¡Gracias, muchachos, nos volvieron a ilusionar !
La tricolor cayó ante Argentina en la final de la Copa América, pero no hay nada que reprocharles a nuestros guerreros, que dejaron el alma en la cancha y se metieron en la élite del fútbol mundial.
Luis Guillermo Ordoñez
Jamás el himno nacional de Colombia sonó tan fuerte y lindo como anoche en el Hard Rock Stadium de Miami, pues su eco retumbó a 2.500 kilómetros de distancia, en todos los rincones de nuestro país. Nunca fue tan bonito ser colombiano, porque duele menos la derrota cuando se deja todo en la cancha, cuando se lucha con el alma, cuando se demuestra que hay talento y jerarquía para pelearle a cualquiera.
En la final de la Copa América 2024 Colombia le jugó a Argentina de tú a tú, como nos ha acostumbrado, como lo hizo ante otros campeones mundiales de la talla de Brasil, Alemania, España y Uruguay. Salió a proponer y buscar la victoria, con la certeza de que tenía argumentos para dar la pelea. Los tiempos en los que se metía atrás a defender y esperar un contragolpe se acabaron. Este es un plantel con experiencia y personalidad, con la jerarquía para mirar de frente a cualquier rival y hacerse respetar.
El juego comenzó hora y cuarto más tarde de lo que estaba programado, debido a los incidentes que se presentaron durante el ingreso al escenario, cuando muchos hinchas se colaron y otros presentaron boletas falsificadas que habían comprado en la reventa. Un caos y un muy mal precedente de cara al Mundial de 2026, que Estados Unidos organizará en compañía de México y Canadá. A eso hay que sumarle las críticas por el mal estado de las canchas, los largos desplazamientos entre las ciudades sedes y las dificultades que tuvieron los equipos para entrenar, debido al implacable calor de esta temporada.
En el primer tiempo, Luis Díaz, Jhon Córdoba y Jéfferson Lerma asustaron al arquero Emiliano Martínez, que tuvo más trabajo que Camilo Vargas, aunque Argentina demostró por qué era el vigente monarca continental y mundial. También plantó cara y sacó su casta, con Lionel Messi más participativo que en los partidos anteriores, siempre respaldado por Rodrigo De Paul, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister. Llegó dos veces a predios colombianos, pero sin verdadero peligro.
En el complemento, la dinámica del encuentro no cambió. La tricolor siguió manejando la pelota, pero no tuvo a Luis Díaz con el desequilibrio al que nos tiene acostumbrados, mientras que Argentina se replegó un poco más, para apostarle a salidas rápidas con Ángel Di María y Julián Álvarez. El Fideo, precisamente, estuvo a punto de anotar, pero Vargas desvió levemente su remate, justo antes de que Lionel Messi sufriera un problema muscular y pidiera el cambio. Los 65.000 asistentes al estadio despidieron con una ovación al 10 albiceleste, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, quien disputaba su última Copa América.
Ocurrió entonces una acción polémica en la que Mac Allister tumbó a Jhon Córdoba en el área mientras disputaban una pelota, pero el juez brasileño Raphael Claus y sus asistentes en el VAR consideraron que no había falta. En realidad fue una jugada muy apretada, nada fácil de juzgar.
En los últimos minutos del tiempo reglamentario Colombia acusó el cansancio por el trajín del torneo y un camino mucho más complicado que su rival, pues disputó finales adelantadas contra Brasil y Uruguay. Además jugó los mismos partidos que Argentina, pero en un periodo cuatro días menor, pues debutó el 24 de junio y la albiceleste el 20.
El el alargue, que arrancó con una tremenda atajada del cuidapalos colombiano, el equipo de Lionel Scaloni se notaba con más fondo físico y el de Lorenzo sintió la salida de James Rodríguez, quien le dio paso a Juan Fernando Quintero. Lucho Díaz seguía jugando con más ganas que claridad y la definición por cobros del punto penalti parecía inevitable, aunque el ingreso de Jorge Carrascal, Matheus Uribe y Miguel Borja le dio un segundo aire a la tricolor.
