Jhon Marío Ramírez:“Mi sueño es llegar a dirigir a Millonarios”
Esta fue la entrevista que le concedió el histórico 10 de los azules a este diario hace poco más de tres años. Que en paz descanse.
Para mal o para bien Jhon Mario Ramírez fue un hombre diferente. Fue atrevido e irreverente como jugador y quiso serlo como técnico. Aunque duró casi diez años preparándose para dirigir, hace un par de años empezó su carrera como entrenador como DT de Centenario Sports MyM, en el Hexagonal del Olaya, el torneo aficionado más importante del país. Y falleció en su primer ciclo como DT en primera división al mando de Patriotas.
El talentoso exvolante de Millonarios, Medellín, Cali, Tolima, Quindío, Bucaramanga, Santa Fe, Chicó, Deportivo Pereira y la selección de Colombia aseguraba que aunque el fútbol moderno es más rápido y físico que antes, pero que quienes piensan y tienen inteligencia de juego siguen teniendo la ventaja. Esta fue la entrevista que le concedió a este diario en enero de 2018.
¿Qué tal ha sido la experiencia de dirigir en el Olaya?
Muy bonita. Se abrió una puerta que no esperaba y estoy muy contento. Desde el 1° de diciembre estamos en este proyecto.
¿Cómo se dio su llegada?
Esta es una apuesta de los directivos de Alianza Platanera, junto con la gente de Tigres F.C. y Centenario. Vine a conocer el plantel y vi un grupo muy maduro, con características para jugar bien a la pelota. Sentí que los muchachos podían ser receptivos a la idea que tenemos, que es el juego de posición y posesión, de sostener la pelota, avanzar en bloque y ver cómo se le puede hacer daño al rival.
¿Será este el comienzo de su carrera como entrenador?
Seguro que sí. La idea es dirigir fútbol de primera división. Me plantearon manejar equipos femeninos y de niños, pero tengo claro lo que quiero hacer. Mi meta es ser el mejor técnico que tenga este país, el más ganador en la historia de Millonarios y poder representar al país como entrenador afuera, a un nivel alto, élite. Es un camino largo y queda mucho por recorrer, pero las cosas se irán dando cuando Dios lo decida. Nos hemos ido preparando con calma y constancia. Tengo clara la idea de juego y sé para dónde voy, cuando eso pasa todo es más sencillo.
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¿Cuando era futbolista profesional ya pensaba en ser técnico?
La verdad, no. Cuando jugué siempre intenté divertir al hincha y pensar en el esfuerzo que hace para pagar una boleta. Ese fue uno de los motores que tuve para intentar darle a la gente algo diferente en la cancha. Me gustaría hacer lo mismo como técnico.
Pero hoy por encima del espectáculo están los resultados.
Cierto. Esta es una profesión de resultados. Muchos entrenadores se preocupan más por cuidar su puesto que por salir a jugar y a atacar. Lamentablemente no se respetan los procesos. A pesar de eso mi concepto es claro, quiero que la gente se divierta, que mis jugadores la pasen bien. Aspiro a potencializar a mis futbolistas, convencerlos de que pueden hacer un fútbol diferente, crear un estilo y defenderlo siempre. Ese es el trabajo del entrenador.
¿Qué tanto ha cambiado el fútbol en estos años?
Más allá de ser una profesión, el fútbol sigue siendo un juego. Se volvió más rápido, más intenso, de fuerza, de potencia, pero quien piensa y tiene inteligencia de juego sigue sacando ventaja porque hace cosas diferentes. Eso es lo que quiero.
¿Cómo les transmite eso a sus muchachos?
Con simplicidad, con buen trato. La mayoría de los futbolistas juegan presionados y no pueden aprovechar todo en talento que tienen. Nosotros les permitimos que se expresen, que sean atrevidos, que se la jueguen. Que se equivoquen, pero que intenten. Que fallen, porque eso es lo que más adelante les va a dar seguridad.
¿Y tácticamente qué prefiere?
