Juan Carlos Osorio: la rotación y los otros principios que ahora aplica en América
De Alex Ferguson aprendió que todos los futbolistas de un plantel necesitan sentirse importantes y tener la oportunidad de brillar. En el club escarlata, en el que ya ha utilizado diversas alineaciones y sistemas, es fiel a eso y a determinadas maneras de entrenar.
“Circulen más rápido” fue una de las primeras indicaciones, durante un partido, de Juan Carlos Osorio como director técnico de América de Cali. La dio en el encuentro de ida de octavos de final de Copa Sudamericana ante Athletico Paranaense. Ese día el equipo escarlata dispuso de un 4-2-4 en ataque, con Luis Paz y el chileno Rodrigo Ureña en el eje del mediocampo, Santiago Moreno y Cristian Arrieta como extremos y Carlos Cortés Barreiro junto a Adrián Ramos en el centro del ataque. Para ese compromiso del certamen internacional no pudo contar con las incorporaciones, y perdió 1-0.
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Ahora sí con los refuerzos con los que había hecho sus trabajos de periodización táctica en los entrenamientos, Osorio planteó un 4-3-3 contra Júnior en la Liga BetPlay, con Déinner Quiñones, el zurdo que desequilibra a perfil cambiado, como interior derecho. Ese fue el sistema con el que el actual entrenador escarlata conoció el fútbol. Cuando comenzó a jugar a la pelota en su natal Risaralda aprendió que, según su forma de ver el balompié, lo correcto era jugar con extremos.
“Crecí con esa idea. Siempre creí que esa era la mejor forma de simplificarlo todo y evitar tanta confusión, tanto caos y tanto amontonamiento por dentro”, lo explicó el propio Osorio en el libro La libreta de Osorio, de Jorge Bermúdez H. Y también se quedó con conceptos que observó en el Barcelona de Louis van Gaal, al final de la década del 90, y con el protagonismo de Josep Guardiola como volante central en el Dream Team de Johan Cruyff.
Amante del juego de posición, Osorio tuvo la oportunidad de conversar con Guardiola, cuando este ya era un reconocido entrenador, con Marcelo Bielsa y con Alex Ferguson. Cuando trabajaba en Manchester City, el colombiano pudo observar entrenamientos del escocés que forjaba su leyenda en el United y se convenció aún más de que los extremos son primordiales. Por eso, aunque cambie constantemente de nombres y de sistema, los hombres ofensivos por los costados son prácticamente fijos en sus equipos.
(Las convicciones futbolísticas de Hárold Rivera)
No obstante, como todo estratega, en algunas ocasiones se ha equivocado y ha sido goleado. Le sucedió en Brasil frente al Paranaense, cuando jugó con un 5-3-2, un sistema que, junto con sus variantes, fue uno de los más utilizados en la temporada pasada en el fútbol europeo. Puso a Marlon Torres como zaguero centro, con Kevin Andrade y Pablo Ortiz a sus costados, y Arrieta y Héctor Quiñones como carrileros. Delante de ellos Luis Paz, Jerson Malagón y Ureña. Arriba, Cortés Barreiro y Ramos. Fue 4-1 a favor del conjunto brasileño.
Eliminado de la Sudamericana, América volvió al 4-2-4 ante Águilas Doradas, con un Déinner Quiñones ya como extremo derecho, Jeison Lucumí en el izquierdo y Gustavo Torres y Ramos por el centro de la ofensiva. Luis Paz y Carlos Sierra fueron los mediocampistas centrales, con una defensa conformada por Arrieta, el juvenil Jhon Palacios, Jorge Segura y Elvis Mosquera. Ese día el cuadro escarlata tuvo muchas ocasiones de gol y triunfó 3-1 en condición de visitante, dejando dudas en su forma de retroceder cuando atacaba el rival.
Esas dudas las intenta disipar Osorio con base en la coordinación neuromuscular. Es decir, repetir ejercicios y movimientos durante las prácticas, escenificando situaciones reales de partidos, para que todos los futbolistas del plantel vayan asimilando con naturalidad lo que deben hacer a la hora de jugar por los puntos. El extécnico de la selección mexicana necesita que cada integrante se apropie de los conceptos, porque tiene la rotación como “un principio de vida. Creo en el ser humano y la oportunidad. Y así como espero que cuando mi hijo se gradúe de medicina tenga la oportunidad en un buen hospital a través del ensayo y el acierto, y desafortunadamente en algún momento de ensayo y error, lo mismo es en el jugador de fútbol. Entones, nunca renunciaré a esa política”.
