Caminando por el centro histórico de Cartagena, Peter Sagan mira los balcones y alguna muralla que se pierde al final. Es sencillo, tranquilo, unas gafas oscuras esconden sus ojos azules. Tiene una camisa naranja, un pantalón blanco y sonríe cuando le dice a El Espectador que la entrevista será en italiano.
No importa el idioma, igual son 121 victorias que tiene pasando por el Tour de Francia, el París-Roubaix y el Tour de Flandes, ganar es un lenguaje universal.
Camina junto a Liliana Rodríguez Hurtado, la presidenta ejecutiva de la Corporación de Turismo de Cartagena de Indias, en términos ciclísticos es su gregario, quien se ha propuesto que la ciudad se convierta en un destino de turismo deportivo.
“Es una vitrina de promoción de destino espectacular, el deporte reúne en varios países, culturas, idiomas, pero además personas que están hablando de Cartagena”, sostiene mientras le entregan información del “Reto Movistar” en el cual estará el eslovaco de 34 años, junto a más de 1800 competidores.
Este domingo van a rodar teniendo el mar, las murallas, municipios cercanos a la ciudad heroica. “Este es uno de los eventos que tenemos programados, hay un estimado de 250 dólares por participantes, lo que generará un gran impacto económico para la ciudad”.
La entrevista para este diario, la hacemos en el emblemático Palacio de la Inquisición, Sagan acepta al terminar una foto cargada de turismo y deporte. Se sentará en un carrito de raspado, tiene partes de una bicicleta y sabores para un pedazo de hielo picado en la mañana de alta temperatura.
El primer adiós al ciclismo de Sagan fue en el Tour de la Vendée, última presentación en el ciclismo de ruta. Era el mes de octubre del 2023.
Hace cinco años dijo que le gustaba Colombia, la gente y montar bicicleta en este país. Ahora es Cartagena. ¿Cómo se siente?
Cartagena me gusta mucho, igual que toda Colombia y claro que será muy bueno montar en bicicleta con amigos y todas las personas que estaremos en la carrera el próximo domingo, tengo muchas ganas de rodar en el reto Movistar y la ciudad es maravillosa, me han dicho que serán más de 1800 ciclistas.
En el ciclismo europeo, que es muy importante, ganar “monumentos”, esas competencias de un solo día, reconocidas dentro del calendario internacional. ¿Por qué le gustan tanto estas carreras, ganó Milán-Sanremo, Vuelta a Flandes, entre otros?
Para mí son muy relevantes, por los equipos, son etapas duras y a veces complicadas, además tienen una historia muy grande a lo largo de los años.
Siento que aquí en Colombia ese ciclismo de competencias cortas se ha convertido en algo muy importante, prueba de eso es lo que tendremos el próximo domingo.
Aquí en Colombia muchos jóvenes con sueños corren ese tipo de carreras, algunas clásicas, otras organizadas modestamente en pequeñas ciudades. ¿Qué decirle a esos jóvenes?
Creo que es fundamental emprender y alcanzar logros, no importa que la organización sea de eventos grandes o pequeños, lo que vale es la ayuda a fomentar y a hacer crecer el ciclismo en Colombia, ustedes tienen grandes campeones y otros que están por llegar.
¿El camino no es fácil para las nuevas generaciones?
Por supuesto, por eso es importante seguir. Agradecer a las organizaciones que dan esa posibilidad a esos jóvenes que seguro serán campeones si se acercan al deporte, serán muchos kilómetros con una buena salud, sin lesiones y repito, disfrutando la bicicleta.
Dijo en una entrevista, cuando estaba en el ciclismo de las grandes competencias, que no perdía el sueño preocupándose porque su nombre estuviera en las enciclopedias. ¿Cómo es ahora su tiempo, sigue durmiendo?
Sonrisas. Por supuesto que duermo sin preocupaciones. El secreto es la felicidad, sigo corriendo, compartiendo con mis amigos, preparándome para la vida, siempre con la gente, divirtiéndome, pedaleando en bicicleta y me place hacer muy feliz a la gente como con la que estaremos en este evento de Cartagena y luego volver a casa.
¿Entonces más momentos para compartir con su hijo?
Sí, él tiene 7 años, es muy importante para mí, hace muchos deportes, esperaré para ver qué es lo que más le gusta. Ahora hace fútbol, tenis, natación.