Eso depende mucho del material humano del que se disponga. Lo que tengo claro es que uno va a jugar fútbol, no a que jueguen con uno. El juego de posesión no es determinante, pero sí importante. Quiero que mi equipo tenga la pelota porque así corre menos, se desgasta menos. Y después va a tener más posibilidad de atacar, de hacerle daño al rival. Quiero que mis jugadores gocen el fútbol, pero cumplan con las responsabilidades que hay que tener, porque se necesita tener estructura, orden y equilibrio, que al final es por lo que juzgan a los técnicos.
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¿Cómo se ha preparado?
Estuve dos veces en el Bolton de Inglaterra y en la academia del Liverpool viendo su manera de trabajar. Soy técnico de la Asociación Paulista de Entrenadores de Fútbol, en Brasil. Y he acompañado a varios cuerpos técnicos de clubes profesionales. El fútbol se volvió una ciencia, no se juegan con los pies, sino con la cabeza.
Ahora que dirige, ¿cambió su percepción sobre los entrenadores?
Eso no cambia, pero seguramente ahora la responsabilidad y la madurez son mayores. De todos se aprenden cosas y es lo que uno ahora intenta transmitir, hay que formar a jugadores integrales, buenas personas. Me gusta dejarles enseñanzas a los muchachos, un sello que los diferencie. Soy exigente porque la vida me enseñó que así debe ser. Cuando jugaba me permitieron mucha indisciplina y por eso no pasaron cosas mayores en mi carrera.
¿Sueña con dirigir a Millos?
Estamos contentos con el profesor Miguel Ángel Russo y su equipo. Él ha sabido transmitir su mensaje, el grupo lo entiende y lo respalda. Ha interpretado su estilo y lo ha plasmado en la cancha. Pero claro, mi sueño es dirigir a Millonarios, eso lo tengo claro. Ojalá, un día no muy lejano, se dé, porque creo que el club debe tener gente de la casa, de la entraña, que ame la institución y le ayude a recuperar su identidad y buen juego.
¿Disfrutó la estrella 15?
Claro, como nadie. Millos fue justo campeón, a su estilo. Es un equipo de transiciones rápidas, que coge la pelota y te ataca por las bandas con laterales y extremos. Y que ha logrado equilibrio, que es lo más difícil en el fútbol. Millonarios ha consolidado una idea de juego y los directivos han respaldado el proceso.
Para mal o para bien Jhon Mario Ramírez fue un hombre diferente. Fue atrevido e irreverente como jugador y quiso serlo como técnico. Aunque duró casi diez años preparándose para dirigir, hace un par de años empezó su carrera como entrenador como DT de Centenario Sports MyM, en el Hexagonal del Olaya, el torneo aficionado más importante del país. Y falleció en su primer ciclo como DT en primera división al mando de Patriotas.
El talentoso exvolante de Millonarios, Medellín, Cali, Tolima, Quindío, Bucaramanga, Santa Fe, Chicó, Deportivo Pereira y la selección de Colombia aseguraba que aunque el fútbol moderno es más rápido y físico que antes, pero que quienes piensan y tienen inteligencia de juego siguen teniendo la ventaja. Esta fue la entrevista que le concedió a este diario en enero de 2018.
¿Qué tal ha sido la experiencia de dirigir en el Olaya?
Muy bonita. Se abrió una puerta que no esperaba y estoy muy contento. Desde el 1° de diciembre estamos en este proyecto.
¿Cómo se dio su llegada?
Esta es una apuesta de los directivos de Alianza Platanera, junto con la gente de Tigres F.C. y Centenario. Vine a conocer el plantel y vi un grupo muy maduro, con características para jugar bien a la pelota. Sentí que los muchachos podían ser receptivos a la idea que tenemos, que es el juego de posición y posesión, de sostener la pelota, avanzar en bloque y ver cómo se le puede hacer daño al rival.
¿Será este el comienzo de su carrera como entrenador?
Seguro que sí. La idea es dirigir fútbol de primera división. Me plantearon manejar equipos femeninos y de niños, pero tengo claro lo que quiero hacer. Mi meta es ser el mejor técnico que tenga este país, el más ganador en la historia de Millonarios y poder representar al país como entrenador afuera, a un nivel alto, élite. Es un camino largo y queda mucho por recorrer, pero las cosas se irán dando cuando Dios lo decida. Nos hemos ido preparando con calma y constancia. Tengo clara la idea de juego y sé para dónde voy, cuando eso pasa todo es más sencillo.
