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Ana María Fisgativa: “Jugar en Nacional tiene un valor agregado”

La futbolista de 23 años está cumpliendo su sueño de niña: vestir la camiseta del conjunto verdolaga, con el que ahora enfrentará a Santa Fe, en la semifinal de la Liga BetPlay Femenina.

01 de septiembre de 2021 - 03:32 a. m.
Ana María Fisgativa es una de las líderes de la defensa de Atlético Nacional.
Ana María Fisgativa es una de las líderes de la defensa de Atlético Nacional.
Foto: Atlético Nacional
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Su pasión por el fútbol comenzó desde muy pequeña gracias a su padre, quien la llevaba a que viera y participara en sus partidos de fútbol con familiares y amigos del barrio. “Desde los cuatro años empecé a jugar con mis primitos. Creo que ellos también influyeron bastante en el proceso del fútbol. Yo me mantenía jugando con ellos en las calles. Fue algo muy bonito, porque todos los domingos iba a jugar. Mi padre temía que me lastimara, pero con el tiempo ya vio que eso era lo que me apasionaba”.

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Aunque fue él quien la llevó a la cancha y la animó para que diera sus primeros balonazos, no estuvo de acuerdo, en un principio, con que su hija se dedicara de lleno a este deporte. Sobre todo porque los entrenamientos de Ana María se cruzaban con su servicio en la iglesia a la que asistía con el resto de su familia. Luego, cuando el talento y la disciplina fueron muy evidentes, su padre y el resto de los familiares impulsaron su sueño de convertirse en futbolista profesional.

Ana Fisgativa es una mujer amable y espontánea, que, cuando relata su historia en el fútbol, intenta mantener la sencillez sin menospreciar los logros que ha obtenido a lo largo de los años: selección Medellín, selección Antioquia, selecciones de Colombia sub-17 y sub-20, América y Nacional.

Pero todo empezó en el Club Deportivo Boyacá. “Fue bastante largo el proceso para que mis papás me dejaran pertenecer a un club, por el hecho de que entrenaban los sábados y mi familia se congrega ese día en una iglesia que se llama Cristianismo Adventista del Séptimo Día. Yo les rogué desde los ocho años que me metieran a un equipo y me decían que no, que los sábados no era posible. Entonces, ya con el tiempo, de tanto rogarles, por allá a los once años permitieron que yo perteneciera a un equipo y ahí fue que empecé, pero con niños”.

Ana María tiene el don del camaleón. Sabe acoplarse y camuflarse en cualquier parte de la cancha. Empezó jugando como volante mixta; en la selección de Antioquia jugó como volante de recuperación; en América, como lateral derecha y ahora en Nacional es defensa central. A los técnicos Margarita Martínez, Armando Londoño y Álvaro Restrepo les debe gratitud por haber sido los primeros en formarla como futbolista, en enseñarle que, más allá de las obligaciones de cada posición, lo que debe prevalecer es la actitud, la mentalidad para no desconcentrarse y pensar siempre en colectivo y no en lo individual.

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“Todas las posiciones son de emociones diferentes, los movimientos, los desplazamientos. Si yo no entendía algo dentro del campo, siempre le preguntaba al profesor; siempre he intentado retroalimentarme de los entrenamientos y buscar cómo o en qué puedo mejorar. Así es el día a día siempre, con disposición para aprender”, dice.

Ahora, además, está cumpliendo el sueño del hincha, el de todo futbolero, pues viste la camiseta de Atlético Nacional, el equipo de sus amores. Aunque jugar en el cuadro verdolaga no es el límite de su cielo, sí reconoce que hacer parte del equipo profesional es algo que la llena de orgullo. Y es que ver su recorrido dice mucho de su coraje y osadía. Haber pasado por las selecciones de su ciudad y departamento, haber llegado también al equipo nacional y jugado en América y Nacional refleja la convicción con la que ha sabido defender su pasión por el fútbol y la fuerza que ha imprimido en sus metas.

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“Jugar en Nacional tiene un valor agregado por el hecho de que desde chiquita he seguido ese equipo. Mi papá es muy hincha del verde, siempre lo ve jugar. Fue muy bonito cuando me llegó la oportunidad de jugar aquí, porque era algo que había soñado desde hacía mucho tiempo. Fue muy chévere y el hecho de estar en la primera liga profesional en la que participó Nacional, ser parte de ese plantel, para mí fue muy importante. Ya con América de Cali creo que también fue una experiencia que me marcó bastante. Desempeñarme y sentirme importante. Ambos equipos tienen una hinchada muy grande y sentir todo ese apoyo es motivante”.

Ana María Fisgativa tiene un espíritu emprendedor y luchador que la ha llevado a cumplir las metas que se ha propuesto. Por eso no descarta jugar algún día en el exterior y defender los colores de la Juventus, en Italia. Mientras llega esa oportunidad, trabaja duro para consolidarse en el equipo que dirige Diego Bedoya, que para ella es una familia, pues entre las jugadoras hay mucho compañerismo y lealtad.

Sin embargo, su trabajo no se limita a lo que hace dentro de las canchas. Ha hecho varios cursos de marketing digital con el fin de poner en marcha un emprendimiento: su propia marca de ropa deportiva.

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