Hasta que a los 111 minutos llegó el gol de Argentina, por intermedio de Lautaro Martínez, suplente, pero máximo anotador del torneo, con cinco tantos. Aprovechó una excelente habilitación de Gio Lo Celso y definió con maestría cuando enfrentó mano a mano a Camilo Vargas.
No había tiempo para mucho más, tampoco fuerzas. Como pudieron, los jugadores colombianos tiraron sus restos y se acercaron al arco del Dibu, pero sin crear opciones reales de anotar.
Colombia hizo una Copa América para volver a soñar
En la Copa, Colombia fue creciendo y afinando detalles, desde su formación hasta el funcionamiento. En el onceno inicial se consolidaron Carlos Cuesta, Richard Ríos y Jhon Córdoba, que llegaron como suplentes. Y renacieron definitivamente dos jugadores que durante años fueron criticados (muchas veces con argumentos) y menospreciados: Dávinson Sánchez y James Rodríguez.
El central se ha mostrado sobrio, seguro y con liderazgo en la zaga. Ante Argentina fue una de las figuras. Mientras que el 10 recuperó el brillo de sus mejores épocas para generar el fútbol ofensivo del equipo. Tanto que fue elegido como Mejor Jugador de la Copa América 2024. A ellos se sumaron figuras que han ratificado su valor, como Daniel Muñoz, Jefferson Lerma, Johan Mojica, Jhon Arias y Lucho Díaz, las bases para el futuro.
Hasta ahora, los mayores logros de la selección habían sido los empates frente a la Unión Soviética y Alemania en los mundiales de Chile 1962 e Italia 1990, respectivamente; el subtítulo de la Copa América de 1975, el título de la Copa América que organizó Colombia en 2001 y el quinto puesto en el Mundial de Brasil 2014, con una magnífica actuación y goleador del torneo incluido: James Rodríguez.
Y aunque no se levantó el trofeo en Miami, esta Copa significó la consolidación definitiva de nuestro balompié en la élite, más que por llegar a la final, por la forma de jugar y de afrontar los compromisos, incluso el definitivo, con carácter y jerarquía.
En el torneo Colombia llegó a la final merecidamente. Superó 2-1 a Paraguay en su estreno y luego venció 3-0 a Costa Rica, antes de cerrar la fase de grupos con un empate 1-1 contra Brasil. Aunque la igualdad le servía, como nunca antes Colombia fue adelante, buscó la victoria durante todo el encuentro, excepto en los últimos cinco minutos, en los que la verde-amarilla arriesgó y se le fue encima.
La tricolor goleó después a Panamá y el miércoles pasado, en un duelo épico en el que actuó con un hombre menos durante la segunda mitad, le ganó 1-0 a la selección Uruguay, dirigida por Marcelo Bielsa, que era la gran candidata al título.
Este domingo contra Argentina ratificó todo lo bueno que hizo en el campeonato y que le permitió lograr un invicto de 28 partidos, 25 con Néstor Lorenzo en el banquillo. La racha sin derrotas, con 19 triunfos y seis empates, terminó con el 1-0 ante Argentina, que también hizo méritos para salir campeón y completó, de la mano de los Lionel, Scaloni y Messi, cuatro títulos en línea, dos Copas América, la Finalissima y el Mundial de Catar 2022.
Superó a Uruguay como máximo ganador del torneo, 16 a 15. Y el año entrante buscará un trofeo más, pues jugará otra Finalissima, esta vez ante España, que ganó el título de la Eurocopa al vencer 2-1 a Inglaterra, en el estadio Olímpico de Berlín, en Alemania.
La tricolor vuelve este lunes a casa con la frente en alto. Con el sabor amargo de no haber levantado la Copa América, pero la certeza de que tiene un gran futuro para cobrar revancha y seguir peleando títulos.
Ahora hay que seguir adelante, levantar cabeza y comenzar a pensar en la eliminatoria, que vuelve en septiembre con los duelos ante Perú en Lima y Argentina, si, Argentina, en Barranquilla. Ya a mediano plazo, está la Copa Mundo 2026, en la que seguramente Colombia volverá a ser protagonista.
