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El ciclismo lo es todo en su vida y nada lo apasiona más que andar sobre dos ruedas. En un país donde brillaron los futbolistas Pedro Spencer, Antonio Valencia y Álex Aguinaga; el nadador Jorge Delgado, los tenistas Andrés Gómez y Nicolás Lapentti y el marchista Jefferson Leonardo Pérez, Richard Carapaz se inclinó por el deporte de las bielas y los pedales.
En la ciudad de Tulcán, de la región del Carchi, límite entre Ecuador y Colombia, Carapaz no creció viendo el auge de la selección ecuatoriana de fútbol, que a principios de la década de los 2000 logró el hito más importante en su historia al clasificarse a dos campeonatos del mundo (2002 y 2006), sino escuchando las proezas del pedalista Pedro Rodríguez, que ganó en cinco ocasiones la Vuelta a Ecuador, e incluso llegó a participar en los Juegos Olímpicos de 1996, que se llevaron a cabo en Atlanta.
La importancia de lo hecho por el pedalista, también nacido en Tulcán, hizo que a este joven le naciera una pasión descontrolada por el ciclismo, que fue impulsada gracias a una promoción en su colegio para buscar nuevos talentos en este deporte encabezada por el exciclista Juan Carlos Rosero, quien comenzó a formarlo profesionalmente. Allí, con una bicicleta de aluminio y pura dedicación, dio sus primeros pasos en este deporte. “A la primera carrera que asistí fue a la Vuelta al Retorno como prejuvenil y aunque no se esperaba nada de mí, pude ganarla”, afirmó el ciclista ecuatoriano.
Rápidamente logró resonar en su país, en dos oportunidades se proclamó campeón nacional juvenil en las modalidades contrarreloj y ruta. Luego obtuvo medallas de bronce en persecución individual y madison y en 2013 se coronó campeón en el Panamericano de Ruta Sub-23. Precisamente fue en ese año cuando corrió su primera carrera internacional, la Vuelta a Guatemala: “Tengo grandes recuerdos de esa competencia, allí gané la sub-23 y quedé tercero en los premios de montaña”.
El auge que este pedalista ha venido tomando se vio amenazado el 13 de abril de 2014. Un entrenamiento en su ciudad para los Juegos Panamericanos que se disputarían en México se convirtió en una pesadilla. El pedalista fue atropellado por un vehículo en la vía Julio Andrade, lo que le originó daño en el tejido muscular y lo dejó por fuera de las pistas por tres meses. “Pensé en retirarme del ciclismo, fue un golpe muy duro, creí que de esa no me iba a recuperar”, resaltó.
Pero Carapaz logró rehacerse, firmó con el Strongman Campagnolo y se coronó en la Vuelta de la Juventud, que finalizó ayer en Envigado tras 169 kilómetros de recorrido. Fue una victoria importante, en la que demostró todo su potencial, pues cual escarabajo colombiano conquistó Riosucio y Concordia, tercera y cuarta etapas, trepando las difíciles laderas que ofrece la geografía colombiana. “Me siento muy orgulloso por haber ganado esta competencia tan importante, fueron días difíciles, hubo grandes competidores, pero estoy dichoso por este objetivo logrado”, sentenció el ecuatoriano, que es el primer pedalista internacional en ganar esta vuelta.
Ahora su meta es seguir cosechando victorias en Colombia. El Clásico RCN y la Vuelta a Colombia son sus próximos objetivos, aquí quiere demostrar que en sus pies está el presente y el futuro del ciclismo ecuatoriano. “Esperemos que esta victoria nos abra las puertas de estas dos importantes competencias, quiero venir y sacarles el mejor provecho”, finalizó el campeón de la Vuelta de la Juventud 2015.