Tom Dumoulin: la mente y las piernas en altas revoluciones
El campeón del Giro de Italia 2017 y ganador de plata en la contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 puso punto final a su carrera sobre la bicicleta el pasado domingo. El último vuelo de ‘la mariposa de Maastricht’.
Hugo Santiago Caro
El recuerdo más cercano en Colombia sobre el neerlandés Tom Dumoulin puede ser la vibrante disputa del Giro de Italia 2017 con Nairo Quintana, que a la postre ganó por poco más de 35 segundos en la llegada a Milán, en una contrarreloj de 30 kilómetros a la que el colombiano llegaba como líder. Sin embargo, allí sacó el portento de contrarrelojero y le arrebató la corsa rosa al colombiano.
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El recuerdo más cercano en Colombia sobre el neerlandés Tom Dumoulin puede ser la vibrante disputa del Giro de Italia 2017 con Nairo Quintana, que a la postre ganó por poco más de 35 segundos en la llegada a Milán, en una contrarreloj de 30 kilómetros a la que el colombiano llegaba como líder. Sin embargo, allí sacó el portento de contrarrelojero y le arrebató la corsa rosa al colombiano.
Hablar de Dumoulin hoy, un día después de su retiro, resulta paradójico. Mientras el mundo del ciclismo celebra y se sorprende con el regreso de Egan Bernal a las carreteras tras siete meses de un duro accidente con un bus intermunicipal, también se lamenta de perder a uno de los mejores corredores de la época. El neerlandés, al igual que Egan, también vio cortada su carrera por un accidente. O mejor, por varios. La suma de estos hace que veamos su abrupta despedida.
El neerlandés llegó al ciclismo como un contrarrelojero nato. Con el recorrido de los kilómetros y los años adaptó su cuerpo y su estilo a un pico de forma excepcional. Ya se valía también en la montaña y se batía en duelos impresionantes con los especialistas. Tenía el potencial para pelearlo todo.
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A ese Giro 17, la edición del centenario de la carrera, el entonces corredor del Sunweb llegó con una estricta preparación para las tres semanas. La previa del Giro destacaba que había realizado un proceso nunca visto en su historial. “El ciclista neerlandés tiene un solo objetivo: la clasificación general de la Corsa Rosa. Por primera vez, ha seguido una preparación específica en la altitud para esta carrera”, afirmaban.
Los réditos se vieron y Tom logró defenderse en la montaña de Nairo y de Vincenzo Nibali (a la postre segundo y tercero, respectivamente) y remató contra el cronómetro su consagración en el Duomo de Milán. A pesar de conseguir otro excelente resultado en el Tour de Francia de 2018, llegando a ser segundo por detrás de Geraint Thomas, nunca pudo volver a ese pico de forma con el que conquistó Italia en 2017.
En sus propias palabras, no pudo conseguir la concentración que necesita un campeón. “Al final de temporada (2021) Primoz (Roglic, hasta este 2022 su compañero de equipo en el Jumbo) puede desconectar sin problema del ciclismo, pero durante el año está muy concentrado y se ciñe al horario. No le preocupan el resto de los problemas y no creo que mire las noticias. Tiene un enfoque muy especial, como lo tuve yo hasta 2017. No pude mantener esa concentración como él y eso me hizo que me costara más cuestionarme mi existencia como ciclista”, afirmó el cuatro veces campeón nacional de Países Bajos a Wieler Reuve.
Lo que, por un lado, parece un elogio a Roglic, también deja ver el trasfondo de un amplio cuestionamiento de Dumoulin sobre su carrera, un interrogante directamente ligado a su vida. No se trataba de la exigencia que otros pusieran sobre sus pedalazos, ¿quién era Tom Dumoulin?, ¿para dónde iba? Esas y más preguntas rondaron por la cabeza del neerlandés.
Las lesiones le dieron el tiempo para meditar estos cuestionamientos. En 2019, mientras aún corría para el Sunweb, cayó en la cuarta etapa del Giro de Italia y su temporada frenó en seco apenas en mayo, cuando todavía restaban dos de las tres Grandes Vueltas, varias clásicas y los Mundiales de Ruta.
