Nacional vs. Millonarios: la tensión está en los directivos
Nacional y Millonarios se enfrentarán mañana a las 6:05 p.m., en Medellín Ambos viven con la presión de sus hinchadas a los dirigentes.
Andrés Osorio Guillott
Pocas semanas pasaron desde la última vez que se enfrentaron Millonarios y Atlético Nacional. Hace más de un mes el ambiente era otro, ambos equipos demostraron sus mejores versiones en los cuadrangulares semifinales y las hinchadas se ilusionaban con la estrella. Al final, el conjunto verdolaga se quedó con el título de la Liga BetPlay, que significó el número 17 en su palmarés.
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Frente a un título pocas cosas se pueden decir para criticar la gestión de los directivos, pues si bien su función es mantener las finanzas y lo deportivo en equilibrio para cumplir grandes proyectos, todo se resume y está dirigido a la obtención de trofeos. Y eso logró Nacional. Sin embargo, en el fútbol, también como una metáfora de la vida, todo pasa, todo cambia y pocas cosas permanecen. De la euforia de la estrella 17, los verdolagas pasaron a un sinsabor y un mal comienzo del torneo local con un empate y una derrota. Y la amargura no es solo por empezar con el pie izquierdo, sino porque uno de los ídolos que hizo parte del reciente campeonato salió de la institución, pese a su influencia y el pedido de la hinchada.
Se trata de Giovanni Moreno, quien luego de varios años regresó a Nacional y logró salir campeón. Disputó veinte partidos entre Liga y Copa, y anotó cuatro goles. Aunque muchos pidieron su renovación, el presidente Emilio Gutiérrez decidió desistir de sus servicios, lo que provocó malestar en la hinchada y en el jugador, quien hace pocos días cuestionó el manejo de los dirigentes en un diálogo con Andrés Felipe Muñoz, líder de la barra de Los del Sur, en redes sociales: “No sé si allá le deben a dar a cada uno un manual y saber qué se debe decir, porque es una empresa. No estaba jugando en el club más grande de Colombia, estaba jugando en una empresa”.
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Al parecer, las diferencias entre la dirigencia y Moreno, así como su salida, se debieron a las declaraciones que dio el jugador sobre Hernán Darío Herrera, entrenador de Nacional: “Es el técnico campeón y el que menos gana en el fútbol profesional colombiano. Se lo ganó a pulso, esperemos que continúe con nosotros y le reconozcan eso. Cuántos técnicos pasan por acá ganando fortunas y él siempre estuvo ahí”.
Hace pocos días, Gutiérrez explicó la decisión de no renovarle a Moreno: “El impasse que hizo en la última rueda de prensa no representa los valores de la institución; aunque no fue de mala intención, se falló en la forma y el fondo. Las declaraciones generaron incomodidad en la organización. El caso fue estudiado profundamente y de manera rigurosa por la junta directiva y se definió su no continuidad en Nacional (...) La información fue imprecisa y es una conversación que se puede tener, pero no de esa forma. Nacional hace parte de una organización. Hubo un análisis por un error que trascendió lo deportivo y lo administrativo. La conclusión es que no se llevaba la renovación de Gio, yo hago parte de la organización y la organización está por encima de todos”.
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Una salida que dejó molesta a la hinchada y podría haber causado también alguna molestia en el plantel, pues toda la discusión se centró en replantear el contrato de un técnico que también es referente en la historia del equipo, no solo por haber sido campeón como jugador, sino ahora como entrenador. Ese ambiente enrarecido influye, quizás, en el mal arranque de Nacional en el segundo semestre, que espera enderezarse justamente con una victoria frente a Millonarios.
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La tensión es mucho mayor en Millonarios, y eso en gran parte se debe al título de Nacional. La hinchada exige una nueva estrella para no ver de lejos el palmarés del cuadro verdolaga. Desde el campeonato pasado, la presión a los directivos por traer refuerzos aumentó. Y es que el panorama ha sido claro desde hace varios semestres, pero nada ha cambiado. Alberto Gamero, técnico embajador, ha hecho todo lo posible por crear un equipo competitivo y propositivo, pero la crítica ha sido la misma: con solo juveniles y canteranos no se van a ganar campeonatos. En las malas decisiones y en los momentos donde nada sale es donde se hace evidente la necesidad de la experiencia, y aunque los azules cuentan con un referente como David Mackalister Silva, no hay duda de que hacen falta más opciones que contribuyan a fortalecer la nómina.
Llegaron Luis Carlos Ruiz —uno de los goleadores del semestre pasado de la Liga—; Israel Alba, lateral; Óscar Vanegas, defensa central, y Daniel Cataño, volante creativo. Los tres primeros pueden verse como refuerzos, pues complementan sus zonas de juego, pero Cataño llega, más que como refuerzo, como reemplazo de Eduardo Sosa, quien resultó ser un canje y pasó a Tolima.
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Dos empates como local contra Pasto y Bucaramanga registra Millonarios en este comienzo de la Liga. El juego es similar al del semestre pasado, pero la falla principal permanece: no hay gol. En el estadio abundan las pancartas y los cánticos presionando y exigiendo la salida de los directivos. Gamero, quien ya va para tres años con el cuadro embajador, ha estado cerca, pero no ha podido ganar un título, y la hinchada ya presiona también su postura y le pide que sea más crítico con su nómina
“Ningún hincha puede decir que Millonarios es un desastre. Somos un equipo con orden, con una idea de juego, que quiere ganar y sale a proponer, pero a veces el gol no se da”, dijo Gamero luego del empate con Bucaramanga. Y ese es el ambiente. En Millonarios, todo parece estar bien, todos confían en su trabajo y su apuesta, pero afuera, con sus hinchas, hay desconexión. De nuevo, jugar contra Nacional puede ser un envión anímico si ganan, o una sentencia si pierden, pues la presión al técnico y los jugadores será la más crítica en los últimos años.