¡Gracias, muchachos, nos volvieron a ilusionar!.
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Jamás el himno nacional de Colombia sonó tan fuerte y lindo como anoche en el Hard Rock Stadium de Miami, pues su eco retumbó a 2.500 kilómetros de distancia, en todos los rincones de nuestro país. Nunca fue tan bonito ser colombiano, porque duele menos la derrota cuando se deja todo en la cancha, cuando se lucha con el alma, cuando se demuestra que hay talento y jerarquía para pelearle a cualquiera.
En la final de la Copa América 2024 Colombia le jugó a Argentina de tú a tú, como nos ha acostumbrado, como lo hizo ante otros campeones mundiales de la talla de Brasil, Alemania, España y Uruguay. Salió a proponer y buscar la victoria, con la certeza de que tenía argumentos para dar la pelea. Los tiempos en los que se metía atrás a defender y esperar un contragolpe se acabaron. Este es un plantel con experiencia y personalidad, con la jerarquía para mirar de frente a cualquier rival y hacerse respetar.
El juego comenzó hora y cuarto más tarde de lo que estaba programado, debido a los incidentes que se presentaron durante el ingreso al escenario, cuando muchos hinchas se colaron y otros presentaron boletas falsificadas que habían comprado en la reventa. Un caos y un muy mal precedente de cara al Mundial de 2026, que Estados Unidos organizará en compañía de México y Canadá. A eso hay que sumarle las críticas por el mal estado de las canchas, los largos desplazamientos entre las ciudades sedes y las dificultades que tuvieron los equipos para entrenar, debido al implacable calor de esta temporada.
En el primer tiempo, Luis Díaz, Jhon Córdoba y Jéfferson Lerma asustaron al arquero Emiliano Martínez, que tuvo más trabajo que Camilo Vargas, aunque Argentina demostró por qué era el vigente monarca continental y mundial. También plantó cara y sacó su casta, con Lionel Messi más participativo que en los partidos anteriores, siempre respaldado por Rodrigo De Paul, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister. Llegó dos veces a predios colombianos, pero sin verdadero peligro.
En el complemento, la dinámica del encuentro no cambió. La tricolor siguió manejando la pelota, pero no tuvo a Luis Díaz con el desequilibrio al que nos tiene acostumbrados, mientras que Argentina se replegó un poco más, para apostarle a salidas rápidas con Ángel Di María y Julián Álvarez. El Fideo, precisamente, estuvo a punto de anotar, pero Vargas desvió levemente su remate, justo antes de que Lionel Messi sufriera un problema muscular y pidiera el cambio. Los 65.000 asistentes al estadio despidieron con una ovación al 10 albiceleste, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, quien disputaba su última Copa América.
Ocurrió entonces una acción polémica en la que Mac Allister tumbó a Jhon Córdoba en el área mientras disputaban una pelota, pero el juez brasileño Raphael Claus y sus asistentes en el VAR consideraron que no había falta. En realidad fue una jugada muy apretada, nada fácil de juzgar.
En los últimos minutos del tiempo reglamentario Colombia acusó el cansancio por el trajín del torneo y un camino mucho más complicado que su rival, pues disputó finales adelantadas contra Brasil y Uruguay. Además jugó los mismos partidos que Argentina, pero en un periodo cuatro días menor, pues debutó el 24 de junio y la albiceleste el 20.
El el alargue, que arrancó con una tremenda atajada del cuidapalos colombiano, el equipo de Lionel Scaloni se notaba con más fondo físico y el de Lorenzo sintió la salida de James Rodríguez, quien le dio paso a Juan Fernando Quintero. Lucho Díaz seguía jugando con más ganas que claridad y la definición por cobros del punto penalti parecía inevitable, aunque el ingreso de Jorge Carrascal, Matheus Uribe y Miguel Borja le dio un segundo aire a la tricolor.
