La crisis de Atlético Nacional, un equipo que perdió el espejo y se olvidó de sí mismo
Los malos resultados del equipo en el inicio de 2024 tienen iracundos a los hinchas y obligaron a la renuncia del entrenador John Jairo Bodmer. A pesar de los títulos de los últimos años, el verdolaga perdió su rumbo: ¿hacia dónde se dirige?
Fernando Camilo Garzón
Atlético Nacional se quedó sin entrenador. Tras varios días de sospechas y dudas, John Jaime Bodmer renunció a su cargo por presiones de la hinchada, que pusieron en peligro a su familia. Los directivos querían mantenerlo en el cargo, pero el estratega, temiendo por la seguridad de los suyos, se mantuvo en dar un paso al costado.
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Atlético Nacional se quedó sin entrenador. Tras varios días de sospechas y dudas, John Jaime Bodmer renunció a su cargo por presiones de la hinchada, que pusieron en peligro a su familia. Los directivos querían mantenerlo en el cargo, pero el estratega, temiendo por la seguridad de los suyos, se mantuvo en dar un paso al costado.
Nacional está en crisis, es palpable. Una crisis curiosa, por lo menos. Entre 2021 y 2023, el equipo verdolaga ganó una Liga, dos Copas Colombia (ahora Copa BetPlay) y una Superliga. Es decir, cuatro títulos en tres años. Sin embargo, ese “superávit” de celebraciones no es suficiente para la hinchada antioqueña. Varias veces se ha puesto en el foco, de hecho, ese asunto de los títulos y lo paradójico que resulta que Nacional en medio de la abundancia se sienta como un equipo vacío. No obstante, ese es, precisamente, el meollo del asunto, que el verde de Antioquia no se conforma con las victorias, mientras el norte del equipo se ve tan a la deriva.
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Más que una crisis deportiva, aunque el equipo lleve años con la idea extraviada, el problema de Nacional es dirigencial. A la institución se le fue de las manos el proyecto deportivo y sus decisiones de los últimos años delatan esa inestabilidad que ha exasperado a los hinchas. Al tomar el mismo periodo, el de los cuatro títulos en tres años, Atlético Nacional ha tenido siete técnicos entre 2021 y 2020: Alexandre Guimarães, Alejandro Restrepo, Hernán Darío Herrera, Pedro Sarmiento, Paulo Autuori, William Amaral y John Jairo Bodmer.
Ninguno, salvo el Arriero tal vez, ha tenido el respaldo de la hinchada. Y no por resultados o por falta de pertenencia de los estrategas con el club. Más bien porque en la cabeza del cuerpo técnico desde hace mucho tiempo Nacional no refleja la solidez de su estructura y sí la falta de su proyecto, una carencia total de una idea absoluta.
La paradoja está en que, a pesar de esa realidad, los triunfos han seguido llegando. Pero ganar así no es lo mismo y entre la hinchada vedolaga hay dos certidumbres. La primera es que, sin idea, es más fácil que los triunfos un día no vuelvan; la segunda es que, añorando tiempos de gloria tan recientes como los de la década pasada, Nacional ya no es lo que era.
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¿Cuál es el proyecto de Atlético Nacional?
Llamó la atención esta semana el cruce de opiniones entre dos periodistas de mucho alcance en Colombia. En un lado, Carlos Antonio Vélez y, en el otro, Jorge Bermúdez (el comunicador, no el exjugador). El patrón entró en la polémica al criticar la posición de Vélez de que para que Nacional volviera a tener un proyecto ganador debía mirar el ejemplo del Millonarios de Alberto Gamero. Postura con la que Bermúdez no estaba de acuerdo y que criticó, muy en sus términos peyorativos y escandalosos, al señalar que Nacional no debía ver a nadie más que no fueran ellos mismos. Una verdad pura y dura, pues, como lo señaló el periodista, los antioqueños tuvieron el proyecto más ganador en la historia del fútbol colombiano hasta hace unos años. ¿A quién más van a mirar, sino a ellos, si solo hace menos de una década ganaron la Copa Libertadores?
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Aunque podría decirse que Nacional, en la década pasada, no fue el único equipo colombiano con peso internacional, pues Santa Fe y Junior también fueron relevantes, obviamente los números y los títulos de los verdolagas demuestran que ese argumento, el de su supremacía, es sólido y demoledor como el concreto. Nacional perdió su propia brújula y de ahí viene el descontento de los hinchas. No porque haya que construir un proyecto que otros sí tienen. Más bien, porque el que ellos tenían, el que los hizo reyes de América, se esfumó como el vapor de agua en el aire.
Sí resulta, incluso, cómico que el reflejo que ahora se busque sea el de Millonarios. No porque el proyecto de Alberto Gamero no sea interesante, o porque el samario no haya construido algo muy valioso en la capital de la República. Pero sí porque las aspiraciones de Nacional son mucho más grandes que una ensoñación local. Al menos las de sus hinchas, que todavía añoran los tiempos pasados, tan recientes y tan lejanos, en los que fueron el mejor equipo de América.
El fútbol colombiano, un medio en escasez
Hay, no obstante, una realidad ineludible: la escasez de nuestro fútbol. Es paradójico, con el apoyo que recibe en el balompié en Colombia. Pero si así está el ambiente futbolero, ya puede deducirse cómo les va a los otros deportes. Lo dijo Tulio Gómez, presidente de América de Cali, hace poco en una entrevista con AS. “El fútbol colombiano es pobre”, al menos para competir afuera, para cumplir las pretenciones de la afición verdolaga. El espectáculo, con el pasar de los años, ha decrecido de formas alarmantes y, como fórmula de negocio, el fútbol puede no parecer tan atractivo.
No sería serio no comparar esos años de gloria de Nacional en la década pasada, de abundancia y una fuerte inversión del grupo Ardila Lulle, con los tiempos de ahora. Los verdolagas tampoco viven una realidad raquítica, para esta temporada ficharon a Bernando Espinosa (por poner un ejemplo). Sin embargo, comparar la nómina actual y los fichajes de estos tiempos con los del antaño cercano, dan una dimensión de que hoy en día Nacional está ante otra realidad.
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Bajo ese paradigma, en el que ya no hay superabundancia en recursos y menos para competir con Brasil o Argentina, es entendible pensar que el Millonarios de Gamero sí pueda ser un ejemplo a seguir. No es descabellado, porque con muy poco, el entrenador samario ha hecho mucho. Los embajadores, de refuerzos siempre discretos y una nómina con tendencia a ser desarmada, han hecho maravillas, compitiendo siempre por títulos y peleando siempre los primeros puestos; con una idea clara de juego y un proyecto que, en los peores momentos, siempre ha gozado de respaldo.
Claro, incluso en medio de ese buen momento embajador, Nacional ha ganado más títulos que Millonarios en los últimos tiempos. No se niega y es sorprendente esa jerarquía. No obstante, poner el foco en esa discusión sería seguir fallando en el diagnóstico, porque lo que importaría sería ganar y el problema de Nacional es que perdió la brújula, que ya no tiene idea. Y eso sí lo tienen los bogotanos.
Millonarios no debe ser el paradigma de Nacional. Es cierto que los verdolagas deben ser su propio espejo, son ellos los que sí han logrado competir a escala internacional. Pero para eso se necesita tiempo, una idea pensada y respaldada por buenas decisiones. Nada de eso parece existir hoy en día en el equipo de Medellín. Y mientras eso no suceda, será normal que Nacional pierda el tiempo mirando espejos ajenos.
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