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Entre otros, el entrenador risaraldense realiza ejercicios de 9 contra 9 y 13 contra 13, en espacios que van de punto penal a punto penal, implementando diferentes sistemas tácticos, de acuerdo con la cantidad de jugadores que participen. “El factor quizá más importante es que no rotamos por rotar. Al momento de aplicar este principio analizamos al rival, el grupo nuestro y las interacciones que se puedan presentar”, profundizó Osorio en el libro mencionado.
Ese principio de la rotación se lo escuchó por primera vez a Ferguson, quien le hizo entender que el jugador que ya es millonario y se encuentra en la élite desea volver al amateurismo, jugar para divertirse, para ganarse un lugar. Y que si hay algún inamovible, a menos que sea un distinto, puede que se confíe, baje su rendimiento, se crea más que sus compañeros y se generen problemas en el equipo.
Sin embargo, esas rotaciones pueden salirle mal a veces, aunque implemente su sistema predilecto. Le sucedió frente al Envigado, en el que jugó 4-3-3 con Quiñones y Lucumí como extremos, con Gustavo Torres como “9” y Kevin Andrade, que habitualmente es defensor central, como lateral derecho, con Palacios y Pablo Ortiz jugando de zagueros. América cayó 1-0 y jugó casi tan mal como contra Medellín en la fecha anterior, en la que perdió 2-0 con un 3-4-3 que en muchos momentos fue 5-4-1. No hubo profundidad y Osorio aceptó que se equivocó en la elección del sistema y de los hombres que lo conformaron.
Previo a ese encuentro le propinó un repaso táctico al entonces Once Caldas de Lara, al que le generó muchas ocasiones de gol con un 4-3-3, que tuvo como interior izquierdo a Daniel Hernández y al resto de jugadores en sus posiciones habituales. El resultado fue corto: 1-0. Este viernes América recibe a Patriotas (7:30 p. m., Win +) en el comienzo de la sexta fecha. Osorio volverá a aplicar los tres principios que lo rigen: rotación, polivalencia y versatilidad táctica.
“Circulen más rápido” fue una de las primeras indicaciones, durante un partido, de Juan Carlos Osorio como director técnico de América de Cali. La dio en el encuentro de ida de octavos de final de Copa Sudamericana ante Athletico Paranaense. Ese día el equipo escarlata dispuso de un 4-2-4 en ataque, con Luis Paz y el chileno Rodrigo Ureña en el eje del mediocampo, Santiago Moreno y Cristian Arrieta como extremos y Carlos Cortés Barreiro junto a Adrián Ramos en el centro del ataque. Para ese compromiso del certamen internacional no pudo contar con las incorporaciones, y perdió 1-0.
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Ahora sí con los refuerzos con los que había hecho sus trabajos de periodización táctica en los entrenamientos, Osorio planteó un 4-3-3 contra Júnior en la Liga BetPlay, con Déinner Quiñones, el zurdo que desequilibra a perfil cambiado, como interior derecho. Ese fue el sistema con el que el actual entrenador escarlata conoció el fútbol. Cuando comenzó a jugar a la pelota en su natal Risaralda aprendió que, según su forma de ver el balompié, lo correcto era jugar con extremos.
“Crecí con esa idea. Siempre creí que esa era la mejor forma de simplificarlo todo y evitar tanta confusión, tanto caos y tanto amontonamiento por dentro”, lo explicó el propio Osorio en el libro La libreta de Osorio, de Jorge Bermúdez H. Y también se quedó con conceptos que observó en el Barcelona de Louis van Gaal, al final de la década del 90, y con el protagonismo de Josep Guardiola como volante central en el Dream Team de Johan Cruyff.
Amante del juego de posición, Osorio tuvo la oportunidad de conversar con Guardiola, cuando este ya era un reconocido entrenador, con Marcelo Bielsa y con Alex Ferguson. Cuando trabajaba en Manchester City, el colombiano pudo observar entrenamientos del escocés que forjaba su leyenda en el United y se convenció aún más de que los extremos son primordiales. Por eso, aunque cambie constantemente de nombres y de sistema, los hombres ofensivos por los costados son prácticamente fijos en sus equipos.
