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Una de las ocasiones en las que Léider Preciado fue el asombrado y no el generador de admiración tuvo como escenario un avión. Era la década del 90 y junto a Albeiro Usuriaga fue invitado a un partido amistoso en París (Francia). El vuelo era largo y el oriundo de Tumaco (Nariño) pasó la mayoría del tiempo observando al Palomo. No podía creer que tuviera al lado, durante horas, a su ídolo, al hombre que lo inspiraba a convertirse en goleador.
“Fue algo muy bonito. Andábamos juntos y él era el que me guiaba. Una gran persona”, le contó a El Espectador un emocionado Léider que también dibujaría su propio horizonte exitoso con montañas de celebraciones. Tuvo que dejar su pueblo por la maldita violencia que desangró a esa tierra en la década del 80, cuando su infancia transcurría en medio de partidos de “banquitas”, con ladrillos como porterías, el amor a la pelota como motivación y la lluvia como acompañante habitual.
Además de Usuriaga, Léider soñaba ser como Willington Ortiz y la Gambeta Estrada. “También admiraba a Rubén Darío Hernández, Arnoldo Iguarán y, obvio, al Tren Valencia. De los extranjeros, a Juan Manuel Battaglia, Roberto Cabañas y Ricardo Gareca”, agregó el exgoleador que debutó en su amado Independiente Santa Fe en 1995 y que después realizó una extensa carrera como futbolista profesional en clubes colombianos y españoles. También militó en el balompié de Arabia Saudita y de Ecuador. Es recordado por el tanto que le marcó a Túnez, en el Mundial de Francia 1998, cuando apenas tenía 21 años.
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Hoy, con 43, sigue pensando en ser protagonista de un título con Santa Fe. “Es el sueño que siempre he tenido. Espero conseguirlo en cualquier puesto: como técnico, asistente o entrenador de delanteros, pero me gustaría cumplir con dar la vuelta olímpica”. Los títulos cardenales de la última década los ha disfrutado como nadie, aunque sin el privilegio de sentirse parte de ellos, más allá de que es un gran referente del club e inspiró y aconsejó a varios jugadores que han llegado al equipo profesional. Antes de que cesaran las actividades por la pandemia del nuevo coronavirus, Léider trabajaba con la categoría sub-14 buscando “talentos santafereños”.
Preciado pasa la cuarentena en Bogotá con una licencia no remunerada a causa de la crisis económica que afrontan todos los equipos del fútbol colombiano ante la suspensión de los campeonatos. En las mañanas sale a caminar dos horas, luego juega con sus dos hijas y en la tarde observa partidos de las ligas internacionales, las cuales agradece que se encuentren activas. “Soy muy hincha del Barça por Messi, pero he mirado al Villarreal y es un equipo que está jugando muy bien. El Athletic de Bilbao también me gusta mucho y, cómo no, el Real Madrid, que desde que se reanudó el fútbol ha hecho una gran Liga”.
También se ha detenido a ver al delantero belga Romelu Lukaku, del Inter de Milán, a quien considera uno de los futbolistas con un estilo similar al de él. Después de un buen rato de fútbol, Léider pasa tiempo con su esposa y en la noche consume novelas, sin que sus pensamientos abandonen a Santa Fe.
El elenco albirrojo es vital en su existencia y por eso no descarta dirigir el plantel profesional en algún momento. “Ese deseo lo tenemos todos, pero, como siempre lo he dicho, hay que ir paso a paso. En la vida Dios coloca las cosas cuando tiene que colocarlas y, mientras tanto, sigo aprendiendo y preparándome”, advirtió el exatacante, antes de enviar un mensaje a los actuales futbolistas profesionales del conjunto bogotano.
“Para contratar, el club la tiene bastante difícil porque la situación no es la mejor y debe quedarse con los que están. Los jugadores más costosos deben ponerse la mano en el corazón y saber que el club siempre les ha cumplido y ahora los necesita. En estos momentos es que uno ve y siente cuál es el cariño que realmente se tiene por una institución”, manifestó Léider, quien hace parte de una campaña cuyo objetivo es recaudar alimentos no perecederos y medicinas para llevar a Tumaco, un municipio que históricamente ha sufrido el abandono del Estado y que en la pandemia sufre aún más.
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“Un gol por Tumaco” recibe las donaciones de alimentos en el centro de acopio de la calle 37 sur n.° 70B-05, en el barrio Carvajal, en Bogotá. Las personas que lo deseen también pueden consignar dinero a la cuenta número 89499400814 de Bancolombia, de la Diócesis de Tumaco, que está coordinando la campaña, promovida por los exfutbolistas Willington Ortiz, Carlos Meza, Harry Castillo, Arturo Arizala y Carlos la Gambeta Estrada. Todos nacidos allí. “La situación no es la mejor en nuestra región y por eso nos quisimos unir”, concluyó Léider Preciado, un hombre que ama incondicionalmente a su pueblo y a Independiente Santa Fe.