Atlético Nacional sigue de tumbo en tumbo
En medio de una nueva crisis institucional, el conjunto verdolaga recibe este jueves al Olimpia de Paraguay con la necesidad de remontar el 3-1 de la ida para avanzar a la tercera fase de la Copa Libertadores de América 2022. Hernán Darío Herrera, técnico encargado.
Los números son claros. Atlético Nacional, el club más ganador en la historia del fútbol colombiano, perdió el rumbo hace algunos años. Desde el primer semestre de 2017, cuando ganó su último título de liga, su estrella número 16, ha tenido siete entrenadores y cuatro presidentes. En ese período apenas ha ganado dos copas BetPlay y un subcampeonato, un saldo bastante precario para la institución con mayor respaldo económico y mejor infraestructura del país.
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Ni siquiera el regreso de referentes históricos de la institución como Francisco Maturana y René Higuita sirvió para estabilizar los cuerpos directivos y técnicos, que han evidenciado clara falta de liderazgo y empatía con la exigente hinchada, un sector de la cual es una peligrosa influencia en las decisiones administrativas del club.
Después de la salida de Juan Carlos de la Cuesta de la presidencia y de los exitosos procesos de Juan Carlos Osorio y Reinaldo Rueda en el banquillo, Nacional perdió el rumbo. Andrés Botero y Juan David Pérez lideraron la institución, que el año pasado contrató a Emilio Gutiérrez. Los dos primeros, ejecutivos y dirigentes exitosos en el verde paisa, no lograron consolidarse. El tercero no ha comenzado bien su gestión.
Y en la dirección técnica el asunto es aún más preocupante. El español Juan Manuel Lillo estuvo apenas seis meses, el argentino Jorge Almirón siete. Otro semestre aguantó el brasileño Paulo Autuori, sumado al año y medio de Osorio en una nueva aventura que salió muy diferente a la primera.
Alexandre Guimaraes, quien venía de ser campeón con América, y Alejandro Restrepo, un hombre de la casa, completaron el grupo de entrenadores que pasaron con más pena que gloria en los últimos cinco años. A ellos se suma Hernán Darío Herrera, encargado durante cortos períodos y ahora de nuevo al frente del equipo.
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Este jueves, desde las 7:30 p.m., Nacional enfrenta a Olimpia de Paraguay, por la vuelta de la segunda fase de la Copa Libertadores. Deberá remontar el 3-1 de la ida, para seguir con vida en el torneo continental, el reto del semestre.
Los resultados, sin embargo, no sacaron a Restrepo, quien dirigió 35 partidos, con 18 triunfos, 11 empates y seis derrotas, para un rendimiento del 61,9%. Sí el discreto nivel de juego del equipo, que, lleno de figuras y buenas individualidades, no seduce a la hinchada. Aún así, Nacional es tercero en la Liga local, a tres puntos del líder Millonarios y futbolísticamente tiene cómo darle vuelta a la serie ante los guaraníes.
Hay, sin embargo, factores adicionales que agravan la situación. El arquero Aldair Quintana lleva meses siendo víctima de matoneo por parte de un sector de la afición, más allá de errores que ha cometido y un audio que se filtró en el que se quejaba del trato de los hinchas. Lo mismo estaba ocurriendo ya con el técnico Restrepo, quien trabajó hasta el martes en la institución y se fue por mutuo acuerdo con los directivos.
En la institución hay una tensa calma. Nadie se atreve a señalar culpables por la falta de éxitos y para la Organización Ardila Lulle, dueña de Nacional, en estos momentos parece que hay otras prioridades. El club sigue siendo, al lado de Júnior, el de mayores ingresos operacionales, pero encabeza también la lista de gastos, lo que lo ha llevado a terminar con saldo en rojo las últimas campañas.
