Esta es la nueva selección de Colombia. La que le juega de tú a tú a Brasil, la que impone condiciones ante la pentacampeona del mundo. La que genera muchas más opciones que su rival e intenta siempre mantener su estilo. La que demuestra carácter y sabe reponerse de los golpes, la que ilusiona y se ilusiona, pero tiene los pies sobre la tierra. La que transmite tranquilidad y fortaleza, la que es confiable en defensa y contundente en ataque.
La Colombia que incluso perdiendo contra Brasil desde el minuto 12, jugaba mejor y llegaba constantemente con peligro al arco rival. La que merecidamente al final del primer tiempo logró el empate. La que buscó siempre la victoria a pesar de que con el empate aseguraba el primer lugar del grupo. La que completó 23 partidos sin perder de la mano del técnico Néstor Lorenzo, con 17 triunfos y seis empates, 43 goles a favor y solo 15 en contra, para un rendimiento del 82,6%.
Ante casi 70 mil espectadores, la mayoría colombianos, en el Levi´s Stadium de Santa Clara, la selección de Colombia dio una nueva muestra de fútbol, carácter y jerarquía ante una Brasil que aunque no brilla, siempre es peligrosa, pero se vio mal en buena medida debido a la gran presentación de la tricolor.
Colombia ante Brasil no salió a cuidar el empate
La selección de Colombia afrontó el partido que cerraba el grupo con la tranquilidad de haber asegurado la clasificación tras las victorias contra Paraguay (2-1) y Costa Rica (3-0), pero también con la seriedad que se necesitaba para asegurar el primer lugar del grupo y, además de evitar a Uruguay en cuartos de final, enfrentar a Panamá, que en teoría es un rival más accesible.
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Por eso no salió a especular, sino a buscar la victoria. Tanto de generó muchas más opciones claras de gol, tres de James Rodríguez, una de Dávinson Sánchez que el VAR invalidó por una milimétrica posición adelantada, una más de Lucho Díaz, una de Jorge Carrascal y otra de Rafael Santos Borré, además de la del gol de Daniel Muñoz.
El equipo, como es costumbre en la era de Néstor Lorenzo, se vio compacto durante los 90 minutos y tuvo gran intensidad, con algunos momentos en los que hizo presión alta y muchos en los que manejó la pelota y el ritmo del juego, de la mano de James Rodríguez, nuevamente destacado.
Fue tan confiable Colombia que apenas le permitió a Brasil generar tres oportunidades de gol en todo el juego. No sufrió el partido y demostró superioridad. Más allá de que el resultado final haya sido 1-1, la tricolor se vio superior a su rival, tanto física como futbolísticamente.
Colombia tuvo carácter y se repuso al gol en contra
Aunque Colombia fue el que primero se acercó al arco rival, Brasil se fue en ventaja gracias a un gol de tiro libre de Raphinha, a los 12 minutos de juego. El equipo de Néstor Lorenzo supo asimilar el golpe anímico y se recuperó muy rápido. No cambió el plan de juego y fue a buscar la igualdad.
Jugó de igual a igual y mereció el empate mucho antes de lograrlo, justo cuando se iban al entretiempo luego de una acción en la que James peleó una pelota en la mitad y John Córdoba, entre tres defensas, habilitó a Daniel Muñoz para que venciera a Allison Becker.
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En el complemento el juego no cambió. Colombia se plantó en campo brasileño y fue el que más buscó la victoria. Estuvo, además, muy seguro ante los contragolpes de Rodrygo y Vinicius Jr. El gol del triunfo no llegó, pero la tricolor tuvo la jerarquía para mantener el resultado y asegurar el primer lugar del grupo.
Colombia jugó como candidato al título. Fue serio, maduro. Asumió la responsabilidad de poner condiciones y, a diferencia de la gran mayoría de los enfrentamientos anteriores ante Brasil, no sufrió. Tampoco se relajó ante los constantes gritos de ole desde las tribunas vestidas del amarillo colombiano.
Ahora deberá preparar el duelo ante Panamá, que en la primera fase le ganó 3-1 a Bolivia y 2-1 a Estados Unidos, y cayó 3-1 ante Uruguay. “Vamos paso a paso, con la confianza que nos da el buen fútbol que estanos practicando, pero con los pies sobre la tierra, porque no hemos ganado nada”, aseguró al final del partido James Rodríguez, el capitán de la tricolor.
“No pensamos en la semifinal, sino en preparar bien el juego contra Panamá, que es el que nos interesa. No pensamos en lo que pase en la otra llave entre Uruguay y Brasil,. sino en ganar nuestro siguiente partido, después veremos”, agregó.
En la parte táctica, Colombia sigue demostrando fortaleza en defensa, con Dávinson Sánchez y Carlos Cuesta seguros como centrales. Daniel Muñoz, por derecha, es más atacando, pero cumple defendiendo. Por el costado izquierdo jugó Déiver Machado, quien tuvo dificultades y fue reemplazado en el complemento por Johan Mojica, el habitual titular.
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En la mitad está muy consolidada la pareja Jefferson Lerma y Richard Ríos, ambos con marca y manejo, aunque el primer no estará ante Panamá por acumulación de amarillas. Su reemplazo será Kevin Castaño o Matheus Uribe. James agrandado con la selección; y por los costados Lucho Díaz y John Arias, solidarios cuando sus compañeros necesitan ayuda y desequilibrantes en ataque.
Arriba fue nuevamente titular John Córdoba, luchador y peligroso, con movimientos que sacan de su zona a los defensas rivales y les generan espacios a los rápidos extremos o a James, quien llega desde atrás. Los jugadores que ingresaron, como Jorge Carrascal, Matheus Uribe y Rafael Santos Borré, no desentonaron, porque el equipo siguió funcionando bien, aunque para el entrenador y los jugadores está claro que hay detalles por mejorar.
“Hemos crecido un poquito más”, dijo el técnico Néstor Lorenzo. “Estamos satisfechos, porque el equipo sigue mejorando y mostrando un estilo claro, una identidad, trabajo. Hicimos uno de nuestros mejores partidos”. El técnico insistió en que los candidatos al título siguen siendo Argentina, Brasil y Uruguay, pero admitió que lo deja muy tranquilo “haberle jugado mano a mano a uno de ellos”.
En las otras llaves de cuartos de final, Argentina enfrenta a Ecuador, Venezuela a Canadá y Brasil a Uruguay.
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