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—Mamá, yo te prometo que jamás volveré a esas andanzas.
— ¡Ay!, Mijo. ¡Cuánto me alegro!
Esa fue la última charla que tuvo Iván René Valenciano con su madre. Y él se recuperó de su adicción al alcohol y a los malos hábitos. Luego se convirtió en comentarista deportivo y equilibró su condición económica, que, en una época de su vida, estaba en la ruina tras haber ganado millones como el destacado futbolista que fue.
Hubo un tiempo de su vida en la que el insomnio lo agobiaba y lo atenuaba a medias con pastillas de Zolpidem. A veces no tenía dinero para comprarlas y la falta de sueño le pasaba factura a su cuerpo. “Lo más difícil de una adicción es cuando no tienes para sostenerla. Dormía 45 minutos o una hora, que era lo máximo. Vivía cansado y malhumorado todo el tiempo”, le reveló Valenciano al programa Los Informantes, de Caracol Televisión.
Posteriormente estuvo al borde de la muerte, en cuidados intensivos, y ganó ese partido. Afortunadamente para él, su existencia mejoró gracias a que en 2016 se legalizó en el país el uso del cannabis medicinal. Un especialista le recetó, para el insomnio, pequeñas dosis de Cannabidiol CBD, una esencia que está libre de componentes alucinógenos y que el exfutbolista se pone debajo de la lengua y le ha mejorado la calidad de sus días.
El exgoleador de la selección de Colombia ahora duerme mejor y tiene más productivas jornadas diurnas, después de pasar una etapa de su vida en la que se automedicaba. Ahora da charlas motivaciones y ejerce como comentarista de fútbol, un deporte que, dice, no le hace falta. “No extraño el fútbol. Del fútbol extraño el sueldo, porque pagaban muy bien”.
(Las escuelas que han marcado la historia del fútbol colombiano)
Y es que según contó, Valenciano tenía como sueño “terminar el bachillerato, ir a la universidad, graduarme de ingeniero de sistemas y vivir de eso. Nunca pasó por mi cabeza ser futbolista profesional. Estar en la NBA sí era otro sueño que tenía”.
No obstante, el talento del Bombardero lo disfrutó el Júnior de Barranquilla y el balompié colombiano, pese a que él “era flojo para levantarme, para entrenar, para todo”. Es una leyenda del fútbol de nuestro país. Una que asegura que en la actualidad sus días son mejores, porque en sus noches ya puede dormir profundo y soñar que su madre le da un plato de sopa.