad, pero primero buscará quedarse con la crono del último día del Giro en Milán, un día en el que él tiene una ventaja competitiva gigante con respecto a los demás favoritos.
-Si no creyera en mi mismo no estaría en la salida- le contestó a un periodista al comienzo del Giro de Italia.
-¿Eso significa que se ve ganador?
-Eso no es ni que sí ni que no.
Todo puede pasar con Remco Evenepoel. Al igual que Bernal y Pogacar, un ciclista más nacido que hecho en los tiempos de los vatios de Chris Froome.
Por: Thomas Blanco- @thomblalin