Atlético Nacional quiere salvarse del naufragio con la Copa Libertadores
El equipo verdolaga buscará remontar el 1-0 del duelo de ida ante Nacional de Paraguay y quedarse con el cupo a la tercera ronda del campeonato.
El himno de Colombia sonó el domingo en El Campín y los hinchas de Atlético Nacional no se llevaron sus manos al escudo de sus camisetas, sino que alzaron sus brazos. No lo hicieron para aplaudir o alentar a su equipo, sino para protestar por los malos resultados y contra la dirigencia del equipo antioqueño.
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El himno de Colombia sonó el domingo en El Campín y los hinchas de Atlético Nacional no se llevaron sus manos al escudo de sus camisetas, sino que alzaron sus brazos. No lo hicieron para aplaudir o alentar a su equipo, sino para protestar por los malos resultados y contra la dirigencia del equipo antioqueño.
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El estadio no se pintó ni de azul, ni de rojo, ni de verde. Un humo negro impregnó las tribunas que estaban repletas de trapos y carteles que aseguraban que “están matando a Nacional”. La noche de fútbol adquirió un ambiente de velorio, que tuvo su golpe final tras la derrota contra Equidad por 2-0.
En los periódicos, en las afueras del estadio y en Medellín, solo se habla de crisis, pues Atlético Nacional suma cuatro partidos al hilo con derrotas y no conoce la victoria desde hace cinco. Además, en su arranque de año cayó contra Millonarios y América, sus clásicos rivales.
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El equipo no tiene un norte y el malestar de los hinchas ha causado algunos casos de violencia. Quemaron parte de una de las tribunas del Atanasio Girardot en el partido contra los azules y uno de sus hinchas burló el protocolo de seguridad en el Palmaseca de los azucareros y entró a la rueda de prensa para agredir verbalmente al técnico John Bodmer, quien terminó abandonando el barco por amenazas a él y a su familia.
Esta noche, con Juan Camilo Pérez como técnico encargado, Atlético Nacional buscará halar de su historia y de su experiencia como doble campeón de América para ponerle, al menos, un pañito de agua tibia a su agravada crisis. Desde las 7:30 p.m., en el Atanasio Girardot, el club verdolaga, decimoquinto en la Liga BetPlay con apenas ocho puntos, recibe a Nacional de Paraguay, que ganó el duelo de ida de la fase dos de la Copa Libertadores por 1-0, en el estadio Defensores del Chaco.
Con el histórico Pacho Maturana como asesor del cuerpo técnico hasta la oficialización de un nuevo entrenador, Atlético Nacional tendrá que salir a hacerles frente a las críticas y remontar el marcador para pasar de ronda y enfrentar al ganador del duelo entre Palestino y Portuguesa por un cupo a fase de grupos de Libertadores o Sudamericana.
Entre las novedades, Nacional no podrá contar para este partido con el lateral Samuel Velásquez, mientras que siguen en recuperación de sus lesiones los defensas Felipe Aguirre y Andrés Román, y el centrocampista Néyder Moreno.
Por su expulsión en Asunción se perderá el partido el lateral Joan Castro. Édier Ocampo se perfila como titular, igual que el arquero paraguayo Santiago Rojas, el delantero venezolano Éric Ramírez y el centrocampista uruguayo Pablo Cepellini.
“Estamos intentando cambiar esta situación como grupo. Está un nuevo técnico, tiene la confianza de nosotros. Hay que trabajar y esperar al partido del miércoles, porque estas situaciones no se cambian hablando, las situaciones se cambian en la cancha”, expresó Ramírez.
Sin embargo, las cosas no están fáciles. El equipo paraguayo, dirigido por Juan Pablo Pumpido, llegó a la capital de Antioquia para terminar con la tarea y eliminar a un bicampeón de Libertadores.
“Plantearemos el partido como si fuera un 0-0”, comentó Pumpido, quien se inclina por una propuesta defensiva en Medellín. “Somos conscientes de que es un partido de 180 minutos. Tenemos que ir a un campo difícil, ante un rival muy difícil, a tratar de conseguir otra victoria, y si no se puede, un empate para valorar la victoria que tuvimos en casa”, dijo.
Una crisis particular
Sí, hay una crisis, pero particular y curiosa. Entre 2021 y 2023, Nacional ganó una Liga, dos Copas BetPlay y una Superliga. Un total de cuatro títulos en tres años. No obstante, para el paladar del hincha verdolaga no es suficiente, pues estos logros no camuflan el estar sin rumbo de un club que supo ser campeón de América hace menos de 10 años.
El problema radica en que el club lleva varios años con una idea confusa desde la dirigencia. Han tomado decisiones polémicas que delataron esa inestabilidad. Una de las más claras es el no retener a sus grandes estrellas recientes, como Kevin Mier o incluso Nelson Deossa, hoy en día en el fútbol mexicano.
Además, en tres años han desfilado siete técnicos por el banquillo verdolaga y han sido criticados por sus hinchas: Alexandre Guimarães, Alejandro Restrepo, Hernán Darío Herrera, Pedro Sarmiento, Paulo Autuori, William Amaral y John Jairo Bodmer.
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Nacional está sin rumbo, sin solidez y sin un proyecto claro. Ya empezaron a sonar nombres como Pablo Repetto y Martín Palermo para dirigir al verde.
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