
Integrantes de la barra Imperio Dorado en el estadio Alberto Grisales, la casa de Águilas.
Foto: Cortesía
Roma no se construyó en un día y eso lo saben los equipos no tradicionales a la hora de ganar adeptos. Sus tribunas al principio estaban vacías o decoradas por hinchadas visitantes, aunque poco a poco el sentido de pertenencia ha germinado en barras nacientes. Esa es la historia de Andrés Valencia, que hace 13 años, inspirado por el ascenso de Águilas Doradas, entonces llamado Itagüí —jugaba en dicho municipio—, decidió dedicarle su tiempo libre al equipo de su tierra y fundó Corazón Dorado.
“Los que nos fuimos enamorando del equipo hicimos...

Por Daniel Bello
Periodista de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue practicante de Pacifista entre 2020 y 2021. Desde el 2019 escribe sobre fútbol, política e historia en El Espectador. Tiene experiencia cubriendo paz, mundo y medio ambiente.@daniel_eudosiodbello@elespectador.com
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