¿Y la bicicleta?
No lo estoy enfocando en nada en particular, solo quiero ver feliz a Marlon todos los días.
Usted es de la ciudad eslovaca de Zilina, ¿quién le enseño a montar bicicleta, cuántos años tenía, y qué bicicleta era? Dicen que lo que uno aprende divirtiéndose nunca se olvida
Seguramente, recuerdo que era una bicicleta de BMX normal, estaba en casa, pero no la usaba, creo que yo tenía entre seis y siete años. La primera vez que monte fue frente a mi casa y estaba con mis hermanos.
Sonríe y deja ver en su rostro la alegría del recuerdo, entonces le digo.
Le voy a ayudar. Dice una entrevista publicada que su hermano Juraj fue quien intentó montar en bicicleta por primera vez, usted lo seguirá… Vuelve a sonreír.
¿Cómo ha continuado su vida en la preparación del deporte, aún se levanta temprano, sigue con las mismas rutinas, las tendrá en Cartagena?
El trabajo de ciclista profesional es muy duro y lo he hecho por muchos años, ahora tengo más tiempo para este tipo de retos.
Tengo horarios muy exigentes, a las seis ya estoy levantado, pero dependiendo el ritmo de Cartagena seguramente intentaré dormir un poco más tarde. En estos eventos, además de la preparación física, hay actividades protocolarias y no habrá tiempo para la ciudad en la noche, igual la voy a disfrutar de día.
Debo preguntarle por los ciclistas colombianos, sé que tiene buenos amigos. ¿Qué nos hace falta y qué destaca de los escarabajos?
Bueno, creo que en Colombia hay muy buen ciclismo de Word Tour, en el ciclismo internacional hay muy poco por mejorar, la mayoría de ellos son escaladores. Tienen muchos ciclistas que crecen, con la ventaja que entrenan en la altura. Hay una generación de oro. Esperemos que el recambio sea muy bueno en futuro de Colombia.
Yo he estado dos o tres veces en altura en Colombia ordenándome junto a los ciclistas colombianos que son mis amigos, ha sido maravilloso.
Aquí en Cartagena dirían que es un gran bailarín, sabe abarcar todos los géneros: es un excelente esprínter, un buen escalador, un gregario en los descensos, tiene la experiencia en los adoquines y ha jugado con su bicicleta como un gran malabarista. ¿Cómo se llega a tener esas virtudes?
Soy un ciclista general en el sentido de que voy lento por todas partes. No siempre fui el mejor, siempre había alguien que me ayudaba cuando me quedaba con los escaladores, con los esprínteres.
Desde pequeño empecé haciendo Mountain Bike y esto de los grupos de ciclistas grandes no era algo muy común para mí. La bici de carretera era parte de mi entrenamiento y así fue empezando en los diferentes procesos de mi carrera para luego pasar a la ruta.
Le recuerdo que su primera carrera profesional fue en Tour Down Under 2010 en Australia. Sonríe. Hace un silencio y afirma.
Así es, pero lo del baile no es cierto, soy muy malo en eso.
¿Dónde está el Porche que ganó en una apuesta? Recuérdeme cómo es esa historia en el Tour de Francia
Si yo ganaba dos etapas y era capaz de llegar a París con el maillot verde, me ganaba un porche. Esa fue la apuesta que hice en el Tour de Francia, con Paolo Zani, del Liquigas.
Gané y lo primero que hice fue volar a buscar el premio. Fue mi primer coche deportivo. Para mí es algo muy importante, el coche está todavía en mi museo en Eslovaquia, allí puedes ir a verlo. No es ganar, es todo lo que significa cumplir los propósitos.
Estará en Cartagena estos días con sus murallas, balcones, su bicicleta y una propuesta de la presidenta de la Corporación de Turismo, que la ciudad sea un destino turístico del deporte, ¿Qué opina de este reto?
Me gusta todo, la ciudad con sus murallas, la gente, lo cuidada y conservada. Me llama la atención que haya este esfuerzo por el deporte y el turismo. El domingo somos muchos los ciclistas que la vamos a recorrer y eso es muy bueno. Quiero estar muchas veces más en Colombia.
Yo creo que me podría quedar a vivir en Cartagena, para seguir conociendo todo lo que tiene.
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