Walter Vargas: “Yo llegué a la contrarreloj por casualidad”
Esta es la historia del rey de las contrarrelojes del pelotón colombiano. Un hombre que encontró su vocación por accidente.
Thomas Blanco
“Siendo honesto, yo llegué a la contrarreloj por casualidades de la vida, casi que por accidente. Yo entré al Orgullo Paisa en 2015, ya tenía 23 años. Esa fue la primera vez que cogí una bici de crono, yo nunca pude tener la oportunidad de tener una de esas”, admite Walter Vargas, el rey de las contrarrelojes del pelotón nacional en entrevista con este diario, horas antes de la tercera etapa del Clásico RCN, que hoy tendrá un recorrido de 120,6 kilómetros entre Supía y Pereira.
Aquella vez en la mitad de una Vuelta al Valle, serendipia, se descubrió a sí mismo. Una contrarreloj plana de 35 kilómetros planos con salida y llegada en Roldanillo. Y Walter Vargas terminó tercero a escasos segundos de los dos más bravos de ese entonces en ese arte: Óscar Sevilla y Rafael Infantino. Todos quedaron hipnotizados con la presentación de Walter.
Y Santiago Botero, excampeón mundial de contrarreloj, por esos días dirigente del Orgullo Paisa, fue directo: “Walter, muy bien. No hay presión, pero ahora le toca ganarse la crono de la Vuelta a Colombia (risas)”.
(Lea también: Santiago Botero y la autoestima del “maillot” arcoíris)
Desde ese momento, porque nunca es tarde, Walter Vargas se diseñó para domar las contrarrelojes. “Me dije: ‘¡Lo mío es esto de verdad!’. La empecé a preparar y al año siguiente fui campeón nacional y panamericano de crono en 2016”. Este 2021, a sus 29 años, en el mejor momento de su carrera, obtuvo esos dos mismos galardones.
Su agenda es transparente: entrena tres veces a la semana con la bicicleta de contrarreloj. “Lo más importante es montarla, la posición de la bicicleta tradicional y la de contrarreloj son muy distintas y se sienten diferente. Hay que entrenar los músculos específicos para la crono”.
Walter es oriundo de un municipio de 49.000 habitantes, pero que es la principal factoría de talento, perfiles y apoyo de ciclistas colombianos: Carmen de Viboral (Antioquia). ¿El campeón nacional sub-23 de crono? Víctor Ocampo. ¿La campeona sub-23 de contrarreloj de mujeres? Lina Hernández. ¿El ganador de la categoría élite masculina? Walter Vargas. Todos tienen algo en común: vienen del Carmen de Viboral.
Una tierra de la que, propulsados por el entrenador David Vargas y el equipo Avinal GW Sistecrédito, han surgido los principales nuevos talentos del país. A ellos se les suma Hárold Tejada, corredor del Astana; Alejandro Osorio, hombre del Bahrain; Nicolás Gómez, el próximo gran velocista del ciclismo colombiano, y Tito Hernández, actual ganador del Clásico RCN y la Vuelta a Colombia, entre muchos otros.
“En verdad todo se explica por el apoyo. Pocas alcaldías apoyan de verdad el ciclismo y allí llevan tres administraciones haciéndolo. Son diez años y hoy se ven los resultados”.
Al igual que los mejores contrarrelojeros del mundo, Stefan Bissegger, Remi Cavangna y Filippo Ganna, Walter Vargas también tiene que ponerse adelante, aprovechar su biotipo y ponerle el pecho a la brisa para cuidar a sus compañeros del Team Medellín. “Es igual que con ellos: mi día es el de la crono y el resto es darme al equipo, dar las piernas para los terrenos planos y controlar para que los escaladores lleguen lo más tranquilos posibles”.
(Lea también: Ser velocista en Colombia: ¿una mala idea?)
Detrás de él vienen jóvenes como Víctor Ocampo y Anderson Arboleda. No son muchos, las condiciones no son las mejores para que se expresen perfiles que se salgan del molde del escalador. “Aquí es complicado porque las contrarrelojes son para arriba. Yo sé que hay mucho corredor bueno, pero no se dedican a entrenarla porque dicen: ‘Para qué voy a entrenar si las pocas que hay son para arriba o muy cortas’. No les dan tampoco las condiciones para prepararlas como debe ser. Ahí se desperdicia mucho talento”, cierra Walter Vargas, un contrarrelojero, el mejor del pelotón, que no se perdió por accidente.
