Escándalo en la B: Lo difícil no es denunciar, es probar
Tras la polémica por el partido Llaneros vs. Unión Magdalena y el ascenso del equipo samario, el fútbol profesional tiene una oportunidad histórica de concretar las investigaciones, tomar medidas ejemplarizantes y cambiar su desgastada imagen.
Luis Guillermo Ordoñez
Históricamente, Colombia ha sido un país de escándalos futboleros por amenazas y sobornos a árbitros, amaño de partidos, vetos a futbolistas, malas prácticas administrativas, financiación de mafias a los clubes de primera y segunda división, dopaje, fraudes, impagos, apuestas ilegales, discriminación, monopolios, comisiones a periodistas, violencia entre las hinchadas, reventa de boletas, evasión de impuestos, coimas, pagos extras a dirigentes y entrenadores para poner jugadores e incluso asesinatos.
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Desde la creación de la liga profesional, en 1948, de vez en cuando se genera una nueva polémica que amenaza el establecimiento y pone a tambalear las instituciones deportivas. “Ya no más, tiene que pasar algo, tocamos fondo”, son las expresiones que se escuchan de inmediato en el ambiente del balón. Casi las mismas de la sociedad colombiana cuando asesinan a un líder social o un personaje público reconocido, se publican investigaciones sobre millonarios desfalcos al Estado u ocurre una tragedia natural que se pudo evitar de no ser por la negligencia de algunos empleados públicos. Y días después de la efervescencia, cuando baja la ola, con resignación terminamos en el “no va a pasar nada”, a pesar de las siempre “exhaustivas investigaciones” que se anuncian y comienzan, pero terminan en nada.
Como en pocos lugares del mundo, el fútbol es un reflejo del país. Con un reducido grupo de personas manejando todo a su antojo y de acuerdo con intereses particulares y la mayoría de la gente resignada e indiferente, con el pretexto de la “conciencia tranquila, de que somos más los buenos y que, al final, todo se sabe”.
Y, como suele ocurrir, en este nuevo capítulo polémico de nuestro fútbol, encendido desde el sábado por el sospechoso desenlace del cuadrangular B del Torneo BetPlay, la segunda división profesional, hay muchas conjeturas e hipótesis, pero, por ahora, pocas evidencias concretas.
Clubes del fútbol colombiano rechazan lo sucedido en el partido Llaneros vs. Unión Magdalena
Se podría decir, al revisar las imágenes del gol que le da la victoria al Unión Magdalena sobre Llaneros y el ascenso a la A, al minuto 96, que no hay dudas de que algo extraño ocurrió, así como ahora, cuatro días después, que tampoco existen pruebas.
Habrá que ver si aparecen desde mañana, cuando se haga la primera evaluación del material recolectado: “Hay un compromiso institucional muy grande para aclarar el tema. Hemos activado todos los mecanismos que tenemos: el Comité Disciplinario, la Comisión Disciplinaria y el Comité de Ética. Determinamos la ruta de acción, respetando el debido proceso, pero poniéndole el acelerador. Le pedimos a la Fiscalía que nos colabore, porque tiene más herramientas para investigar”, aseguró este martes Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor, quien ha estado en constante comunicación con Ramón Jesurún, presidente de Colfútbol, y Guillermo Herrera, ministro del Deporte.
Eso sí, dejó en claro también que “por ahora Unión sigue ascendido y va a jugar la final del Torneo contra Cortuluá, el sábado. El campeonato sigue, hasta que no sepamos bien qué fue lo que sucedió y tengamos argumentos para tomar una decisión”.
Una hipótesis indica que los jugadores de Llaneros habrían recibido dinero para dejar que Unión marcara el segundo gol y con eso lograra el ascenso. Otra, que desde hace ya un tiempo hay diferencias entre los presidentes de Fortaleza y Llaneros, Carlos Barato y Juan Carlos Trujillo, respectivamente, por lo que no sería descabellado que el conjunto de Villavicencio, sin necesidad de un incentivo, se dejara ganar para impedir que el club bogotano subiera de categoría.
Jugador de Llaneros a Iván Duque: “No somos corruptos. Ojalá así hubiese salido contra su ministra”
Ambos dirigentes dieron sus argumentos en la cadena Espn. Trujillo argumenta que sus futbolistas “quedaron en shock” tras el empate de Unión, a los 96 minutos, que acabó definitivamente con su opción de ascender, porque aún la tenía. Barato, como la mayoría de la gente del fútbol, se remite a las imágenes y las considera “una vergüenza”, tal como personajes como Carlos el Pibe Valderrama, Juan Guillermo Cuadrado, Hugo Rodallega y todos los presidentes de los demás clubes profesionales, quienes en comunicados de prensa han pedido celeridad y transparencia en la investigación.