Pocas semanas pasaron desde la última vez que se enfrentaron Millonarios y Atlético Nacional. Hace más de un mes el ambiente era otro, ambos equipos demostraron sus mejores versiones en los cuadrangulares semifinales y las hinchadas se ilusionaban con la estrella. Al final, el conjunto verdolaga se quedó con el título de la Liga BetPlay, que significó el número 17 en su palmarés.
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Frente a un título pocas cosas se pueden decir para criticar la gestión de los directivos, pues si bien su función es mantener las finanzas y lo deportivo en equilibrio para cumplir grandes proyectos, todo se resume y está dirigido a la obtención de trofeos. Y eso logró Nacional. Sin embargo, en el fútbol, también como una metáfora de la vida, todo pasa, todo cambia y pocas cosas permanecen. De la euforia de la estrella 17, los verdolagas pasaron a un sinsabor y un mal comienzo del torneo local con un empate y una derrota. Y la amargura no es solo por empezar con el pie izquierdo, sino porque uno de los ídolos que hizo parte del reciente campeonato salió de la institución, pese a su influencia y el pedido de la hinchada.
Se trata de Giovanni Moreno, quien luego de varios años regresó a Nacional y logró salir campeón. Disputó veinte partidos entre Liga y Copa, y anotó cuatro goles. Aunque muchos pidieron su renovación, el presidente Emilio Gutiérrez decidió desistir de sus servicios, lo que provocó malestar en la hinchada y en el jugador, quien hace pocos días cuestionó el manejo de los dirigentes en un diálogo con Andrés Felipe Muñoz, líder de la barra de Los del Sur, en redes sociales: “No sé si allá le deben a dar a cada uno un manual y saber qué se debe decir, porque es una empresa. No estaba jugando en el club más grande de Colombia, estaba jugando en una empresa”.
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Al parecer, las diferencias entre la dirigencia y Moreno, así como su salida, se debieron a las declaraciones que dio el jugador sobre Hernán Darío Herrera, entrenador de Nacional: “Es el técnico campeón y el que menos gana en el fútbol profesional colombiano. Se lo ganó a pulso, esperemos que continúe con nosotros y le reconozcan eso. Cuántos técnicos pasan por acá ganando fortunas y él siempre estuvo ahí”.
Hace pocos días, Gutiérrez explicó la decisión de no renovarle a Moreno: “El impasse que hizo en la última rueda de prensa no representa los valores de la institución; aunque no fue de mala intención, se falló en la forma y el fondo. Las declaraciones generaron incomodidad en la organización. El caso fue estudiado profundamente y de manera rigurosa por la junta directiva y se definió su no continuidad en Nacional (...) La información fue imprecisa y es una conversación que se puede tener, pero no de esa forma. Nacional hace parte de una organización. Hubo un análisis por un error que trascendió lo deportivo y lo administrativo. La conclusión es que no se llevaba la renovación de Gio, yo hago parte de la organización y la organización está por encima de todos”.
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Una salida que dejó molesta a la hinchada y podría haber causado también alguna molestia en el plantel, pues toda la discusión se centró en replantear el contrato de un técnico que también es referente en la historia del equipo, no solo por haber sido campeón como jugador, sino ahora como entrenador. Ese ambiente enrarecido influye, quizás, en el mal arranque de Nacional en el segundo semestre, que espera enderezarse justamente con una victoria frente a Millonarios.
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La tensión es mucho mayor en Millonarios, y eso en gran parte se debe al título de Nacional. La hinchada exige una nueva estrella para no ver de lejos el palmarés del cuadro verdolaga. Desde el campeonato pasado, la presión a los directivos por traer refuerzos aumentó. Y es que el panorama ha sido claro desde hace varios semestres, pero nada ha cambiado. Alberto Gamero, técnico embajador, ha hecho todo lo posible por crear un equipo competitivo y propositivo, pero la crítica ha sido la misma: con solo juveniles y canteranos no se van a ganar campeonatos. En las malas decisiones y en los momentos donde nada sale es donde se hace evidente la necesidad de la experiencia, y aunque los azules cuentan con un referente como David Mackalister Silva, no hay duda de que hacen falta más opciones que contribuyan a fortalecer la nómina.
Llegaron Luis Carlos Ruiz —uno de los goleadores del semestre pasado de la Liga—; Israel Alba, lateral; Óscar Vanegas, defensa central, y Daniel Cataño, volante creativo. Los tres primeros pueden verse como refuerzos, pues complementan sus zonas de juego, pero Cataño llega, más que como refuerzo, como reemplazo de Eduardo Sosa, quien resultó ser un canje y pasó a Tolima.
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“Ningún hincha puede decir que Millonarios es un desastre. Somos un equipo con orden, con una idea de juego, que quiere ganar y sale a proponer, pero a veces el gol no se da”, dijo Gamero luego del empate con Bucaramanga. Y ese es el ambiente. En Millonarios, todo parece estar bien, todos confían en su trabajo y su apuesta, pero afuera, con sus hinchas, hay desconexión. De nuevo, jugar contra Nacional puede ser un envión anímico si ganan, o una sentencia si pierden, pues la presión al técnico y los jugadores será la más crítica en los últimos años.