Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El profesor de educación física del Colegio Femenino Prudencia Daza de Valledupar, Siervo Saúl Quiñónez, fue quien motivó a Martha Liliana Toro para que se hiciera árbitra. Fue por casualidad. En una conversación de pasillo les dijo a Martha y a un grupo de amigas que en ese año (1982) no iba a haber juegos intercursos de baloncesto, porque no había quiénes dirigieran. Así que se ofrecieron a hacer de árbitras a cambio de tener una buena nota en la clase. Ahí encontró su vocación y su pasión.
En 1987, tras terminar el bachillerato, decidió ir a estudiar Educación Física a la Universidad Pedagógica de Tunja. Como trabajo extra, pitaba partidos de baloncesto y voleibol, hasta que un día le ofrecieron dirigir partidos de fútbol y aceptó. Comenzó a apasionarse por este deporte y decidió dedicarse de lleno a él, pues la adrenalina que sentía antes de dar el pitazo inicial no se la generaba ninguna otra disciplina.
Un día en Tunja, cuando iba en bus para clases en la universidad, oyó una cuña radial que promocionaba un curso de arbitraje para fútbol en Duitama. En un principio no le puso mucha atención, pero justo esa tarde Héctor Díaz, un juez boyacense, la motivó a inscribirse. Siendo la única mujer en las aulas, sobresalió y a los tres meses ya estaba pitando en un campeonato de aficionados. “No me fue como esperaba, me puse muy nerviosa y sólo di el pitazo inicial, de resto no sancionaba las faltas ni nada. Así que en un momento el juez de línea lo notó, entró a la cancha, me dio el banderín para que yo hiciera su trabajo y él terminó de pitar el partido”, recuerda Martha Liliana. Ahí prometió no volver a pitar y seguir con su vida académica. Sin embargo, a los 20 días volvió a colgarse el pito en el cuello.
Al año siguiente se disputó en Medellín el primer campeonato nacional femenino de fútbol, organizado por la Difútbol. A Martha la invitaron a pitar. Fue la primera vez que montó en avión. Llegó a un hotel en el centro de Medellín y allí se encontró con un grupo de seis juezas, quienes eran coordinadas por Juan Manuel Gómez. Él las reunió en una sala del hotel una noche antes del inicio del torneo y les preguntó: “¿Quiénes de ustedes tienen experiencia en el fútbol femenino?”. Todas respondieron que sí, menos Martha, quien con honestidad manifestó que en Tunja había dirigido partidos de niños y adultos, pero nunca de mujeres. Así que en las cuatro primeras fechas actuó como cuarto juez.
Una tarde, el mismo Gómez se acercó a Martha y le preguntó si se sentía con la capacidad para dirigir un partido. “Claro, yo pito”, respondió con seguridad. Le fue bien, dirigió tres partidos más y la final. Luego, durante cuatro años consecutivos siguió siendo invitada a este torneo y siempre fue la encargada de dirigir la final.
Su carrera en el fútbol aficionado fue trascendiendo, se volvió muy cercana a Álvaro González Alzate y dirigió en todas las categorías juveniles. Su estreno internacional fue en el Sudamericano Femenino de Mar del Plata, Argentina. Manejó la final Argentina vs. Brasil. En 1998 dirigió su primer partido en la categoría B, en el duelo entre Cóndor y Cooperamos Tolima, en el estadio del Olaya de Bogotá. Con cerca de 20 encuentros de este nivel, le soltaron un juego de la A. El 8 de agosto de 1999 dirigió el primer partido en primera división, entre Atlético Bucaramanga y Deportes Quindío. Ese día se convirtió en la primera mujer en ser jueza central en un juego de la A en Suramérica, todo un logro. Ese mismo año fue a su primer Mundial de la FIFA, en el campeonato femenino que se disputó en Estados Unidos.
Para los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 fue elegida para pitar. Luego regresó a Colombia y estuvo como jueza de primera división hasta 2005. El último partido que dirigió fue en el estadio Pascual Guerrero, entre Deportivo Cali e Independiente Medellín.
Martha Liliana Toro abrió el camino de las mujeres en un mundo que se creía era sólo para hombres. Actualmente en Colombia hay cinco juezas (Yeimy Martínez, María Victoria Daza, Vanessa Ceballos, Jenny Arias y Ruth Martínez) y cinco asistentes (Luzmila González, Mary Blanco, Lucía Hurtatiz Tabares, Mayra Sánchez y Eliana Ortiz).
En el mundo del fútbol se hizo famosa en estos días la alemana Bibiana Steinhaus, quien se convirtió en la primera mujer en dirigir en la primera división de Alemania. Sintió lo mismo que Martha Liliana hace 18 años.