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Cuando se terminó el partido, cuando el título de América ya era una realidad, Duván Vergara lloró. Y lo hizo porque rememoró lo vivido en los últimos meses, la lesión que lo tuvo fuera de las canchas por un tiempo y la recuperación para poder estar en el partido definitivo de este sábado, el duelo que selló la estrella 14 del cuadro escarlata.
“Es emocionante mirar para atrás y ver lo que ha pasado, lo que has superado y por eso la alegría se hace más valiosa. Esa molestia en una de las costillas trató de incomodar siempre, pero fuimos más fuertes”, apuntó el nacido en Montería antes de mandar un saludo a su tierra.
“Esto es para toda la gente de mi barrio y mi ciudad que siempre me apoyan. Sé que lo están viendo por televisión y por eso me debo a ellos”. Por el pasaron los goles en la victoria 2-0 sobre Júnior. En el primero con el centro a la cabeza de Michael Rangel y en el segundo con la habilitación a Edwin Velasco para que este centrara y encontrara en solitario a Carlos Sierra.
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El control de Duván tras el cambio de frente de Rafael Carrascal fue impecable, mejor el pase entre líneas para dejar solo a Velasco por la banda izquierda. Durante el partido incomodó tanto al rival que una acción suya terminó con la doble amonestación para Marlon Piedrahíta y el visitante jugando con uno menos los últimos minutos del encuentro.
Aunque se dice que Tulio Gómez, presidente de América, hará todo lo posible porque siga la próxima temporada y esté en la Copa Libertadores, es algo que todavía está en la nebulosa Habrá que esperar que el calor de la victoria baje para que haya negociaciones. Eso sí, la gente, desde ya, pide que no lo dejen ir, pues él pone el valor agregado en un equipo bastante disciplinado, en otras palabras, pone la chispa.