“Ni en Pescaíto pasa una cosa de esas. Tengo pena, eso es una vergüenza para el fútbol colombiano. Algo tiene que pasar, pero yo soy solo un hincha. Allá están los dueños de los equipos, son ellos los que tienen que actuar”, aseguró indignado Valderrama.
Hasta el presidente Iván Duque exigió que se investigue la verdad y criticó la actitud de los jugadores de Llaneros, pero uno de ellos, Jorge Duván Mosquera Campaña, le respondió: “Señor presidente, no somos corruptos. Ojalá así como salió contra nosotros, hubiese salido contra su ministra. Estamos recibiendo mensajes intimidatorios, de muerte. Tememos por nuestras vidas”.
Carlos Silva, técnico de Unión Magdalena, lamentó que su plantel esté involucrado en la polémica y que “el trabajo de dos años se haya visto manchado y nosotros señalados”. Sobre la actitud de los jugadores de Llaneros sentenció: “Es difícil describir el comportamiento humano, sobre todo el ajeno, pero ¿qué querían de mi jugador? ¿Que no metiera el gol? Ni siquiera sabíamos cómo iba el partido en Bogotá”.
El primer Nacional de Zubeldía que fue campeón
Para el abogado Humberto Vélez, “los antecedentes en Colombia no son alentadores. En Europa esas investigaciones van hasta el final y han implicado sanciones para grandes clubes, hasta la pérdida de la categoría. Acá, excepto en 1989, cuando se suspendió el campeonato tras la muerte del árbitro Álvaro Ortega y un par de sanciones y multas, no ha pasado mucho, porque el problema no es denunciar, es probar”.
Este viernes habrá asamblea de la Dimayor, con la presencia de representantes de los 35 clubes de las categorías A y B. En principio la idea era definir el sistema de los campeonatos para 2022, incluidos ascensos y descensos, aprobar el presupuesto de la próxima temporada y estudiar una propuesta de cambio de estatutos. Pero dadas las circunstancias, sin duda, se tocará primero el caso del Llaneros-Unión. Los dirigentes del fútbol, como ocurrió otras veces, tienen la oportunidad histórica de tomar medidas efectivas y limpiar su desgastada imagen. Habrá que ver si la aprovechan o la dejan pasar.
Históricamente, Colombia ha sido un país de escándalos futboleros por amenazas y sobornos a árbitros, amaño de partidos, vetos a futbolistas, malas prácticas administrativas, financiación de mafias a los clubes de primera y segunda división, dopaje, fraudes, impagos, apuestas ilegales, discriminación, monopolios, comisiones a periodistas, violencia entre las hinchadas, reventa de boletas, evasión de impuestos, coimas, pagos extras a dirigentes y entrenadores para poner jugadores e incluso asesinatos.
Entérese de toda la actualidad deportiva en El Espectador
Desde la creación de la liga profesional, en 1948, de vez en cuando se genera una nueva polémica que amenaza el establecimiento y pone a tambalear las instituciones deportivas. “Ya no más, tiene que pasar algo, tocamos fondo”, son las expresiones que se escuchan de inmediato en el ambiente del balón. Casi las mismas de la sociedad colombiana cuando asesinan a un líder social o un personaje público reconocido, se publican investigaciones sobre millonarios desfalcos al Estado u ocurre una tragedia natural que se pudo evitar de no ser por la negligencia de algunos empleados públicos. Y días después de la efervescencia, cuando baja la ola, con resignación terminamos en el “no va a pasar nada”, a pesar de las siempre “exhaustivas investigaciones” que se anuncian y comienzan, pero terminan en nada.
Como en pocos lugares del mundo, el fútbol es un reflejo del país. Con un reducido grupo de personas manejando todo a su antojo y de acuerdo con intereses particulares y la mayoría de la gente resignada e indiferente, con el pretexto de la “conciencia tranquila, de que somos más los buenos y que, al final, todo se sabe”.
Y, como suele ocurrir, en este nuevo capítulo polémico de nuestro fútbol, encendido desde el sábado por el sospechoso desenlace del cuadrangular B del Torneo BetPlay, la segunda división profesional, hay muchas conjeturas e hipótesis, pero, por ahora, pocas evidencias concretas.
