Daniel Rivera y la Fortaleza de un capitán

Conocí a Daniel Rivera hace más de una década, pues fuimos juntos al Colegio Agustiniano Norte de Bogotá, del que nos graduamos en 2015. Recuerdo que en grado 11, cuando todos nos preguntábamos qué hacer con nuestras vidas, él tuvo siempre la convicción de ser futbolista profesional. Hubo compañeros que le quisieron cortar las alas y le dijeron que aspiraba muy alto, pero él no escuchó y le metió la ficha a hacer lo que quería.

Conocí a Daniel Rivera hace más de una década, pues fuimos juntos al Colegio Agustiniano Norte de Bogotá, del que nos graduamos en 2015. Recuerdo que en grado 11, cuando todos nos preguntábamos qué hacer con nuestras vidas, él tuvo siempre la convicción de ser futbolista profesional. Hubo compañeros que le quisieron cortar las alas y le dijeron que aspiraba muy alto, pero él no escuchó y le metió la ficha a hacer lo que quería.

Rivera encontró en las divisiones menores de Fortaleza CEIF el lugar ideal para formarse como jugador. Había días en los que era defensor central y otros en los que se desempeñaba como lateral. El profesor Carlos Mora, de las categorías juveniles de los amix, le dijo que priorizara la zaga central. Hizo caso.

Tras un lustro en las divisiones menores del conjunto cundinamarqués, el profe David Barato le dio la confianza para debutar en el arranque del segundo semestre de 2018. A partir de 2019 fue un titular indiscutido en la institución con sede en Cota. Los DT que vinieron después, como Pablo Garabello, Nelson el Rolo Flórez y Sebastián Oliveros —actual timonel del plantel— también lo tuvieron como primera opción.

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Durante varias temporadas luchó por llegar a la A junto con sus compañeros. El ascenso se hizo esperar. En 2021 parecía que todo estaba servido, aunque un tropezón ante Bogotá F. C., sumado a la polémica victoria de Unión sobre Llaneros, que se defendió con una pasividad inédita, los privaron impidieron celebrar. Fue un duro golpe, pero todo eso quedó en el pasado.

En diciembre, tras imponerse al Cúcuta Deportivo que tenía la ilusión de celebrar su centenario en la Liga BetPlay, el bogotano Rivera levantó el primer trofeo de su carrera en una noche en la que la Primera División ya era una realidad. Fue la cereza del pastel de un gran 2023.

El capitán de los amix

Mientras crecía como futbolista, Rivera, de 24 años, fue testigo de la transformación de Fortaleza, que pasó de ser un club formativo al norte de Bogotá a ser un fenómeno en redes sociales. Se ha prestado para actuar y darles vida a las ideas poco convencionales de Santiago Montejo, el creativo detrás de las publicidades y los memes que convirtieron al club en el rey de Twitter.

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“Uno dice ‘como futbolista, yo qué voy a hacer eso’, pero Santiago tiene una mente muy brillante y uno termina pasándola bien”, reconoce y resalta que sin eso no sería posible que ahora el equipo tenga sus hinchas miti-miti: futboleros que, aunque ya siguen a un equipo tradicional, le han cogido cariño a los amix.

Cuando el experimentado Pedro Franco dejó Forta antes de la temporada 2023, el profe Oliveros le dio la capitanía a Rivera. En ese momento el joven defensor, pese a su juventud, ya tenía más de medio centenar de partidos con el primer equipo y tenía el respaldo democrático de sus compañeros de vestuario.

Hace dos semanas tuvo un debut soñado en la Liga BetPlay, no solo porque Fortaleza venció como visitante (1-2) al Deportes Tolima, sino que se reportó en el marcador. Contra Patriotas en la segunda jornada volvió a encontrarse con el gol, algo poco habitual en él.

“No soy muy de anotar, hago uno por semestre. Nunca me había pasado, es una emoción bastante grande”. Sus tantos siempre los dedica a Dios, su esposa, sus padres y su hermano, quien falleció en 2020. Todos ellos lo acompañaron en su camino rumbo al profesionalismo.

Viviendo el sueño

No se esperaba ser reconocido como el mejor futbolista del Torneo BetPlay de la temporada pasada en la ceremonia de los Premios Acolfutpro, celebrada en enero. No es habitual que un defensor reciba este tipo de galardones. “Pensé que se lo iban a dar a Jhonier Blanco —goleador de la B en 2023—, pero estoy muy agradecido, sobre todo porque fueron los mismos colegas los que me eligieron”. No lo creía cuando jugadores como Carlos Bacca y Mackalister Silva lo felicitaban.

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Rivera se siente viviendo un sueño. “Yo le diría a mi yo de 15 años que ya lo logró, pero que ahí no para”. Quiere ir por más, jugar en un club grande de Colombia, hacerlo también en el exterior y vestir la camiseta de la selección de Colombia”.

Este 2024 es consciente de que los intereses de los hinchas miti-miti cambiaron y que el cariño que Forta recibió en la temporada anterior se verá condicionado. Sabe que habrá quienes opinen y no compartan el lenguaje institucional jocoso del equipo que él lidera sobre la cancha, que los consideren poco serios, pero él no la dará importancia porque la gente siempre va a hablar.

Rivera, quien con 24 años ya no es el más viejo del equipo luego de que a mediados de 2023 llegara Leonardo Pico, es el líder de un equipo que mezcla talentos como el portero Juan Diego Castillo y el atacante Adrián Parra, junto a jugadores con amplio rodaje en Primera como Jesús Arrieta, César Hinestroza y Hayen Palacios.

Lo lógico es que Fortaleza, recién ascendido, tenga como principal objetivo la permanencia, pero el profesor Oliveros dice que “ante caminos similares, objetivos similares”. Mantenerse en los ocho es un objetivo realista tras su buen arranque, pero más allá de trazar un horizonte, lo crucial es ir partido a partido, y el próximo es este miércoles contra Deportivo Pereira.

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