Cauca y Valle del Cauca sueñan en grande con el fútbol base
Alrededor de diez mil jóvenes de la región del Pacífico han encontrado en las escuelas deportivas de Incauca un proyecto de vida en torno al fútbol durante los últimos 20 años.
Incauca celebra dos décadas de impacto social a través de sus escuelas de fútbol, un programa que, desde 2004, ha brindado formación deportiva gratuita a más de 10,000 niños, niñas y jóvenes. Actualmente, el proyecto cuenta con 956 deportistas entre los 5 y 17 años, distribuidos en nueve sedes en Cauca y Valle del Cauca, reflejando el compromiso de la compañía con la juventud de la región del Pacífico.
Las escuelas de fútbol de Incauca surgieron con el propósito de ofrecer espacios de desarrollo y oportunidades en el deporte para la juventud. Esta iniciativa comenzó hace 20 años con alrededor de 300 alumnos, quienes encontraron en las escuelas un medio para desplegar su potencial en el fútbol y recibir formación en valores como la disciplina, el trabajo en equipo, la responsabilidad y el liderazgo, tanto en el campo como en la vida diaria.
El programa, 100% gratuito, cuenta con instalaciones adecuadas, entrenadores capacitados, canchas en buen estado y entrega de implementos deportivos.
“La idea principal al crear este proyecto fue contribuir al crecimiento personal de los niños, niñas y jóvenes a través del deporte. Queríamos acercarnos más a nuestras comunidades vecinas, para que pudieran aprovechar mejor su tiempo libre y conocer las oportunidades que el fútbol brinda como una vía para soñar, crecer y alcanzar su máximo potencial”, expresó Tyrone Siachoque, presidente de Incauca Fútbol Club.
Hoy, el programa tiene nueve sedes activas en los municipios de El Ortigal, Puerto Tejada, Padilla, Guachené, Corinto, Miranda, Jamundí, Candelaria y Florida. En 2021, impulsados por el potencial de los jóvenes talentos que surgieron de estas escuelas, la compañía fundó el Incauca Fútbol Club, un equipo que selecciona a los jugadores más destacados para competir en el Torneo de la Liga Vallecaucana. Con más de 160 jóvenes distribuidos en siete categorías, el club representa una puerta de acceso a los equipos de máximo nivel en Colombia y en el exterior.
Entre sus historias de éxito está la de Jhojan Camilo Amaya, un joven de Padilla que comenzó sus entrenamientos a los 7 años en las Escuelas de Fútbol de Incauca y, a los 17, ya había debutado como delantero en Atlético Nacional. “Las Escuelas de Fútbol de Incauca me acogieron para iniciar mi trayectoria desde muy niño. A lo largo de los entrenamientos, los profesores confiaron en mí y me permitieron demostrar mi potencial compitiendo en categorías superiores de Incauca Fútbol Club. Gracias a este proceso, hoy compito en la primera división del fútbol colombiano con Nacional. Estoy muy agradecido con las Escuelas y, sobre todo, con los profesores que me formaron para el fútbol y para la vida”, compartió Amaya.
También destacan jugadores como Robinson Zapata, Fabián Gonzales Lasso, Didier Cambindo y Juan Camilo Cantillo, quienes pasaron por las escuelas y luego saltaron al fútbol profesional en equipos como Atlético Nacional, Millonarios, América de Cali, Independiente Santa Fe y Once Caldas, e incluso al fútbol internacional en países como Japón, Ecuador, México y Perú.
En la actualidad, casos como los de Theous Hurtado y José Aponzá, quienes entrenan en la Juventus Residency Academy en Italia, y de Jhojan Camilo Amaya, Johan Rodallega y Eider Vélez, convocados a la selección juvenil de Colombia en diversas categorías, reflejan el impacto de las Escuelas y del Incauca Fútbol Club en sus trayectorias deportivas.
María Cristina Vélez, madre de Juan José y Juan Diego Abonía, jugadores de la sub-20 de Atlético Nacional y Deportes Quindío, respectivamente, expresó: “Las Escuelas de Fútbol de Incauca han transformado mi vida y la de mis hijos, brindándoles los elementos necesarios para ser personas integrales, competitivas, comprometidas y felices en lo que hacen”.
Con 20 años de trayectoria, las escuelas de fútbol de Incauca se han consolidado como un modelo de compromiso con el desarrollo integral de la juventud. Este proyecto reafirma que el deporte puede ser una poderosa herramienta de transformación social, promoviendo el progreso y generando oportunidades para niños, niñas y jóvenes de Cauca y Valle del Cauca.