Hasta que a los 111 minutos llegó el gol de Argentina, por intermedio de Lautaro Martínez, suplente, pero máximo anotador del torneo, con cinco tantos. Aprovechó una excelente habilitación de Gio Lo Celso y definió con maestría cuando enfrentó mano a mano a Camilo Vargas.
No había tiempo para mucho más, tampoco fuerzas. Como pudieron, los jugadores colombianos tiraron sus restos y se acercaron al arco del Dibu, pero sin crear opciones reales de anotar.
Colombia hizo una Copa América para volver a soñar
En la Copa, Colombia fue creciendo y afinando detalles, desde su formación hasta el funcionamiento. En el onceno inicial se consolidaron Carlos Cuesta, Richard Ríos y Jhon Córdoba, que llegaron como suplentes. Y renacieron definitivamente dos jugadores que durante años fueron criticados (muchas veces con argumentos) y menospreciados: Dávinson Sánchez y James Rodríguez.
El central se ha mostrado sobrio, seguro y con liderazgo en la zaga. Ante Argentina fue una de las figuras. Mientras que el 10 recuperó el brillo de sus mejores épocas para generar el fútbol ofensivo del equipo. Tanto que fue elegido como Mejor Jugador de la Copa América 2024. A ellos se sumaron figuras que han ratificado su valor, como Daniel Muñoz, Jefferson Lerma, Johan Mojica, Jhon Arias y Lucho Díaz, las bases para el futuro.
Hasta ahora, los mayores logros de la selección habían sido los empates frente a la Unión Soviética y Alemania en los mundiales de Chile 1962 e Italia 1990, respectivamente; el subtítulo de la Copa América de 1975, el título de la Copa América que organizó Colombia en 2001 y el quinto puesto en el Mundial de Brasil 2014, con una magnífica actuación y goleador del torneo incluido: James Rodríguez.
Y aunque no se levantó el trofeo en Miami, esta Copa significó la consolidación definitiva de nuestro balompié en la élite, más que por llegar a la final, por la forma de jugar y de afrontar los compromisos, incluso el definitivo, con carácter y jerarquía.
En el torneo Colombia llegó a la final merecidamente. Superó 2-1 a Paraguay en su estreno y luego venció 3-0 a Costa Rica, antes de cerrar la fase de grupos con un empate 1-1 contra Brasil. Aunque la igualdad le servía, como nunca antes Colombia fue adelante, buscó la victoria durante todo el encuentro, excepto en los últimos cinco minutos, en los que la verde-amarilla arriesgó y se le fue encima.
La tricolor goleó después a Panamá y el miércoles pasado, en un duelo épico en el que actuó con un hombre menos durante la segunda mitad, le ganó 1-0 a la selección Uruguay, dirigida por Marcelo Bielsa, que era la gran candidata al título.
Este domingo contra Argentina ratificó todo lo bueno que hizo en el campeonato y que le permitió lograr un invicto de 28 partidos, 25 con Néstor Lorenzo en el banquillo. La racha sin derrotas, con 19 triunfos y seis empates, terminó con el 1-0 ante Argentina, que también hizo méritos para salir campeón y completó, de la mano de los Lionel, Scaloni y Messi, cuatro títulos en línea, dos Copas América, la Finalissima y el Mundial de Catar 2022.
Superó a Uruguay como máximo ganador del torneo, 16 a 15. Y el año entrante buscará un trofeo más, pues jugará otra Finalissima, esta vez ante España, que ganó el título de la Eurocopa al vencer 2-1 a Inglaterra, en el estadio Olímpico de Berlín, en Alemania.
La tricolor vuelve este lunes a casa con la frente en alto. Con el sabor amargo de no haber levantado la Copa América, pero la certeza de que tiene un gran futuro para cobrar revancha y seguir peleando títulos.
Ahora hay que seguir adelante, levantar cabeza y comenzar a pensar en la eliminatoria, que vuelve en septiembre con los duelos ante Perú en Lima y Argentina, si, Argentina, en Barranquilla. Ya a mediano plazo, está la Copa Mundo 2026, en la que seguramente Colombia volverá a ser protagonista.
¡Gracias, muchachos, nos volvieron a ilusionar!.
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