Lea: Murió Jhon Mario Ramírez, ídolo de Millonarios, por Covid-19
¿Cuando era futbolista profesional ya pensaba en ser técnico?
La verdad, no. Cuando jugué siempre intenté divertir al hincha y pensar en el esfuerzo que hace para pagar una boleta. Ese fue uno de los motores que tuve para intentar darle a la gente algo diferente en la cancha. Me gustaría hacer lo mismo como técnico.
Pero hoy por encima del espectáculo están los resultados.
Cierto. Esta es una profesión de resultados. Muchos entrenadores se preocupan más por cuidar su puesto que por salir a jugar y a atacar. Lamentablemente no se respetan los procesos. A pesar de eso mi concepto es claro, quiero que la gente se divierta, que mis jugadores la pasen bien. Aspiro a potencializar a mis futbolistas, convencerlos de que pueden hacer un fútbol diferente, crear un estilo y defenderlo siempre. Ese es el trabajo del entrenador.
¿Qué tanto ha cambiado el fútbol en estos años?
Más allá de ser una profesión, el fútbol sigue siendo un juego. Se volvió más rápido, más intenso, de fuerza, de potencia, pero quien piensa y tiene inteligencia de juego sigue sacando ventaja porque hace cosas diferentes. Eso es lo que quiero.
¿Cómo les transmite eso a sus muchachos?
Con simplicidad, con buen trato. La mayoría de los futbolistas juegan presionados y no pueden aprovechar todo en talento que tienen. Nosotros les permitimos que se expresen, que sean atrevidos, que se la jueguen. Que se equivoquen, pero que intenten. Que fallen, porque eso es lo que más adelante les va a dar seguridad.
¿Y tácticamente qué prefiere?
Eso depende mucho del material humano del que se disponga. Lo que tengo claro es que uno va a jugar fútbol, no a que jueguen con uno. El juego de posesión no es determinante, pero sí importante. Quiero que mi equipo tenga la pelota porque así corre menos, se desgasta menos. Y después va a tener más posibilidad de atacar, de hacerle daño al rival. Quiero que mis jugadores gocen el fútbol, pero cumplan con las responsabilidades que hay que tener, porque se necesita tener estructura, orden y equilibrio, que al final es por lo que juzgan a los técnicos.
Lea: Miguel Ángel López, afectado por las dos caídas en la primera etapa del Tour
¿Cómo se ha preparado?
Estuve dos veces en el Bolton de Inglaterra y en la academia del Liverpool viendo su manera de trabajar. Soy técnico de la Asociación Paulista de Entrenadores de Fútbol, en Brasil. Y he acompañado a varios cuerpos técnicos de clubes profesionales. El fútbol se volvió una ciencia, no se juegan con los pies, sino con la cabeza.
Ahora que dirige, ¿cambió su percepción sobre los entrenadores?
Eso no cambia, pero seguramente ahora la responsabilidad y la madurez son mayores. De todos se aprenden cosas y es lo que uno ahora intenta transmitir, hay que formar a jugadores integrales, buenas personas. Me gusta dejarles enseñanzas a los muchachos, un sello que los diferencie. Soy exigente porque la vida me enseñó que así debe ser. Cuando jugaba me permitieron mucha indisciplina y por eso no pasaron cosas mayores en mi carrera.
¿Sueña con dirigir a Millos?
Estamos contentos con el profesor Miguel Ángel Russo y su equipo. Él ha sabido transmitir su mensaje, el grupo lo entiende y lo respalda. Ha interpretado su estilo y lo ha plasmado en la cancha. Pero claro, mi sueño es dirigir a Millonarios, eso lo tengo claro. Ojalá, un día no muy lejano, se dé, porque creo que el club debe tener gente de la casa, de la entraña, que ame la institución y le ayude a recuperar su identidad y buen juego.
¿Disfrutó la estrella 15?
Claro, como nadie. Millos fue justo campeón, a su estilo. Es un equipo de transiciones rápidas, que coge la pelota y te ataca por las bandas con laterales y extremos. Y que ha logrado equilibrio, que es lo más difícil en el fútbol. Millonarios ha consolidado una idea de juego y los directivos han respaldado el proceso.