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El pasado 11 de diciembre de 2023 se celebró en Bogotá la ceremonia de premiación del Deportista del Año 2023 de El Espectador y Movistar. David Alonso, piloto de la escudería española Gas Gas Aspar Team en la categoría Moto 3, fue reconocido como el deportista masculino revelación. El colombo-español ganó el título al mejor debutante en su primera temporada dentro el profesionalismo. El adolescente de 17 años habló con este periódico y se refirió a su vida por fuera de las pistas de carreras y explicó por qué corre bajó la bandera de Colombia, habiendo pasado toda su vida en España.
David Alonso tal vez es un nombre no muy referenciado en Colombia, pero en Europa es una de las joyas del motociclismo de velocidad. Este es un fenómeno apenas natural en un país que ha dedicado toda su existencia a cubrir y hablar de fútbol y ciclismo. El único que nos puso a hablar de neumáticos, motores y grandes premios fue Juan Pablo Montoya, quien en sus cinco años en la Fórmula 1 abrió la puerta para los colombianos en los deportes de motor. Ahora, y subido en una moto desde los cinco años, David espera despertar la pasión por la velocidad en los colombianos porque, aunque su acento delata que ha vivido más en España que en Colombia, hoy corre bajo la bandera tricolor, la misma de Marcela Gómez, su madre, una mujer oriunda de Bucaramanga.
“Aunque haya pasado toda la vida en España tengo raíces colombianas y para mí es muy importante representar al país de mi madre. Quiero llevar todos los logros posibles a Colombia, como la primera victoria en un campeonato mundial”. Alonso no es un piloto como cualquier otro. Desde que tiene memoria lo han apasionado las motos que veía en la televisión, y aunque su gran ídolo en este deporte no es colombiano, sino español, el seis veces campeón del mundo en la categoría MotoGP Marc Márquez, desde que compite profesionalmente no dudó en dejar claro que sus victorias se celebrarían con el “oh gloria inmarcesible” de fondo.
“Siempre me lo he tomado muy en serio desde pequeñito. Al principio era una afición, pero cada vez que entrenaba era exigente conmigo mismo y si lo hacía mal me cabreaba”. Ganó su primera carrera este año en Silverstone, Inglaterra, pero no pudo cantar el himno nacional porque no se lo sabía. Le preguntaron si estaba en sus planes aprendérselo para el próximo podio, y prometió hacerlo. Sin embargo, la segunda victoria en Cataluña, un lugar que conoce mejor que la misma Medellín, donde viven sus abuelos maternos, lo tomó por sorpresa y otra vez le tocó guardar silencio mientras la bandera de Colombia se izaba a sus espaldas.
“Correr con la bandera de Colombia me ha dado una oportunidad buenísima de aprender sobre el país, su gastronomía, su cultura y sus costumbres. Por ejemplo, ya me he aprendido el himno, los colores de la bandera y el significado de cada uno”. David Alonso volvió a salir victorioso en el Gran Premio de San Marino y en Tailandia. Esas veces sí se le pudo ver con el pecho hinchado de orgullo cantando el himno nacional de Colombia. Hace pocos días estuvo por apenas segunda vez en su vida en el país. Ya con la temporada terminada y el tercer puesto en la tabla general, David visitó la turística piedra del Peñol en Guatapé, Antioquia. Se dio el lujo de probar la admirada bandeja paisa y quedar maravillado con las frutas colombianas.
A pesar de su visita al país, Alonso no pudo asistir a la premiación del Deportista del Año 2023 de El Espectador y Movistar, en la que fue galardonado como el deportista masculino revelación. Eso sí, el piloto de 17 años envió un video de agradecimiento. En su voz y sus expresiones faciales era notoria la vergüenza que sentía por no poder asistir a la gala. Si había una oportunidad para que se conectara con el país de su madre y con otros deportistas colombianos era esa. “A medida que va pasando el tiempo cada vez me siento más colombiano, más cerca del país, más involucrado y cada vez siento más cariño y apoyo de parte de la gente”.
La razón por la que la señora Marcela Gómez, su progenitora, se radicó en España es un tema del que tiene pocas palabras. “Mi madre se vino aquí a España y formó una familia, por sus motivos personales”. Su papá, Agustín Alonso, está alejado del ojo público tanto en Europa como en Colombia, y prefiere mantenerse al margen de la vida deportiva de su hijo. No obstante, es el primero que lo acompaña a las carreras y lo apoya en una actividad caracterizada por las caídas y los accidentes. “Es un deporte de alto riesgo. Un día, cuando era pequeño, corría en España y me quede sin frenos. Cuando llegué a la curva me di cuenta de que no tenía frenos y ese fue el susto más grande que he tenido. Los frenos son lo más importante que debe funcionar en una moto”.
Es difícil imaginar qué pasa por la mente de un chico de 17 años para querer conducir cada fin de semana a 250 km/h. David Alonso asegura que es una sensación de adrenalina que lo hace sentirse vivo. La primera vez sintió respeto y algo de miedo, pero a su corta edad ya se acostumbró y confiesa que es una emoción a la que se volvió adicto. Cada vez quiere ir más y más rápido. “Trato de crear una conexión con la moto para estar en sintonía moto y piloto, y que sean uno solo. Así, a la hora de frenar y de todo, la cuido para que me respete y me aguante toda la carrera”.
Desde los cinco años es imposible bajarlo de una moto y anhela todos los días ser el segundo colombiano en la historia en registrar su nombre junto a los otros pilotos de MotoGP, la máxima categoría de motociclismo de velocidad en el mundo. Seguramente si David hubiera nacido en Colombia y hubiera visto televisión colombiana, hoy sería hincha de algún club de fútbol y soñaría con jugar un campeonato mundial con la tricolor. O tal vez estaría fascinado con la historia de Rigo y ya le hubiera picado el mosquito del ciclismo, pero no. David Alonso nació el 26 de abril de 2006 en la capital española y hoy es un piloto de Moto3, más español que colombiano, pero no pierde nunca de vista los orígenes de su madre. Asegura sentirme orgulloso y completamente convencido de que el tiempo lo convertirá en un deportista tan colombiano como cualquier otro. “El apodo del Parce nos pareció gracioso y me hace sentir más colombiano y conectado con la gente de allá”. Alonso no solo se sueña ganando en MotoGP, sino que se sueña tan colombiano como el sombrero vueltiao, la marimonda y el acordeón.