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Todo empezó agitado en 1956. Cercado por la censura, El Espectador salió de circulación el 6 de enero. Dos semanas después, la inconformidad con la dictadura se expresó en una silbatina en la Plaza de Toros a la hija del mandatario Gustavo Rojas Pinilla, María Eugenia. En la siguiente corrida, agentes infiltrados del servicio de inteligencia ubicaron a los agitadores contra el régimen y el saldo fue una decena de muertos. En ese ambiente cargado de encono político, el fútbol era una de las pocas opciones para salir del agobio.
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Con ausencia de Colombia en el torneo, llegaban noticias de la Copa América que se jugó en febrero en Uruguay con vencedor local, y entre las series internacionales de pretemporada en diversas ciudades, acaparó titulares un cuadrangular que se disputó desde la segunda semana de marzo en Bogotá, con participación de Millonarios, Santa Fe, Quindío y Barcelona de Ecuador. La Copa Cicrodeportes que se quedó en las vitrinas del Quindío con un equipo forjado en un proceso de ciudad unida para tener un campeón.
Desde la construcción del estadio San José en escasos meses para que debutara en 1951, hasta la contratación de los forjadores del primer equipo. El técnico argentino Próspero Fabrini, el puntero izquierdo de la misma nacionalidad Roberto Urruti o José Francisco Lombardo. Y después el goleador antioqueño Jaime “Manco” Gutiérrez que había debutado con éxito en Huracán de Medellín, junto al rosarino Manuel Dante País que llegó de Ecuador. En 1953, Quindío fue el equipo que le dio pelea al campeón Millonarios.
Un año después repitió subtítulo detrás de Nacional, reforzado con uno de los jugadores más notables en la historia del fútbol bogotano, Ricardo “Pibe” Díaz, que de la selección Cundinamarca pasó al Quindío; y Alejandro Carrillo, puntero derecho atlanticense que había jugado en Sporting. En 1955 el equipo fue tercero detrás de los antioqueños Medellín y Nacional, con la mano del curtido técnico Julio Tocker y el refuerzo de baluartes foráneos como Alejandrino Genes, Francisco Solano Patiño y el arquero Julio Asciolo.
Cuando comenzó la temporada 1956, Julio Tocker siguió al frente del equipo por algunas semanas, pero se marchó a Cali y asumió la conducción técnica el exjugador argentino del plantel José Francisco Lombardo. El plantel ya sabía de memoria a qué jugaba y con el aporte de Álvaro “Choclo” Martínez que llegó de América, o el juvenil Nelson Vargas, apodado “El Viejito”, desarrolló una brillante campaña que al final del torneo alcanzó el título en apretada pelea con Millonarios, Boca Juniors, Cúcuta y Medellín.
La historia de ese campeonato está contada con precisión en el libro “Quindío 1956 campeón”, escrito por el periodista Danilo Gómez Herrera. Desde el primer partido en el estadio San José de Armenia en que Quindío goleó a América 5-1 con tarde magistral de Jaime “Manco” Gutiérrez. Ese día hizo tres goles y le anularon dos. Solano Patiño y Alejandro Carillo redondearon la jornada. El campeón vigente Medellín también arrasó, al Bucaramanga por 4-1, y el otro equipo goleador fue Cúcuta que dio cuenta de Millonarios 4-2.
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A la semana siguiente empató con Tolima en Ibagué 1-1, con lo que el primer líder del torneo fue Cúcuta que ese día goleó a Libertad por 8-0. En la tercera fecha goleó a Pereira 7-1, después derrotó a Millonarios en El Campín 3-2 y a Libertad 4-0. A finales de mayo, Quindío ya se había encaramado en la punta, con un valor agregado: en la siguiente fecha derrotó al rival que le disputaba en las primeras fechas el liderazgo del torneo, Cúcuta, al que venció 3-0. En ese momento sobrevino la pausa noticiosa de la Vuelta a Colombia en bicicleta.
El evento se disputó entre el 7 y el 24 de junio, con victoria del antioqueño Ramón Hoyos Vallejo, su cuarta en serie desde 1953. En esta ocasión la novedad fue que no empezó en Bogotá sino en Bucaramanga, en una jornada de 98 kilómetros hasta San Gil y terminó con la etapa entre Melgar y Bogotá. Hoyos Vallejo no solo fue el primero en la general con ventaja de 51 minutos sobre el segundo Jorge Alfonso Luque, sino que también se coronó como rey de la montaña y campeón por equipos con Antioquia.
