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Luego de un día complicado, de subir dos veces al Mont Ventoux y de bajar a tope para no perder segundos, el pelotón del Tour de Francia tendrá este jueves una etapa que pinta para ser calmada y para tener final en embalaje.
Sin embargo, durante los 159,4 kilómetros, en los que habrá un premio de montaña de categoría una meta volante, puede que se presenten abanicos, pues hay sectores en los que se espera que haga mucho viento.
Ya dependerá de qué equipo tome la iniciativa para hacerle daño a un Tadej Pogacar que mostró -por fin- debilidad y que si todos se juntan para luchar contra él puede flaquear.
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Claro está que todavía quedan dos llegadas en ascenso, la próxima semana, y que este domingo habrá una jornada de alta montaña, pero con llegada en plano.
Será un día de cuidado, de nerviosismo, pues está demostrado que las etapas que se presentan como tranquilas terminan siendo emocionantes, bien sea porque alguno corta o porque el lote va a la límite para ir desgastando a los demás.
Recordemos que Rigoberto Urán es segundo a 5:18 del corredor esloveno, diferencia que parecería suficiente.
Esta es la altimetría: