Las razones por las que a las futuras generaciones no les interesará el FPC

Cuando Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, anunció su idea de crear una Superliga Europea, confesó que a los jóvenes cada vez les gusta menos el fútbol. Si ese es el pronóstico de uno de los hombres más distinguidos de la élite de este deporte, ¿qué nos espera a usted y a mi con nuestra liga colombiana?

Para confirmar que la liga nacional no es tan competitiva y atractiva para las nuevas generaciones del país, basta con ir a cualquier colegio y preguntarles a los niños cuáles son sus jugadores favoritos. Si en un alto porcentaje son jugadores internacionales, ¿por qué habría que decir que el fútbol colombiano interesa a las nuevas generaciones?

Vamos paso a paso. Primero imagine un torneo en el cual el balón se mueva muy lento, que a sus jugadores les guste simular, que usen su astucia para sacar ventaja sobre el oponente, en el que encima los partidos se disputan en días y horarios laborales y que, además, futbolísticamente dejan bastante que desear.

Ese torneo caótico no es atractivo para las nuevas generaciones, que tienen mucho contenido a su disposición y esperan consumir un espectáculo de calidad. Segundo, si su torneo tuviera equipos que parecieran estar diseñados para entretener más que para competir. Tendría jugadores a los que les es indiferente la posibilidad de ganar o perder y con el corto tiempo del torneo, de apenas cinco meses, no tendría un desarrollo serio ni continuidad alguna.

¿Cómo puede un producto irregular enganchar a nuevas audiencias? Por desgracia eso le pasa a la Liga Betplay, que aunque cuenta con una base de seguidores muy amplia y diversa, pues el mayor consumo de fútbol proviene de la clase media y trabajadora, está privatizado en Colombia, pues para verlo se requiere una suscripción mensual de televisión.

Para muchas familias pagar por servicios de televisión por satélite ya es un enorme reto económico, pero si además se le añade un costo extra para ver la liga colombiana, todo se complica mucho más. Esto quiere decir que existen barreras para que el fútbol local llegue a la población. Ese niño que recién está empezando a descubrir que le gusta el balompié será fanático más fácilmente del producto que tenga a su alcance y, contradictoriamente, tiene el fútbol internacional más cerca que el de su país.

Con todo ello, es normal afirmar que la Liga BetPlay se encuentra en riesgo de no poder captar la audiencia de las futuras generaciones. Sin una transformación que priorice la calidad real sobre el entretenimiento superficial, el fútbol colombiano corre el riesgo de quedar relegado al olvido, salvo que usted, como consumidor que está leyendo esto, alce la voz.

Pueden dar cifras, datos de audiencia, números. Hablar de economía, tablas de datos. Podrán volcar cualquier gráfico y Excel que demuestre que la Liga BetPlay crece cada día. ¿Cree que aún con todo ello puede hacer que un joven entre todas las opciones de ligas de fútbol, canales de TV, servicios de streaming y redes sociales, cambie de contenido para ver el FPC? Muy difícil, porque este producto no tiene mucho valor agregado por ofrecer.

🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador

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Vamos paso a paso. Primero imagine un torneo en el cual el balón se mueva muy lento, que a sus jugadores les guste simular, que usen su astucia para sacar ventaja sobre el oponente, en el que encima los partidos se disputan en días y horarios laborales y que, además, futbolísticamente dejan bastante que desear.

Ese torneo caótico no es atractivo para las nuevas generaciones, que tienen mucho contenido a su disposición y esperan consumir un espectáculo de calidad. Segundo, si su torneo tuviera equipos que parecieran estar diseñados para entretener más que para competir. Tendría jugadores a los que les es indiferente la posibilidad de ganar o perder y con el corto tiempo del torneo, de apenas cinco meses, no tendría un desarrollo serio ni continuidad alguna.

¿Cómo puede un producto irregular enganchar a nuevas audiencias? Por desgracia eso le pasa a la Liga Betplay, que aunque cuenta con una base de seguidores muy amplia y diversa, pues el mayor consumo de fútbol proviene de la clase media y trabajadora, está privatizado en Colombia, pues para verlo se requiere una suscripción mensual de televisión.

Para muchas familias pagar por servicios de televisión por satélite ya es un enorme reto económico, pero si además se le añade un costo extra para ver la liga colombiana, todo se complica mucho más. Esto quiere decir que existen barreras para que el fútbol local llegue a la población. Ese niño que recién está empezando a descubrir que le gusta el balompié será fanático más fácilmente del producto que tenga a su alcance y, contradictoriamente, tiene el fútbol internacional más cerca que el de su país.

Con todo ello, es normal afirmar que la Liga BetPlay se encuentra en riesgo de no poder captar la audiencia de las futuras generaciones. Sin una transformación que priorice la calidad real sobre el entretenimiento superficial, el fútbol colombiano corre el riesgo de quedar relegado al olvido, salvo que usted, como consumidor que está leyendo esto, alce la voz.

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