Por: Thomas Blanco- @thomblalin
“Siendo honesto, yo llegué a la contrarreloj por casualidades de la vida, casi que por accidente. Yo entré al Orgullo Paisa en 2015, ya tenía 23 años. Esa fue la primera vez que cogí una bici de crono, yo nunca pude tener la oportunidad de tener una de esas”, admite Walter Vargas, el rey de las contrarrelojes del pelotón nacional en entrevista con este diario, horas antes de la tercera etapa del Clásico RCN, que hoy tendrá un recorrido de 120,6 kilómetros entre Supía y Pereira.
Aquella vez en la mitad de una Vuelta al Valle, serendipia, se descubrió a sí mismo. Una contrarreloj plana de 35 kilómetros planos con salida y llegada en Roldanillo. Y Walter Vargas terminó tercero a escasos segundos de los dos más bravos de ese entonces en ese arte: Óscar Sevilla y Rafael Infantino. Todos quedaron hipnotizados con la presentación de Walter.
Y Santiago Botero, excampeón mundial de contrarreloj, por esos días dirigente del Orgullo Paisa, fue directo: “Walter, muy bien. No hay presión, pero ahora le toca ganarse la crono de la Vuelta a Colombia (risas)”.
(Lea también: Santiago Botero y la autoestima del “maillot” arcoíris)
Desde ese momento, porque nunca es tarde, Walter Vargas se diseñó para domar las contrarrelojes. “Me dije: ‘¡Lo mío es esto de verdad!’. La empecé a preparar y al año siguiente fui campeón nacional y panamericano de crono en 2016”. Este 2021, a sus 29 años, en el mejor momento de su carrera, obtuvo esos dos mismos galardones.
Su agenda es transparente: entrena tres veces a la semana con la bicicleta de contrarreloj. “Lo más importante es montarla, la posición de la bicicleta tradicional y la de contrarreloj son muy distintas y se sienten diferente. Hay que entrenar los músculos específicos para la crono”.
Walter es oriundo de un municipio de 49.000 habitantes, pero que es la principal factoría de talento, perfiles y apoyo de ciclistas colombianos: Carmen de Viboral (Antioquia). ¿El campeón nacional sub-23 de crono? Víctor Ocampo. ¿La campeona sub-23 de contrarreloj de mujeres? Lina Hernández. ¿El ganador de la categoría élite masculina? Walter Vargas. Todos tienen algo en común: vienen del Carmen de Viboral.
Una tierra de la que, propulsados por el entrenador David Vargas y el equipo Avinal GW Sistecrédito, han surgido los principales nuevos talentos del país. A ellos se les suma Hárold Tejada, corredor del Astana; Alejandro Osorio, hombre del Bahrain; Nicolás Gómez, el próximo gran velocista del ciclismo colombiano, y Tito Hernández, actual ganador del Clásico RCN y la Vuelta a Colombia, entre muchos otros.
“En verdad todo se explica por el apoyo. Pocas alcaldías apoyan de verdad el ciclismo y allí llevan tres administraciones haciéndolo. Son diez años y hoy se ven los resultados”.
Al igual que los mejores contrarrelojeros del mundo, Stefan Bissegger, Remi Cavangna y Filippo Ganna, Walter Vargas también tiene que ponerse adelante, aprovechar su biotipo y ponerle el pecho a la brisa para cuidar a sus compañeros del Team Medellín. “Es igual que con ellos: mi día es el de la crono y el resto es darme al equipo, dar las piernas para los terrenos planos y controlar para que los escaladores lleguen lo más tranquilos posibles”.
(Lea también: Ser velocista en Colombia: ¿una mala idea?)
Detrás de él vienen jóvenes como Víctor Ocampo y Anderson Arboleda. No son muchos, las condiciones no son las mejores para que se expresen perfiles que se salgan del molde del escalador. “Aquí es complicado porque las contrarrelojes son para arriba. Yo sé que hay mucho corredor bueno, pero no se dedican a entrenarla porque dicen: ‘Para qué voy a entrenar si las pocas que hay son para arriba o muy cortas’. No les dan tampoco las condiciones para prepararlas como debe ser. Ahí se desperdicia mucho talento”, cierra Walter Vargas, un contrarrelojero, el mejor del pelotón, que no se perdió por accidente.
Por: Thomas Blanco- @thomblalin