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No la pasaron bien los ciclistas colombianos en la etapa 17 del Tour de Francia 2021, la penúltima jornada montañosa. El antioqueño Rigoberto Urán tuvo un mal día y perdió casi dos minutos con el ganador del día, el líder Tadej Pogacar, el danés Jonas Vingegaard y el ecuatoriano Richard Carapaz, quienes lo superan en la clasificación general.
Aunque está satisfecho con su actuación en la carrera por etapas más importante del mundo, y con su cuarto puesto parcial, Rigo no renuncia a pelear por un cajón en el podio de París. Hoy, si las piernas responden, podrá tratar de descontar tiempo, en la última jornada montañosa de la carrera. Y el sábado, en la crono de 30 kilómetros, tirará sus restos.
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En la etapa de ayer el esloveno Tadej Pogacar volvió a demostrar que está en un nivel muy superior a los demás. En el Col du Portet, la llegada a más altitud de la presente edición de la “Grande Boucle”, a 2.215 metros sobre el nivel del mar, superó por unos segundos al danés Jonas Vingegaard y al ecuatoriano Richard Carapaz, los únicos que pudieron seguirlo en los kilómetros finales.
Y el principal damnificado del día fue el colombiano Rigoberto Urán, quien se descolgó en el último ascenso y perdió dos puestos en la general tras ceder 1:49 segundos. La pérdida pudo haber sido mayor de no ser por el gran trabajo de su compañero Sergio Higuita, quien le puso el paso en las rampas más exigentes. “Me faltaron las fuerzas un poco y he perdido dos posiciones muy importantes, pero vamos a seguir luchando. Mañana (hoy) es, otra vez, un día clave”, aseguró al final de la etapa antes de reconocer que “Sergio me ayudó mucho, sin él habría perdido el doble de tiempo”.
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A cuatro días del final en París, Pogacar aventaja a Vingegaard por 5:39 y a Carapaz por 5:43. Urán está a más de 7 minutos, pero no se resigna a subir al podio en los Campos Elíseos, como en 2017, cuando fue segundo detrás de Chris Froome. Si de algo sabe el corredor del Education First, quien participa en su octavo Tour, es de minimizar las pérdidas y recuperarse pronto.
Este jueves sus rivales podrían pagar el esfuerzo de la jornada anterior y él estará atento a cualquier oportunidad. Si no, en la etapa a cronómetro del sábado, en la que debería hacer mejores registros que Vingegaard y Carapaz, dará lo que le quede en las piernas.
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Y es que hasta a Pogacar se le nota el desgaste. A diferencia de lo que vivió en los Alpes, donde arrasó a todos sus rivales, tanto en el Grand-Bornand como en Tignes, el campeón defensor tuvo que aceptar la compañía del danés y el ecuatoriano hasta el final de los 16 kilómetros de la última subida, una de las más duras de Francia (8,7 % de pendiente media).
“Intenté atacar en varias ocasiones para ganar en solitario, pero no lo logré, solo esprinté en los últimos 60 metros”, declaró el esloveno, quien se tumbó sobre el asfalto nada más cruzó la meta, exhausto por el esfuerzo.
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Pogacar se apoyó en su equipo UAE en la subida final (Formolo, McNulty y Majka), antes de tomar él mismo el mando de las operaciones para el último tramo, en el que sus arranconazos sirvieron para dejar atrás a Urán, que era su principal amenaza.
El esloveno sentenció el Tour, aunque realmente lo había hecho hace mucho tiempo. Con apenas 22 años, logró su segunda victoria en esta edición, tras la contrarreloj de Laval, en la quinta etapa. Y su quinto triunfo en el Tour, pues ya que el año pasado logró tres victorias parciales en su primera participación.
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La de este miércoles, sin embargo, fue especial por ser la primera vestido de amarillo. “El equipo trabajó mucho todo el día, se lo debía”. El jueves, la última etapa en los Pirineos, pasará por el Tourmalet y llegará a Luz-Ardiden, dos subidas de categoría especial en las que también será emocionante la definición del título de la montaña.
El holandés Wouter Poel lidera esa clasificación, con 78 puntos, seguido por Pogacar con 67 y Nairo Quintana con 66, los mismos que el canadiense Michael Woods. El colombiano, cuyo objetivo era conseguir la camiseta de las pepas rojas, necesita atacar de lejos si quiere descontarles a sus rivales y conseguir el título que se llevó a casa en 2013.