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No obstante, los seguidores verdolagas esperan que el plantel demuestre este jueves la mística que convirtió al equipo en el rey de copas. Más allá de lo que ocurra ante Olimpia en al Atanasio Girardot, los dirigentes están buscando un nuevo entrenador, ojalá uno con el carisma y la personalidad para cargar con éxito la responsabilidad de liderar al equipo más importante del país, al que solo le sirve ganar, pero que lleva ya cinco años de tumbo en tumbo.
Los números son claros. Atlético Nacional, el club más ganador en la historia del fútbol colombiano, perdió el rumbo hace algunos años. Desde el primer semestre de 2017, cuando ganó su último título de liga, su estrella número 16, ha tenido siete entrenadores y cuatro presidentes. En ese período apenas ha ganado dos copas BetPlay y un subcampeonato, un saldo bastante precario para la institución con mayor respaldo económico y mejor infraestructura del país.
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Ni siquiera el regreso de referentes históricos de la institución como Francisco Maturana y René Higuita sirvió para estabilizar los cuerpos directivos y técnicos, que han evidenciado clara falta de liderazgo y empatía con la exigente hinchada, un sector de la cual es una peligrosa influencia en las decisiones administrativas del club.
Después de la salida de Juan Carlos de la Cuesta de la presidencia y de los exitosos procesos de Juan Carlos Osorio y Reinaldo Rueda en el banquillo, Nacional perdió el rumbo. Andrés Botero y Juan David Pérez lideraron la institución, que el año pasado contrató a Emilio Gutiérrez. Los dos primeros, ejecutivos y dirigentes exitosos en el verde paisa, no lograron consolidarse. El tercero no ha comenzado bien su gestión.
Y en la dirección técnica el asunto es aún más preocupante. El español Juan Manuel Lillo estuvo apenas seis meses, el argentino Jorge Almirón siete. Otro semestre aguantó el brasileño Paulo Autuori, sumado al año y medio de Osorio en una nueva aventura que salió muy diferente a la primera.
Alexandre Guimaraes, quien venía de ser campeón con América, y Alejandro Restrepo, un hombre de la casa, completaron el grupo de entrenadores que pasaron con más pena que gloria en los últimos cinco años. A ellos se suma Hernán Darío Herrera, encargado durante cortos períodos y ahora de nuevo al frente del equipo.
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Los resultados, sin embargo, no sacaron a Restrepo, quien dirigió 35 partidos, con 18 triunfos, 11 empates y seis derrotas, para un rendimiento del 61,9%. Sí el discreto nivel de juego del equipo, que, lleno de figuras y buenas individualidades, no seduce a la hinchada. Aún así, Nacional es tercero en la Liga local, a tres puntos del líder Millonarios y futbolísticamente tiene cómo darle vuelta a la serie ante los guaraníes.
Hay, sin embargo, factores adicionales que agravan la situación. El arquero Aldair Quintana lleva meses siendo víctima de matoneo por parte de un sector de la afición, más allá de errores que ha cometido y un audio que se filtró en el que se quejaba del trato de los hinchas. Lo mismo estaba ocurriendo ya con el técnico Restrepo, quien trabajó hasta el martes en la institución y se fue por mutuo acuerdo con los directivos.
En la institución hay una tensa calma. Nadie se atreve a señalar culpables por la falta de éxitos y para la Organización Ardila Lulle, dueña de Nacional, en estos momentos parece que hay otras prioridades. El club sigue siendo, al lado de Júnior, el de mayores ingresos operacionales, pero encabeza también la lista de gastos, lo que lo ha llevado a terminar con saldo en rojo las últimas campañas.
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No obstante, los seguidores verdolagas esperan que el plantel demuestre este jueves la mística que convirtió al equipo en el rey de copas. Más allá de lo que ocurra ante Olimpia en al Atanasio Girardot, los dirigentes están buscando un nuevo entrenador, ojalá uno con el carisma y la personalidad para cargar con éxito la responsabilidad de liderar al equipo más importante del país, al que solo le sirve ganar, pero que lleva ya cinco años de tumbo en tumbo.