Deportista del Año El Espectador y Movistar: Los puños de plata de Yuberjen

“Seguramente después de los Juegos Olímpicos aprenderán a pronunciar mi nombre”, decía entre risas el boxeador colombiano Yurberjen Herney Martínez antes de comenzar su participación en Río 2016. Sus 1,65 metros de estatura hacían que pasara desapercibido, pero apenas abría la boca, llamaba la atención de los demás. Este antioqueño de 24 años, extrovertido, alegre y confiado de sus habilidades, fue uno de los deportistas que a pesar de no ganar medalla de oro, más emociones les generaron a los colombianos. Su historia de vida llamó la atención y por eso cada pelea suya en Río fue seguida como si se tratara de un juego de la selección colombiana de fútbol y su medalla de plata en el peso minimosca fue como un oro.

Sólo hace cuatro años comenzó a participar en competencias de boxeo. Lo hizo en el Campeonato Nacional de Bogotá, en el que triunfó y regresó a su pueblo con la decisión de seguir preparándose fuertemente para triunfar como boxeador. Siendo campeón recibió como premio un celular, algo que no había podido adquirir porque los ingresos que le llegaban por ser mecánico de bicicletas eran para la alimentación y la ayuda en su casa.

Pero desde 2011 todo fue mejorando, porque se dio cuenta de que dando puños podría llegar lejos. Y con el apoyo de la Federación Colombiana de Boxeo cumplió su sueño de clasificarse a unos Juegos Olímpicos. Lo logró en Buenos Aires, Argentina, en donde se convirtió en el colombiano número 93 clasificado a Río. Ese viaje al país suramericano fue su segunda salida del país, pues ya había ido a Cuba, también a una competencia boxística.

Y en Río sorprendió. En su primera pelea en la categoría minimosca (46-49 kg) derrotó 3-0 al brasileño Patrick Lourenco en la ronda de 32. Por luchar ante un local, las expectativas de una victoria no eran muy altas, pero El Tremendo, como le dicen en el mundo del boxeo local, se salió con la suya.

Aunque la ilusión estaba alta, el obstáculo en los octavos de final sería un discípulo de Manny Pacquiao, un filipino que creció queriendo ser boxeador gracias al gran campeón, ídolo en su país. Pero Yuber sacó su calidad y una vez más se llevó el triunfo por un contundente 3-0.

Ya con la motivación de la medalla de bronce a una sola pelea, el antioqueño llegó fuerte para derrotar al español Samuel Carmona en los cuartos de final. Fue quizás el combate que más le costó, porque no se impuso 3-0, sino 2-1. Por momentos pareció derrotado, pero con su agilidad esquivó golpes que le darían puntos a su rival y en el contraataque sumó más él.

Con el bronce en el bolsillo comenzó a pensar en la casa que le había prometido a su madre. Los casi 70 millones del bronce no alcanzaban y por eso ante el cubano Joahnys Argilagos lo dio todo y ganó, a pesar de no ser el favorito. A la final llegó cansado y el uzbeko Hasanboy Dusmatov se vio muy superior y lo derrotó por decisión unánime de los jueces.

Pero la sonrisa de Yuberjen nunca se apagó y desde que terminaron los Juegos ha sido de los deportistas que más han sonado. La plata fue un premio grande para él, que es nada más y nada menos que el boxeador que mejor actuación ha tenido en unas justas olímpicas. Por su medalla en Río, Martínez es uno de nuestros nominados en la categoría mayores para la premiación del Deportista del Año de El Espectador y Movistar, cuya ceremonia se realizará el miércoles 14 de diciembre a las 10:00 a.m. en las instalaciones del hotel Sheraton de Bogotá.

Ese día también entregaremos el premio al Mejor técnico, Equipo, Dirigente, Vida y obra, y el más importante para este diario: el Juego Limpio Guillermo Cano. En esta ocasión, y gracias a su gran desempeño en la temporada que termina, tendremos además la categoría Paralímpica.

Usted puede votar ya por su deportista favorito en la página www.elespectador.com. El ganador recibirá el premio al más votado por internet. La lista de los nominados se encuentra en la siguiente página. En sólo una semana hemos recibido más de 10.000 votos. Falta usted.

