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Isabella Echeverri y Melissa Ortiz destaparon lo que nadie se había atrevido a decir antes: el abuso contra las jugadoras que representan a la selección de Colombia. Lo hicieron por medio de un video en el que se quejaron de varias situaciones irregulares que han pasado dentro del equipo femenino nacional. “Esto no es un ataque a la Federación ni a ningún entrenador. Simplemente es una perspectiva interna y sincera de lo que significa ser una jugadora de la selección y lo que representa estar dentro del equipo. Estamos contando todo en una serie de videos que van a estar saliendo, para que se enteren un poco sobre el tema”, le dijo Echeverri a El Espectador.
Sin embargo, no es la primera vez que las jugadoras de fútbol que representan a nuestro país tienen estos inconvenientes. Tampoco será la última. Y si no habían hablado era por el miedo a las represalias. “Si denuncias, lo que hacen es meterte a una lista en la que ningún técnico te puede volver a llamar. Ya les ha pasado a jugadoras como Daniela Montoya, Melissa Ortiz e incluso hasta la misma Yoreli Rincón. Solo que a esta última no la tocan por ser un ícono del equipo”, precisó a este medio una integrante del combinado nacional que prefiere no ser mencionada. Casualmente, luego de que Montoya hiciera sentara su voz de protesta en una ocasión, la jugadora no volvió a ser llamada para las siguientes convocatorias. El exdirector técnico Felipe Taborda sostuvo que no la había tenido en cuenta por “decisiones técnicas”.
Los pagos de los premios, los viáticos y el uso de uniformes viejos fueron la razón por la que Echeverri y Ortiz empezaron esta campaña, que más que una denuncia, pretende ayudar a mejorar las condiciones del fútbol femenino en el país. “Trataron de venderme mi camisa con el Echeverri en la espalda. No la compré. Antes recibíamos un dinero que no era mucho, pero que ayuda cuando te vas 20 días a una concentración y dejas tu trabajo, de algo sirve . Hace dos años cortaron todos los viáticos para las selecciones menores y para la femenina. Llevamos un tiempo sin recibir nada”, señaló Isabella Echeverri. A las denuncias se unieron las de otras futbolistas cansadas del mismo trato y de que no se muestre siquiera un poco de empatía hacia ellas. Recientemente, en eventos como los Juegos Suramericanos y los Centroamericanos y del Caribe debieron aceptar a regañadientes lo que les entregaban.
“En Barranquilla nos llegó ropa vieja y usada, con logos caídos, mal olor o manchadas. Las respuestas nunca fueron claras. Unos decían que lo habían mandado bien, otros que eso era lo que habían recibido. Así se terminó el torneo y eso pasó al olvido”, resaltó otra futbolista. Pero lo peor lo vivieron camino a Bolivia, para afrontar los Odesur. “Tuvimos que viajar dos días. Hicimos cinco escalas y nos tocó dormir en el piso. Cuando nos dieron los uniformes, eran de hombre, tallas muy grandes”.
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Otra jugadora que ha hecho parte de la selección de Colombia femenina, y quien tampoco quiere revelar su identidad, avaló las denuncias hechas por Isabella Echeverri y Melissa Ortiz. “Creo que todas sabemos de lo que hablan Isa y Meli. Yo las apoyo porque sí se han visto muchas irregularidades en la selección y ya es tiempo de que hablemos para que se mejoren las condiciones. Antes del Mundial de Canadá 2015, la Federación decía que no tenía plata para cubrir mis tiquetes y que, si quería estar en el torneo, me tocaba asumir el costo del traslado. En ese momento yo estaba estudiando en Estados Unidos, no tenía cómo comprar los tiquetes y me tocó renunciar a la selección”.
Y las acusaciones aumentan. Otra representante del balompié femenino le comentó algo igual de grave a este diario. “Se escucharon muchos rumores sobre futbolistas que estaban en la selección y que iban porque estaban en la rosca de los técnicos”.
Respaldo de Acolfutpro
Sobre esta controversia, Carlos González Puche, presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), manifestó que el expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, les recortó los viáticos a las jugadoras cuando hacían los ciclos de preparación. “Con ese presupuesto vivían muchas de ellas o les pagaban a las personas que las reemplazaban en sus puestos de trabajo para no perderlos. Además de recortarles la suma que les reconocían, les disminuyeron el dinero de las concentraciones. Cuando las convocaban a partidos y a procesos de formación, las reunían en la Federación y les daban la comida. Pero ni un peso”.
Esto no fue todo. “Cuando clasificaron al Mundial de Canadá y avanzaron a la siguiente fase, el señor Luis Bedoya les prometió un premio de $10 millones a cada una, pero después les salieron con seis. En su momento, nosotros hablamos con él, le mencionamos el tema y se molestó, porque los directivos creen que les están haciendo un favor a ellas, y son ellas las que nos han representado con altura. Según los dirigentes, las niñas no pueden reprochar nada porque el fútbol femenino no da plata”, agregó González Puche.
Las futbolistas de la selección han intentado acercarse a la Federación para llegar a un acuerdo. Según Isabella Echeverri, quien lleva ocho años en el combinado nacional, han tratado de comunicar sus desacuerdos por diferentes medios y hasta ahora no han recibido una respuesta, por lo que decidieron acudir a las redes sociales. Aclara que son muchos los sucesos que las han llevado a hablar. González Puche también afirma que en su momento a las jugadoras “les dio miedo” firmar una carta dirigida a Bedoya en la que contaban las irregularidades que se estaban presentando. “Los directivos han sido miserables en el trato hacia ellas. No son retribuidas ni siquiera cerca a como sucede con los hombres”, sentenció el presidente de Acolfutpro.