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El trabajo invisible detrás del tanque lleno de Juan David Ríos

No se ha perdido un entrenamiento en su vida, lleva 33 partidos al hilo consecutivos y en su casa tiene equipos para recuperarse mejor tras los entrenamientos. La lucha invisible de la figura del Tolima.

Thomas Blanco
16 de junio de 2021 - 01:01 a. m.
Ríos fue la figura de la vuelta en las semifinales ante La Equidad.
Ríos fue la figura de la vuelta en las semifinales ante La Equidad.
Foto: Cortesía
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Solo siente frío en las noches, pero diez minutos nada más. Vive a mil revoluciones: es el futbolista del Deportes Tolima con más partidos de toda la temporada. Entre los de liga, Sudamericana y Copa Colombia lleva 33 seguidos, solo se ha perdido uno en la campaña. En la cancha, un tipo que no para de morder al rival, de incomodar, de destruir el juego contrario. Un señor que, de lejos, ya es un hombre visto desde cerca. No te deja respirar, no se cansa. Y detrás de ese despliegue físico bíblico hay un entrenamiento invisible que es la respuesta a ser la figura del Tolima, que este jueves disputará la final de la liga colombiana ante Millonarios.

Juan David Ríos tiene un balde en la casa que le regula la temperatura del hielo que utiliza diez minutos en las noches. También usa varios artefactos eléctricos para potenciar su recuperación. Se alimenta con rigor para no descuidar su físico y consume proteínas. Todo calculado.

“Los que me conocen saben que yo me entreno como un loco, a full. No negocio nada. Llevo como mil entrenamientos y puedo decir que nunca me he perdido ninguno”, destacó Ríos en entrevista con este diario. El valor de invertir en sí mismo.

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El trabajo de Alejandro Guzmán, preparador físico del Tolima, también es para destacar. “Uy sí, el profe no nos deja respirar... nos exigen mucho, pero eso se nota en los partidos, aguantamos hasta el final para ganarlos”.

El caldense de 29 años es el futbolista con más entradas (2,7) por partido del fútbol colombiano. Un volante de marca completo, pues tiene criterio con la pelota en el inicio de juego. No olvida sus orígenes como ‘10’.

“Comencé de ‘10’, sé con el balón. Cuando fui ascendiendo pasando en distintas categorías me vieron la garra y me retrocedieron en el campo. El fútbol de hoy es garra, saber armarse, saber replegarse para la táctica del entrenador y así se me fueron dando las cosas. La base de pequeño mía fue con la pelota y los menos pases posibles, eso se ve reflejado en los partidos”.

Cuando llegó al Deportes Tolima hace año y medio el pedido explícito de Hernán Torres a Gabriel Camargo fue fichar a Juan David Ríos. “Me llamó a decirme que me quería para salir campeón y mira... ya estamos en la final”. ¿Su función en el campo? “Mantener el equilibrio, no dejar partir el equipo, estar ordenado, eso es lo primero. No dejar que a los defensas les llegue el atacante tranquilo: que pase el balón o el jugador, pero nunca los dos”, complementó.

Son perfiles distintos, pero ese exhaustivo trabajo de marca rememora los días de Wilmar Barrios en el Tolima. “Sí, sí, la verdad es que me comparan mucho con Wilmar. Qué bueno es que a uno lo comparen con esos jugadores de selección, pero yo también quiero hacer mi propio currículo”.

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¿Su futbolista de culto? Steven Gerrard, un hombre que también tiene raíces de volante creador y retrocedió su posición en el campo. “Él también fue ‘10’, pero ayudaba a marcar, salía de atrás. Ese fue mi referente, es el jugador al que todavía miro en los videos. Uff, me quedo con Gerrard siempre”.

Está en el mejor momento de su carrera, pero no olvida el suelo destapado. Como cuando en 2012 se rompió el ligamento cruzado cuando disputaba el ascenso con su Pereira. “Me perdí las finales, estuve siete meses fuera, fue muy duro. No ascender con mi amado Deportivo Pereira, el equipo de mis amores y el que me ayudó a estar donde estoy me duele, siempre tuvimos ese sueño. Gracias a Dios ya está en primera, pero nunca es tarde. Me gustaría, algún día, volver y ya no ascender sino ganar una liga”, reconoció quien en 2015 lideró una nómina que contaba con el “Cucho Hernández”, Jorman Campuzano, Leonardo Castro, Eddie Segura y Fernando Cárdenas.

Su oficio en el Tolima es ser el jefe del orden, mantener el equilibrio. Ayudar al volante de marca, últimamente Trujillo, de gran trabajo, anteriormente uno de gran cartel con Yeison Gordillo, para proteger a los centrales. Cuando ya hace la línea, la orden de Torres es que se proyecte al ataque para aprovechar los espacios favorables que le abren los delanteros.

Juan David Ríos reconoce que van a salir campeones. Y corrige ese imaginario colectivo que dice que el Tolima, desde hace muchos años, sale a cederle la iniciativa al rival y jugar al contragolpe. “El Tolima te sale a proponer, nosotros queremos ir casi siempre y no esperar a que el rival nos ataque para ahí si atacar. En estas semifinales, en ambos partidos, demostramos que salimos a buscarlo. El profe tiene muchos módulos, hay muchos planteamientos, tenemos un gran equipo, es muy unido”.

La final es un premio para Juan David Ríos, muchos años imperceptible en el fútbol colombiano, y ahora una de las figuras del torneo por su despliegue físico. “Desde los cinco años estoy jugando fútbol. He luchado mucho por estar acá en un grande del país”.

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El cuidado personal, los pequeños detalles, el profesionalismo, sobre todo cuando nadie más lo está viendo. El trabajo invisible de Juan David Ríos que, tanto tiempo después, lo tiene como uno de los volantes más visibles del fútbol colombiano.

Por: Thomas Blanco- @thomblalin

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