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Incauca celebra dos décadas de impacto social a través de sus escuelas de fútbol, un programa que, desde 2004, ha brindado formación deportiva gratuita a más de 10,000 niños, niñas y jóvenes. Actualmente, el proyecto cuenta con 956 deportistas entre los 5 y 17 años, distribuidos en nueve sedes en Cauca y Valle del Cauca, reflejando el compromiso de la compañía con la juventud de la región del Pacífico.
Las escuelas de fútbol de Incauca surgieron con el propósito de ofrecer espacios de desarrollo y oportunidades en el deporte para la juventud. Esta iniciativa comenzó hace 20 años con alrededor de 300 alumnos, quienes encontraron en las escuelas un medio para desplegar su potencial en el fútbol y recibir formación en valores como la disciplina, el trabajo en equipo, la responsabilidad y el liderazgo, tanto en el campo como en la vida diaria.
El programa, 100% gratuito, cuenta con instalaciones adecuadas, entrenadores capacitados, canchas en buen estado y entrega de implementos deportivos.
“La idea principal al crear este proyecto fue contribuir al crecimiento personal de los niños, niñas y jóvenes a través del deporte. Queríamos acercarnos más a nuestras comunidades vecinas, para que pudieran aprovechar mejor su tiempo libre y conocer las oportunidades que el fútbol brinda como una vía para soñar, crecer y alcanzar su máximo potencial”, expresó Tyrone Siachoque, presidente de Incauca Fútbol Club.
Hoy, el programa tiene nueve sedes activas en los municipios de El Ortigal, Puerto Tejada, Padilla, Guachené, Corinto, Miranda, Jamundí, Candelaria y Florida. En 2021, impulsados por el potencial de los jóvenes talentos que surgieron de estas escuelas, la compañía fundó el Incauca Fútbol Club, un equipo que selecciona a los jugadores más destacados para competir en el Torneo de la Liga Vallecaucana. Con más de 160 jóvenes distribuidos en siete categorías, el club representa una puerta de acceso a los equipos de máximo nivel en Colombia y en el exterior.
Entre sus historias de éxito está la de Jhojan Camilo Amaya, un joven de Padilla que comenzó sus entrenamientos a los 7 años en las Escuelas de Fútbol de Incauca y, a los 17, ya había debutado como delantero en Atlético Nacional. “Las Escuelas de Fútbol de Incauca me acogieron para iniciar mi trayectoria desde muy niño. A lo largo de los entrenamientos, los profesores confiaron en mí y me permitieron demostrar mi potencial compitiendo en categorías superiores de Incauca Fútbol Club. Gracias a este proceso, hoy compito en la primera división del fútbol colombiano con Nacional. Estoy muy agradecido con las Escuelas y, sobre todo, con los profesores que me formaron para el fútbol y para la vida”, compartió Amaya.
También destacan jugadores como Robinson Zapata, Fabián Gonzales Lasso, Didier Cambindo y Juan Camilo Cantillo, quienes pasaron por las escuelas y luego saltaron al fútbol profesional en equipos como Atlético Nacional, Millonarios, América de Cali, Independiente Santa Fe y Once Caldas, e incluso al fútbol internacional en países como Japón, Ecuador, México y Perú.
En la actualidad, casos como los de Theous Hurtado y José Aponzá, quienes entrenan en la Juventus Residency Academy en Italia, y de Jhojan Camilo Amaya, Johan Rodallega y Eider Vélez, convocados a la selección juvenil de Colombia en diversas categorías, reflejan el impacto de las Escuelas y del Incauca Fútbol Club en sus trayectorias deportivas.
María Cristina Vélez, madre de Juan José y Juan Diego Abonía, jugadores de la sub-20 de Atlético Nacional y Deportes Quindío, respectivamente, expresó: “Las Escuelas de Fútbol de Incauca han transformado mi vida y la de mis hijos, brindándoles los elementos necesarios para ser personas integrales, competitivas, comprometidas y felices en lo que hacen”.
Con 20 años de trayectoria, las escuelas de fútbol de Incauca se han consolidado como un modelo de compromiso con el desarrollo integral de la juventud. Este proyecto reafirma que el deporte puede ser una poderosa herramienta de transformación social, promoviendo el progreso y generando oportunidades para niños, niñas y jóvenes de Cauca y Valle del Cauca.
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