“Seguramente después de los Juegos Olímpicos aprenderán a pronunciar mi nombre”, decía entre risas el boxeador colombiano Yurberjen Herney Martínez antes de comenzar su participación en Río 2016. Sus 1,65 metros de estatura hacían que pasara desapercibido, pero apenas abría la boca, llamaba la atención de los demás. Este antioqueño de 24 años, extrovertido, alegre y confiado de sus habilidades, fue uno de los deportistas que a pesar de no ganar medalla de oro, más emociones les generaron a los colombianos. Su historia de vida llamó la atención y por eso cada pelea suya en Río fue seguida como si se tratara de un juego de la selección colombiana de fútbol y su medalla de plata en el peso minimosca fue como un oro.

Sólo hace cuatro años comenzó a participar en competencias de boxeo. Lo hizo en el Campeonato Nacional de Bogotá, en el que triunfó y regresó a su pueblo con la decisión de seguir preparándose fuertemente para triunfar como boxeador. Siendo campeón recibió como premio un celular, algo que no había podido adquirir porque los ingresos que le llegaban por ser mecánico de bicicletas eran para la alimentación y la ayuda en su casa.

Pero desde 2011 todo fue mejorando, porque se dio cuenta de que dando puños podría llegar lejos. Y con el apoyo de la Federación Colombiana de Boxeo cumplió su sueño de clasificarse a unos Juegos Olímpicos. Lo logró en Buenos Aires, Argentina, en donde se convirtió en el colombiano número 93 clasificado a Río. Ese viaje al país suramericano fue su segunda salida del país, pues ya había ido a Cuba, también a una competencia boxística.

Y en Río sorprendió. En su primera pelea en la categoría minimosca (46-49 kg) derrotó 3-0 al brasileño Patrick Lourenco en la ronda de 32. Por luchar ante un local, las expectativas de una victoria no eran muy altas, pero El Tremendo, como le dicen en el mundo del boxeo local, se salió con la suya.

Aunque la ilusión estaba alta, el obstáculo en los octavos de final sería un discípulo de Manny Pacquiao, un filipino que creció queriendo ser boxeador gracias al gran campeón, ídolo en su país. Pero Yuber sacó su calidad y una vez más se llevó el triunfo por un contundente 3-0.

Ya con la motivación de la medalla de bronce a una sola pelea, el antioqueño llegó fuerte para derrotar al español Samuel Carmona en los cuartos de final. Fue quizás el combate que más le costó, porque no se impuso 3-0, sino 2-1. Por momentos pareció derrotado, pero con su agilidad esquivó golpes que le darían puntos a su rival y en el contraataque sumó más él.

Con el bronce en el bolsillo comenzó a pensar en la casa que le había prometido a su madre. Los casi 70 millones del bronce no alcanzaban y por eso ante el cubano Joahnys Argilagos lo dio todo y ganó, a pesar de no ser el favorito. A la final llegó cansado y el uzbeko Hasanboy Dusmatov se vio muy superior y lo derrotó por decisión unánime de los jueces.

Pero la sonrisa de Yuberjen nunca se apagó y desde que terminaron los Juegos ha sido de los deportistas que más han sonado. La plata fue un premio grande para él, que es nada más y nada menos que el boxeador que mejor actuación ha tenido en unas justas olímpicas. Por su medalla en Río, Martínez es uno de nuestros nominados en la categoría mayores para la premiación del Deportista del Año de El Espectador y Movistar, cuya ceremonia se realizará el miércoles 14 de diciembre a las 10:00 a.m. en las instalaciones del hotel Sheraton de Bogotá.

Ese día también entregaremos el premio al Mejor técnico, Equipo, Dirigente, Vida y obra, y el más importante para este diario: el Juego Limpio Guillermo Cano. En esta ocasión, y gracias a su gran desempeño en la temporada que termina, tendremos además la categoría Paralímpica.

Usted puede votar ya por su deportista favorito en la página www.elespectador.com. El ganador recibirá el premio al más votado por internet. La lista de los nominados se encuentra en la siguiente página. En sólo una semana hemos recibido más de 10.000 votos. Falta usted.