Clubes del fútbol colombiano rechazan lo sucedido en el partido Llaneros vs. Unión Magdalena
Se podría decir, al revisar las imágenes del gol que le da la victoria al Unión Magdalena sobre Llaneros y el ascenso a la A, al minuto 96, que no hay dudas de que algo extraño ocurrió, así como ahora, cuatro días después, que tampoco existen pruebas.
Habrá que ver si aparecen desde mañana, cuando se haga la primera evaluación del material recolectado: “Hay un compromiso institucional muy grande para aclarar el tema. Hemos activado todos los mecanismos que tenemos: el Comité Disciplinario, la Comisión Disciplinaria y el Comité de Ética. Determinamos la ruta de acción, respetando el debido proceso, pero poniéndole el acelerador. Le pedimos a la Fiscalía que nos colabore, porque tiene más herramientas para investigar”, aseguró este martes Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor, quien ha estado en constante comunicación con Ramón Jesurún, presidente de Colfútbol, y Guillermo Herrera, ministro del Deporte.
Eso sí, dejó en claro también que “por ahora Unión sigue ascendido y va a jugar la final del Torneo contra Cortuluá, el sábado. El campeonato sigue, hasta que no sepamos bien qué fue lo que sucedió y tengamos argumentos para tomar una decisión”.
Una hipótesis indica que los jugadores de Llaneros habrían recibido dinero para dejar que Unión marcara el segundo gol y con eso lograra el ascenso. Otra, que desde hace ya un tiempo hay diferencias entre los presidentes de Fortaleza y Llaneros, Carlos Barato y Juan Carlos Trujillo, respectivamente, por lo que no sería descabellado que el conjunto de Villavicencio, sin necesidad de un incentivo, se dejara ganar para impedir que el club bogotano subiera de categoría.
Jugador de Llaneros a Iván Duque: “No somos corruptos. Ojalá así hubiese salido contra su ministra”
Ambos dirigentes dieron sus argumentos en la cadena Espn. Trujillo argumenta que sus futbolistas “quedaron en shock” tras el empate de Unión, a los 96 minutos, que acabó definitivamente con su opción de ascender, porque aún la tenía. Barato, como la mayoría de la gente del fútbol, se remite a las imágenes y las considera “una vergüenza”, tal como personajes como Carlos el Pibe Valderrama, Juan Guillermo Cuadrado, Hugo Rodallega y todos los presidentes de los demás clubes profesionales, quienes en comunicados de prensa han pedido celeridad y transparencia en la investigación.
“Ni en Pescaíto pasa una cosa de esas. Tengo pena, eso es una vergüenza para el fútbol colombiano. Algo tiene que pasar, pero yo soy solo un hincha. Allá están los dueños de los equipos, son ellos los que tienen que actuar”, aseguró indignado Valderrama.
Hasta el presidente Iván Duque exigió que se investigue la verdad y criticó la actitud de los jugadores de Llaneros, pero uno de ellos, Jorge Duván Mosquera Campaña, le respondió: “Señor presidente, no somos corruptos. Ojalá así como salió contra nosotros, hubiese salido contra su ministra. Estamos recibiendo mensajes intimidatorios, de muerte. Tememos por nuestras vidas”.
Carlos Silva, técnico de Unión Magdalena, lamentó que su plantel esté involucrado en la polémica y que “el trabajo de dos años se haya visto manchado y nosotros señalados”. Sobre la actitud de los jugadores de Llaneros sentenció: “Es difícil describir el comportamiento humano, sobre todo el ajeno, pero ¿qué querían de mi jugador? ¿Que no metiera el gol? Ni siquiera sabíamos cómo iba el partido en Bogotá”.
El primer Nacional de Zubeldía que fue campeón
Para el abogado Humberto Vélez, “los antecedentes en Colombia no son alentadores. En Europa esas investigaciones van hasta el final y han implicado sanciones para grandes clubes, hasta la pérdida de la categoría. Acá, excepto en 1989, cuando se suspendió el campeonato tras la muerte del árbitro Álvaro Ortega y un par de sanciones y multas, no ha pasado mucho, porque el problema no es denunciar, es probar”.
Este viernes habrá asamblea de la Dimayor, con la presencia de representantes de los 35 clubes de las categorías A y B. En principio la idea era definir el sistema de los campeonatos para 2022, incluidos ascensos y descensos, aprobar el presupuesto de la próxima temporada y estudiar una propuesta de cambio de estatutos. Pero dadas las circunstancias, sin duda, se tocará primero el caso del Llaneros-Unión. Los dirigentes del fútbol, como ocurrió otras veces, tienen la oportunidad histórica de tomar medidas efectivas y limpiar su desgastada imagen. Habrá que ver si la aprovechan o la dejan pasar.