Willington Ortiz y las enseñanzas que le dejó Gabriel Ochoa Uribe
En diálogo con El Espectador, el legendario exfutbolista, quien este viernes cumple 69 años, recordó anécdotas vividas con el técnico más ganador del balompié colombiano.
Cuando Willington Ortiz llegó a Millonarios, Gabriel Ochoa Uribe ya había ganado cuatro títulos como director técnico en el club albiazul. Al talentoso tumaqueño lo llevó Jaime Arroyave, jugaba de 10, pero Ochoa tenía en esa posición a Alejandro Brand. Así que lo puso de puntero derecho y le ordenó terminar su bachillerato en jornada nocturna.
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Cuando Willington Ortiz llegó a Millonarios, Gabriel Ochoa Uribe ya había ganado cuatro títulos como director técnico en el club albiazul. Al talentoso tumaqueño lo llevó Jaime Arroyave, jugaba de 10, pero Ochoa tenía en esa posición a Alejandro Brand. Así que lo puso de puntero derecho y le ordenó terminar su bachillerato en jornada nocturna.
(Gabriel Ochoa Uribe: la historia dorada con Millonarios)
Debutó en 1972 y ese mismo año salió campeón. Pero en 1977 los jugadores se le pararon al estricto Ochoa. Willington Ortiz admite que estuvo del lado del grupo y el DT se fue. A los dos años triunfaba con América de Cali, donde el jugador fue a dar en 1983, aunque tuvieron que convencer al Médico de que volviera a aceptarlo. Después triunfaron y sufrieron juntos muchas veces.
En todo ese andar, Ortiz aprendió a ser mejor persona y profesional gracias a las enseñanzas adquiridas de la sabiduría de Ochoa Uribe. “La mayor enseñanza es que hay que ser ganador, que en la vida hay que ser ganador, que cada proyecto que uno emprende tiene que hacerlo para ganar”, le manifestó Willington a El Espectador, en referencia al entrenador más ganador en la historia del fútbol colombiano, quien falleció el sábado 8 de agosto del atípico 2020.
(Willington Ortiz: una leyenda del fútbol)
Willington tenía un defecto, admitido por él mismo, y era el dormir mucho. Por culpa del sueño llegaba tarde a la mayoría de compromisos, incluidos los entrenamientos. Por eso, un día Ochoa le puso de castigo pagarle un asado a todo el plantel profesional de Millonarios. Ortiz apenas comenzaba su carrera y no era mucho el dinero que podía destinar a esos gastos extras. “Después de eso aprendí”, aseguró.
El que es considerado por muchos como el mejor futbolista colombiano de la historia agregó: “Puede que desde afuera al profe Ochoa lo vieran como un hombre muy recio o de mal genio, pero era un hombre muy cálido, un ser sensible, muy católico y muy humano”. Y es que Ortiz no cesa en destacar el legado eterno dejado por Ochoa, con quien fue cuatro veces campeón de primera división con América y tres veces subcampeón de Copa Libertadores.
Video: Gabriel Ochoa, el director técnico más importante del fútbol colombiano
Además, rememoró con nostalgia aquellos días felices de anécdotas y risas. Por ejemplo, cuando el paraguayo Roberto Cabañas tuvo una discusión con el profe Ochoa, quien no se separaba de su amado perro Rocky. “Rocky era muy especial para él. Me acuerdo que en Cali tuvo problemas con Cabañas, porque teníamos que entrar a la piscina a hacer un trabajo, Rocky estaba adentro y Cabañas no quería meterse: decía que no se metía hasta que Rocky no se saliera. El profe Ochoa se puso de mal genio y cuestionó que qué tenía de malo que se bañara Rocky al mismo tiempo con Cabañas”.
Son innumerables los recuerdos que dejó Gabriel Ochoa Uribe. Para Willington Ortiz, quizás el mejor jugador que dirigió, “el legado que deja son sus enseñanzas. A los que no seguimos siendo entrenadores, todas las que tienen que ver con la vida; y a los que sí lo fueron, como Pinto, Gareca, Falcioni o Sarmiento, su sabiduría del juego”.