Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Esperó detrás de la línea de cal, mientras la cuarta árbitra autorizaba su ingreso al campo de juego y el cronómetro dejaba registro del momento, a la altura del minuto 80. “¡Vamos, Colombia!”, gritaron sus compañeras, y dio sus primeros pasos en el fútbol argentino sobre el rectángulo verde del estadio Juan Pasquale, con el número 20 en la espalda y portando los colores de Racing Club.
En su visita, la Academia igualó a dos tantos con Defensores de Belgrano, por la segunda fecha del campeonato local, el pasado fin de semana, y Lina Gómez disfrutó del momento, como siempre le ha recalcado su padre, quien le inculcó el amor por la pelota, pues él es su consejero y soporte, al igual que toda su familia.
Lea también: Con cuatro goles de Catalina Usme, Colombia venció a Ecuador
La felicidad del debut con el conjunto de Avellaneda fue similar a la que sintió cuando, con apenas siete años, inició su camino de goles en la escuela de formación New Soccer. “Era la única niña y era algo especial. Llegaba a los partidos y me miraban raro, porque era una novedad que una mujer estuviera jugando en un equipo, pero ahí empezó todo y me enamoré del fútbol”, le confesó la bogotana a El Espectador.
La primera camiseta que lució en la liga profesional fue la de Equidad, en 2017. Luego, gracias a una beca, viajó a Estados Unidos, en donde jugó con el equipo Tyler Junior College, con el que quedó campeona nacional. El siguiente año, en su regreso a Colombia, fue fichada por Fortaleza. Y, luego, a mediados de 2019, firmó contrato con Millonarios. Su primer gol con el equipo embajador fue el 17 de julio de ese mismo año contra Santa Fe.
Lea también: El fútbol femenino merece mayor respeto
La delantera tiene grandes recuerdos de ese encuentro. Ese gol en el clásico capitalino ha sido para ella el mejor de su carrera, “porque significa mucho anotar en un duelo así y en el contexto en el que se dio, porque era el partido que representaba la despedida de Leicy Santos. El estadio casi lleno le dio un condimento especial a una bonita experiencia que jamás voy a olvidar. Solo el hecho de vestir la camiseta de Millonarios y marcar un gol es algo inexplicable”.
El club albiazul significa mucho para Lina Gómez, ya que allí creció en el aspecto futbolístico y adquirió madurez y fortaleza mental, condiciones que, según ella, son la clave para un deportista. “Es un equipo que marcó mi carrera deportiva. El cariño de la gente y la forma como me acogieron fue algo muy bonito y me llenó de aliento”, recuerda Gómez.
Lea también: El progreso del deporte femenino en Colombia
La perseverancia ha sido su compañera en más de una década escribiendo historias con los pies. Esa virtud es la que la impulsa a querer conquistar títulos con Racing y poder jugar con la selección de Colombia, igual que en 2016, cuando hizo parte de la plantilla que disputó el Sudamericano Sub-17 en territorio venezolano. “Vestir el uniforme tricolor fue una experiencia inolvidable. Competir contra potencias del mundo como Brasil fue algo muy lindo y espero poder volver a hacerlo en el futuro. Estoy trabajando para lograrlo. Ojalá que en algún momento se pueda presentar de nuevo la oportunidad”, admitió la bogotana.
A sus 21 años, Lina Gómez baja las pulsaciones, luego de las exigentes jornadas de entrenamientos y partidos, para asumir su rol de estudiante de quinto semestre de Comunicación Social y Periodismo. Al respecto, ella se pregunta cómo hace para levantarse todos los días y seguir soñando, con la misma pasión y sin rendirse. La respuesta está en la disciplina y la exigencia con la que ha afrontado cada reto durante su trayectoria deportiva y el éxtasis que le produce inflar la red. “Un gol es una mezcla de todo: amor, alegría, orgullo y, a veces, descanso. Es un grito de desahogo y de tranquilidad para mí”. Ese mismo amor que siente cada vez que toca la pelota, la alegría de defender el escudo de una de las instituciones históricas de Argentina y el orgullo de representar a Colombia en el balompié del exterior.
Lea también: América de Cali y su proceso rumbo a la Libertadores
¿Qué significa llegar a Racing, teniendo en cuenta la historia y la trayectoria que ha tenido este club?
Es algo muy lindo. Es un equipo grande aquí en Argentina, así que lo veo como una bonita experiencia, una oportunidad que no se le presenta a todo el mundo y hay que saberla aprovechar. Estoy muy feliz porque es un club de nombre y peso en el continente.
¿Cuáles son las expectativas que tiene con Racing?
Me propongo siempre lo mejor. Soy una persona muy exigente y me planteo metas por las que lucho hasta conseguirlas. En Racing no es la excepción. Mis expectativas son muy altas y voy a dar lo mejor para mejorar y crecer a nivel futbolístico y personal, que es lo más importante.
¿Cómo ha sido el proceso de adaptación al fútbol argentino?
Ha sido bueno, a pesar del poco tiempo que llevo. Llegué hace dos semanas y media, pero en la primera estuve adelantando los exámenes médicos y firmando contrato. Las compañeras me han recibido muy bien y han mostrado esa pasión por el fútbol que caracteriza a los argentinos. Cada experiencia que uno suma le aporta para el crecimiento personal. Hasta el momento todo va muy bien y me he sentido a gusto.
¿Qué le puede aportar a su juego esta experiencia en Argentina?
Mucha técnica, garra y carácter. Creo que me va a ayudar a desarrollar un juego más veloz y a tomar decisiones rápido.
Haciendo un paralelo, ¿Cómo ve la liga femenina de fútbol colombiano frente a la del argentino?
En Argentina hay una muy buena estructura, eso que siempre hemos pedido en Colombia. Es una liga seria y estable, algo que nos falta a nosotros. La liga en este país arranca a comienzos de año y finaliza en diciembre, más o menos. Los contratos son según las circunstancias y eso es bueno. La diferencia la marca la estructura y la organización, porque en los dos países hay talento y muy buen nivel competitivo.