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La penosa situación de un equipo de tradición, hoy sujeto, por segunda temporada consecutiva, al desempeño de un grupo de canteranos. Gamero sin explicaciones y los dirigentes en silencio.
La misma película desde que Alberto Gamero tomó las riendas de Millonarios: sin criterio para cerrar un juego. Con Equidad, botó el empate en la última jugada. Con Nacional, se puso arriba faltando nueve minutos para el pitazo final y le voltearon el partido. Ahora, con América, repite la escena. Millonarios va ganando el juego, hasta que Gamero le mete la mano al equipo y termina perdiendo. Así se resume lo que acaba de suceder en el estadio Pascual Guerrero.
Con otra constante en los altibajos del onceno azul: las pifias de su arquero Juan Moreno. En el juego con Bucaramanga, una mala salida suya costó el empate parcial. Lo mismo que sucedió con América. En una jugada salió sin convicción, se la regaló a un contrario y llegó el empate. Después Marlon Torres marcó el segundo. Los observadores dirán que está muy joven y aún puede equivocarse, pero ¿qué se puede esperar si el guardián del arco no es confiable?
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Los dirigentes deberían ser claros con la afición. Si lo que quieren es armar un equipo para promocionar jugadores, que lo reconozcan. En tal caso, Millonarios podría volverse como Envigado, que saca muy buenos deportistas, pero nunca aparece como candidato a ser campeón. Pero traer supuestos refuerzos para que sean suplentes y jugársela con canteranos entre 19 y 23 años, así tengan mucho talento, claramente es una señal equivocada.
Es importante que nazcan para el fútbol colombiano valores como Andrés Llinas, Emerson Rivaldo Rodríguez, Daniel Ruiz o Steven Vega, pero si es para negociarlos, ¿qué queda en títulos para la institución? ¿Es válido que un puñado de juveniles traten una vez más de salvar la temporada? La insólita derrota ante América en diez minutos deja al equipo en el filo de la navaja, aunque seguramente a Gamero a salvo por hacer debutar a muchachos que pueden ser rentables.
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En la rueda de prensa, sin argumentos, Gamero no supo explicar cómo le volvieron a ganar un juego que tenía en el bolsillo. Lo cierto es que el equipo quedó sembrado en 26 puntos, con tres rivales de peso por delante: Tolima, Santa Fe y Cali. Para clasificar necesita cuatro o cinco puntos de 12 posibles. La pregunta es, ¿a quién se los va a sacar? Todo apunta a un milagro y a que Millonarios, lejos de su tradición, siga haciendo cuentas sobre cómo puede entrar de octavo.