En 2020, cuando planeaba regresar a rodar (como lo hace hoy Bernal), la pandemia lo golpeó como nos golpeó a todos y lo obligó a guardarse en casa y virtualizar su entrenamiento, otro aspecto que llegó a cuestionar.
“Entiendo por qué existe y es mejor que nada, pero no está cerca de la realidad. Los resultados tampoco son confiables; no dicen nada. Wout van Aert es realmente el rey del poder de pedaleo y terminó décimo en el Tour virtual de Flandes. Los dispositivos provienen de diferentes marcas y no están calibrados adecuadamente, lo cual es esencial. El peso que ingrese debe ser exactamente correcto, de lo contrario será injusto”, dijo al periódico neerlandés De Limburger. Dumoulin seguía mostrando su descontento.
Ese año los resultados no se dieron. Llegó al Tour de Francia como colíder de Roglic y terminó como gregario de lujo. Las cosas tampoco se dieron en la Vuelta a España (abandonó) ni en los Mundiales de Ruta, por lo que a inicios del 2021 anunció que se retiraba temporalmente del ciclismo.
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“Me gustaría hacerlo muy bien para mucha gente, pero eso me hizo olvidarme un poco de mí mismo el año pasado. ¿Qué quiero? ¿Qué quiere Tom Dumoulin con su vida en este momento?”, dijo en un video que reveló el Jumbo-Visma.
“No tengo el tiempo para responder estas preguntas porque la vida como ciclista profesional se va. Estás en un tren rápido hacia el campo de entrenamiento, hacia la próxima carrera y hacia los próximos objetivos. Pero la pregunta sigue ahí y no tienes tiempo de responderla”, concluyó. Las piernas paraban de pedalear y de producir vatios, pero la mente seguía revolucionada y los profundos interrogantes existenciales ponían en su vida la exigencia que otrora pusieran los puertos de montaña.
Para mayo regresó a competir y en los Olímpicos de Tokio mostró que el joven contrarrelojero neerlandés seguía viviendo en él ganando la medalla de plata contra el reloj por detrás de su compañero de equipo Primoz Roglic, parecía un indicio de su pico de forma, pero la suerte lo golpeó de nuevo.
En septiembre mientras preparaba los Mundiales de Ruta, un vehículo lo atropelló y como en 2019, su temporada sufrió un corte abrupto. “Es una gran decepción. Mi temporada ha terminado. Además, durante el entrenamiento me sentí muy fuerte, tenía mucha confianza en que podría correr este mes muy fuerte”, dijo entonces. Cuando sentía su vida en equilibrio de nuevo la suerte le volvió a dar la espalda.
En este 2022 lo volvió a intentar en uno de los equipos más fuertes del momento, el Jumbo que el mes pasado ganó el Tour de Francia con Jonas Vingegaard. El neerlandés estaba destinado a ser la carta de su equipo en la Corsa Rosa, volvía a la carrera que lo vio triunfar. Sin embargo, no estuvo a la altura, su condición física no era la más óptima y abandonó la carrera tras la etapa 14, no había vuelta atrás para la mariposa de Maastricht.
Con 1,86 metros, Dumoulin se despide “con el tanque vacío”, sin fondo mental ni físico para seguir compitiendo en el ciclismo de máximo nivel. Un retiro que estaba pronosticado para fines de este año, pero se da con efecto inmediato.
“No puedo soportarlo más. El tanque está vacío, las piernas están pesadas, no puedo más. Los entrenamientos no están funcionando como esperaba. Desde mi fuerte caída en el entrenamiento en septiembre pasado, algo se volvió a romper. Tuve que interrumpir mis esfuerzos por recuperar mi forma anterior y enfrentarme a otra decepción. Fue una decepción más”, fueron sus últimas declaraciones como ciclista activo. El último vuelo de la mariposa de Maastricht fue en la Clásica de San Sebastián, donde tampoco acabo el trazado.
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