(Las convicciones futbolísticas de Hárold Rivera)
No obstante, como todo estratega, en algunas ocasiones se ha equivocado y ha sido goleado. Le sucedió en Brasil frente al Paranaense, cuando jugó con un 5-3-2, un sistema que, junto con sus variantes, fue uno de los más utilizados en la temporada pasada en el fútbol europeo. Puso a Marlon Torres como zaguero centro, con Kevin Andrade y Pablo Ortiz a sus costados, y Arrieta y Héctor Quiñones como carrileros. Delante de ellos Luis Paz, Jerson Malagón y Ureña. Arriba, Cortés Barreiro y Ramos. Fue 4-1 a favor del conjunto brasileño.
Eliminado de la Sudamericana, América volvió al 4-2-4 ante Águilas Doradas, con un Déinner Quiñones ya como extremo derecho, Jeison Lucumí en el izquierdo y Gustavo Torres y Ramos por el centro de la ofensiva. Luis Paz y Carlos Sierra fueron los mediocampistas centrales, con una defensa conformada por Arrieta, el juvenil Jhon Palacios, Jorge Segura y Elvis Mosquera. Ese día el cuadro escarlata tuvo muchas ocasiones de gol y triunfó 3-1 en condición de visitante, dejando dudas en su forma de retroceder cuando atacaba el rival.
Esas dudas las intenta disipar Osorio con base en la coordinación neuromuscular. Es decir, repetir ejercicios y movimientos durante las prácticas, escenificando situaciones reales de partidos, para que todos los futbolistas del plantel vayan asimilando con naturalidad lo que deben hacer a la hora de jugar por los puntos. El extécnico de la selección mexicana necesita que cada integrante se apropie de los conceptos, porque tiene la rotación como “un principio de vida. Creo en el ser humano y la oportunidad. Y así como espero que cuando mi hijo se gradúe de medicina tenga la oportunidad en un buen hospital a través del ensayo y el acierto, y desafortunadamente en algún momento de ensayo y error, lo mismo es en el jugador de fútbol. Entones, nunca renunciaré a esa política”.
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Entre otros, el entrenador risaraldense realiza ejercicios de 9 contra 9 y 13 contra 13, en espacios que van de punto penal a punto penal, implementando diferentes sistemas tácticos, de acuerdo con la cantidad de jugadores que participen. “El factor quizá más importante es que no rotamos por rotar. Al momento de aplicar este principio analizamos al rival, el grupo nuestro y las interacciones que se puedan presentar”, profundizó Osorio en el libro mencionado.
Ese principio de la rotación se lo escuchó por primera vez a Ferguson, quien le hizo entender que el jugador que ya es millonario y se encuentra en la élite desea volver al amateurismo, jugar para divertirse, para ganarse un lugar. Y que si hay algún inamovible, a menos que sea un distinto, puede que se confíe, baje su rendimiento, se crea más que sus compañeros y se generen problemas en el equipo.
Sin embargo, esas rotaciones pueden salirle mal a veces, aunque implemente su sistema predilecto. Le sucedió frente al Envigado, en el que jugó 4-3-3 con Quiñones y Lucumí como extremos, con Gustavo Torres como “9” y Kevin Andrade, que habitualmente es defensor central, como lateral derecho, con Palacios y Pablo Ortiz jugando de zagueros. América cayó 1-0 y jugó casi tan mal como contra Medellín en la fecha anterior, en la que perdió 2-0 con un 3-4-3 que en muchos momentos fue 5-4-1. No hubo profundidad y Osorio aceptó que se equivocó en la elección del sistema y de los hombres que lo conformaron.
Previo a ese encuentro le propinó un repaso táctico al entonces Once Caldas de Lara, al que le generó muchas ocasiones de gol con un 4-3-3, que tuvo como interior izquierdo a Daniel Hernández y al resto de jugadores en sus posiciones habituales. El resultado fue corto: 1-0. Este viernes América recibe a Patriotas (7:30 p. m., Win +) en el comienzo de la sexta fecha. Osorio volverá a aplicar los tres principios que lo rigen: rotación, polivalencia y versatilidad táctica.