A la hora en la que se disputaba la Vuelta a Colombia, Quindío sufrió su primer altibajo. El 10 de junio cedió un punto en el San José al empatar a cero goles con Boca Juniors, y una semana después salió derrotado en Santa Marta por 4-3. Por fortuna para el equipo de Armenia, como lo recalca Gómez Herrera, después le ganó a Medellín 2-1 y a Bucaramanga como visitante 3-1. La primera vuelta del torneo quedó como líder tras sus victorias sobre Nacional 3-2 y Santa Fe 3-0. Aunque Boca Juniors no cedía terreno, Quindío no aflojaba.
Entre la última semana de julio y la primera de agosto se dieron dos hechos que comenzaron a cambiar el rumbo del país y que, por lógica, desplazaron del foco de las noticias a los futbolistas. La primera primicia llegó del balneario de Benidorm en España, donde los expresidentes liberal Alberto Lleras Camargo, y conservador Laureano Gómez, firmaron un acuerdo histórico para constituir un frente civil de oposición al gobierno militar de Rojas Pinilla, que marcó el principio del fin de la dictadura.
El otro suceso ocurrió hacia las 11:45 a.m. del 7 de agosto, cuando siete camiones del Ejército que habían sido estacionados en inmediación del batallón Codazzi en Cali, hicieron explosión pues estaban cargados con 1,053 cajas de dinamita. El desastre causó la muerte de más de 1.300 personas, dejó casi 4.000 heridos y arrasó ocho manzanas de la Sultana del Valle, dejando enormes destrozos y millonarias pérdidas. Ante la crítica incisiva contra el gobierno, éste se defendió diciendo que había sido un sabotaje de la oposición.
En la práctica el gobierno Rojas daba pasos hacia su conclusión y no había ocasión en que la prensa libre no aprovechara para incentivar la resistencia contra el régimen. En esas horas de tensión política, oposición y tragedia, el fútbol reapareció con entusiasmo, sin que el tercer tiempo de los partidos dejara de mezclar los debates entre el buen o mal suceso de los jugadores y las pasiones políticas. La segunda vuelta del torneo arrancó el domingo 19 de agosto, y Quindío siguió en la punta tras derrotar al Tolima 2-0.
En el antiguo estadio de Libaré en Pereira, a la semana siguiente Quindío ganó al local 1-0 con tanto del volante paraguayo Alejandrino Genes, que había llegado al equipo procedente del Boca Juniors de Argentina. Todo parecía despejado para el equipo milagroso, pero como todo plantel, nadie tiene el monopolio de la victoria y cayó dos veces seguidas poniendo en riesgo su liderato. Primero frente a América en Cali 3-1 y después ante Millonarios oficiando como local 2-1.
(Los grandes equipos de Tolima y Cali que no fueron campeones)
La primera semana de septiembre recuperó la senda al derrotar a Libertad de Barranquilla 2-1 y luego a Boca Juniors en Cali 3-1 dando un paso definitivo porque el equipo de la capital del Valle era el que le daba pelea. Un mes después, ya el título estaba moldeado, y la victoria contundente por 5-2 sobre Nacional el 28 de octubre fue el momento determinante, que le dio al equipo de Lombardo la confianza suficiente para enrutarse hacia el título. El 1 de noviembre de 1956 se hizo el milagro en Armenia.
Con anticipación, Quindío logró su única estrella y se hizo inalcanzable a sus rivales. Cerró el campeonato derrotando a Santa Fe 3-1. Con 37 puntos, tres más que Millonarios, cuatro sobre Boca Juniors y cinco sobre Cúcuta, el nuevo campeón dejó en la memoria de los colombianos a Julio Asciolo, Dante Pais, Eliécer Duque, Ricardo ‘Pibe’ Díaz, Álvaro ‘Choclo’ Martínez, Alejandro Carrilo, Jaime ‘Manco’ Gutiérrez, Francisco Solano Patiño, Alejandrino Genes y Roberto Urruti. El goleador del torneo fue ‘Manco’ Gutiérrez, con 21 dianas.
El año deportivo de 1956 terminó con la frustración de que la nutrida delegación de Colombia que participó en los Juegos Olímpicos de Melbourne (Australia), que se disputaron a partir de la primera semana de diciembre, no logró presea alguna. Lo más destacado fue la intervención del ciclista Ramón Hoyos Vallejo, que terminó en el puesto 13 de la prueba de ruta. En fútbol, la medalla de oro fue para la Unión Soviética y la de plata para Yugoslavia, seleccionados que en pocos años tendrían que ver con la historia del fútbol colombiano.