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Entró en la órbita del mundo Boca, un universo que tiene un cariño especial por los nuestros. Y la legión colombiana de Sebastián Pérez, Edwin Cardona, Wílmar Barrios y Frank Fabra no ha decepcionado en el bicampeón del fútbol argentino. Ahí está la razón por la cual el equipo xeneize ha puesto sus ojos en un cafetero más: Sebastián Villa, extremo derecho del Tolima, quien es uno de los jugadores con mejor nivel en lo corrido de la Liga Águila. Clave en el título que obtuvo el club pijao este sábado ante Atlético Nacional.
“Barrios me dice que tenga calma y mucha paciencia. Le mostró videos míos a la gente de Boca Juniors y gracias a Dios les gustaron. El técnico dio el visto bueno. Sería un sueño jugar allí. Mi representante ya se encuentra negociando, esperemos que la oferta llene las expectativas de mi club”, dice emocionado el antioqueño de 22 años en diálogo con El Espectador.
Y es una apuesta que tendría un reto mayúsculo: reemplazar a Cristian Pavón, la revelación del fútbol argentino. El atacante acabó el semestre como la figura del conjunto dirigido por Guillermo Barros Schelotto y se ganó un tiquete entre los 23 elegidos por Jorge Sampaoli para disputar el Mundial de Rusia con Argentina. Le quitó el lugar a un hombre de la talla de Mauro Icardi, goleador del Inter de Milán.
“He visto a Pavón y tenemos varias cosas en común. Es un jugador veloz y encarador. Esperemos a ver qué ocurre. Recuerdo la camiseta de Boca que me ponía de chico. Esta propuesta junto con la del Atlético de Madrid me ponen muy contento”, agrega.
¿Le preocupa la presión de la fama, una de las principales causas de las debacles deportivas de los futbolistas colombianos? “Lo digo hoy y lo diré siempre: no me interesa ser una celebridad. Vengo de una familia humilde, tengo los pies en la tierra y creo que nunca olvidaré de dónde soy”. Y llega con un condimento intrínseco de la sangre colombiana: no vararse en los momentos adversos. “El primer día que fue un veedor del Tolima a Medellín no pude ir a probarme: no tenía con qué pagar el pasaje”.
En medio de la impotencia, Sebastián cogió aluminio y un pedazo de chatarra que encontró en su casa y como buen paisa vendió ambas piezas y consiguió $8.000. Al siguiente día con ese dinero entró al metro e inició su periplo desde la estación de Bello hasta la de Santa Lucía, en el occidente de la capital antioqueña. Llegó, se puso los botines rasguñados por el rigor del tiempo y apenas lo vieron convenció a la gente del equipo pijao. Eso fue un viernes y el lunes ya estaba viajando con 16 años de vida a una casa hogar de Ibagué a iniciar su primer capítulo en el fútbol profesional. Todo por un pedazo de chatarra adornado que le cambió la vida y que es el vestigio principal de su lucha por cumplir sus sueños.
Seis años después cumplió su primer gran sueño: salir campeón con Tolima. En ambos duelos ante Nacional fue el mejor de su equipo, demostró jerarquía y ahora podrá seguir alcanzando metas. Lo más seguro es que Boca Juniors de Argentina sea su casa desde la segunda mitad de este año.
Thomas Blanco Lineros- @thomblalin