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Messi y una nueva redención en Nueva Jersey

El astro argentino volvió al estadio donde, hace ocho años, vivió su momento más gris con la albiceleste. En una carrera cargada de redenciones, la de esta vez fue contra Chile, sus verdugos de entonces, en un triunfo especial que significa más que tres puntos.

Jesús Mesa
26 de junio de 2024 - 03:56 a. m.
Lionel Messi de Argentina durante el partido de la Copa América 2024 entre Chile y Argentina en el estadio MetLife el 25 de junio de 2024 en East Rutherford, Nueva Jersey.
Lionel Messi de Argentina durante el partido de la Copa América 2024 entre Chile y Argentina en el estadio MetLife el 25 de junio de 2024 en East Rutherford, Nueva Jersey.
Foto: Getty Images via AFP - TIM NWACHUKWU

Los trenes que llevaban a los hinchas argentinos y chilenos al MetLife Stadium en New Jersey salieron con varios minutos de retraso. Hinchas y curiosos, impacientes, levantaban la mirada cada dos minutos para ver los tableros de la estación con la esperanza de que se acercara un tren.

Aunque el partido entre Argentina y Chile comenzaba tarde, a las 9 de la noche, la causa del retraso fue un problema de cálculo. La autoridad de tránsito de New Jersey, que coordina los itinerarios de los trenes, habilitó la ruta especial hacia East Rutherford solo tres horas antes del inicio del juego.

“Es que en verdad no lo entienden”, decían algunos hinchas argentinos en la plataforma del tren. Para ser el torneo de selecciones más importante del continente, la Copa América en Estados Unidos ha sido más bien silenciosa. De no ser por los extranjeros en el país, los americanos ni se enterarían del torneo.

Pocas cosas son más difíciles que explicar el fútbol a un americano. Y quizás la más compleja es tratar de buscarle lógica a eventos que carecen de ella. Por ejemplo, explicar que el partido entre Chile y Argentina se da en el mismo escenario en donde hace ocho años Messi vivió su momento más gris. Y que su regreso no podría darse en un momento más dulce.

Pocas frases hechas son tan ciertas como la de que el fútbol da revancha, y en el caso de Messi, su regreso a Nueva Jersey es testimonio de ello. El 27 de junio de 2016, completamente derrotado por haber perdido su tercera final consecutiva, y tras errar un penal en la definición con Chile, en los pasillos del MetLife, el capitán argentino renunciaba en vivo y en directo a la selección.

Esa renuncia en los pasillos del MetLife fue también, quizás sin saberlo, el comienzo de la historia más exitosa de la selección argentina. Por primera vez, el astro argentino, amado en Barcelona y cuestionado en su país, se mostraba vulnerable frente a los suyos. Messi, que cuando erraba se abstraía, lloró como un niño, consolado por sus verdugos quienes, solo ellos, sabían lo que era ganarle dos finales al mejor jugador de todos los tiempos.

Pero ocho años después, el Messi que regresó a Nueva Jersey es otro. En una entrevista reciente con Juan Pablo Varsky, el rosarino reconoció que la final de 2016 fue su momento más bajo. Levantarse no fue fácil, dijo. Pero ahora que es padre, aprendió a darle a la derrota su lugar en la vida.

“Con el tiempo se aprende a perder. Porque cuesta. Hay derrotas que son difíciles de superar, no me gusta revivirlas. Pero te hacen crecer”, dijo.

La gente también lo ve de otra manera. Si bien el fútbol es un deporte colectivo, siempre hay jugadores que pagan el precio. Y Messi, en este caso, es el culpable de haber llenado los más de 81.000 asientos del MetLife, logrando así el primer sold-out en lo que va de la Copa América. Todos los colores, nacionalidades e idiomas se juntan al unísono para, cada cinco minutos, dar una reverencia mientras gritan “Messi, Messi”.

La victoria al final fue para Argentina, que con seis puntos logra su clasificación a la segunda ronda de la Copa. Pero para la mayoría de los asistentes, el fútbol o el marcador fue lo de menos. Ver a Messi una vez en la vida era para muchos la razón.

Para los argentinos, quizás, también es una victoria más, casi esperada, frente a un rival que ya no es lo que era. Sin embargo, para Messi, así tenga ya tres estrellas en pecho, irse del MetLife de Nueva Jersey, con una victoria sobre Chile, después de lo sucedido hace ocho años, muy seguramente significó algo más que tres puntos. ¿Y cómo le explicas eso a un gringo? Muy difícil.

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